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Reportaje:Agenda

¿Merece la pena vivir así?

El médico Luis Montes y el obispo auxiliar de Bilbao debaten sobre la eutanasia - Ambos coinciden en defender las sedaciones terminales

Dos expertos con dos posturas enfrentadas, cara a cara. Entre los cuarenta profesionales -médicos, abogados, profesores de ética...- que la fundación Sabino Arana reunió ayer en hotel Sheraton de Bilbao, en una mesa redonda bajo el título de El fin de la vida: ¿derecho a decidir?, destacaban dos nombres: el de Luis Montes, ex jefe de Urgencias del Hospital Severo Ochoa de Leganés (Madrid), y el de Mario Izeta, obispo auxiliar de Bilbao, además de experto en bioética.

Ante la pregunta que planteaba el debate, el derecho a elegir el momento final, el médico anestesista respondió afirmativamente y el prelado eludió dar un sí o un no, aunque su respuesta equivalió a lo último, dado que el debate se circunscribía a aquellas dolencias terminales en las que el paciente depende totalmente de los profesionales del centro sanitario donde está ingresado: "No creo que un médico deba poner fin a la vida de otra persona, aunque éste lo pida. Nadie puede disponer de la vida de otro".

Montes: "La ley andaluza de Muerte Digna es un paso para salir de la oscuridad"
Izeta: "No hay que caer ni en la obstinación terapéutica, ni en la eutanasia"

Montes habló de situaciones en las que "no merece la pena vivir", e Izeta tildó esa frase de "desafortunada". "La vida humana siempre es digna", dijo el obispo, quien tuvo, sin embargo, un punto de sintonía con Montes, al recordar que las sedaciones terminales son una práctica aceptada por la Iglesia y no deben ser confundidas con la eutanasia: "No buscan la muerte, sino el bienestar del paciente, aunque tengan como efecto secundario acortar su vida".

Suministrar sedaciones terminales era parte del trabajo de Montes, antes de que la Comunidad de Madrid le apartase de su cargo por unos supuestos excesos en su aplicación que se demostraron falsos en los tribunales. En referencia a este caso, el médico señaló que "hubo una confusión intencionada" entre ambas técnicas por parte de las autoridades sanitarias madrileñas del PP.

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El anestesista felicitó al anfitrión de la jornada, Juan María Atutxa, presidente de la Fundación Sabino Arana, por la "oportunidad" del debate. Pero no se refería al polémico caso Leganés -se limitó a mostrar su satisfacción por el proceso judicial que afronta ahora el ex consejero de Sanidad de Madrid, Manuel Lamela-, sino a la aprobación, el martes, del proyecto de Ley andaluza de Muerte Digna, que, según aseguró "es un importante un paso adelante para ir saliendo de la oscuridad con la que los sanitarios hemos trabajado siempre en un tema tan importante como el final de la vida".

Sin embargo, Montes cree que hay que ir más allá y despenalizar la eutanasia activa a petición del paciente. El obispo, que aún no ha analizado el texto andaluz, defendió que se mantenga el enfoque actual, los cuidados paliativos, pero con más recursos y sin caer "ni en la obstinación y el encarnizamiento terapéutico, ni en la provocación de la muerte".

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