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SANFERMINES 98

Un encierro sólo para los íntimos

El urbanismo ha convertido el encierrillo en un acto festivo en peligro de extinción. Uno de los espectáculos taurinos más secretos e íntimos de las fiestas, desconocido para muchos, cumple este año su centenario. Paradójicamente, podría ser también su último cumpleaños. Pocos son los que se preguntan cómo llegan los toros al corral situado al inicio de la Cuesta de Santo Domingo, donde pasan la noche y del que salen cada mañana a correr el encierro. La respuesta está en el encierrillo, una carrera nocturna de toros y cabestros, sin corredores, nacida tras un dramático episodio ocurrido el 10 de julio de 1898. En aquella fecha, unos toros de Concha y Sierra se escaparon de los campos donde hasta entonces se guardaban, en las afueras de la ciudad. Al día siguiente no hubo encierro y las escenas de pánico de quienes se encontraron con los morlacos por la calle obligó al Ayuntamiento pamplonés a adquirir las naves de una antigua fábrica de gas, en el barrio de Rochapea, para ubicar allá unos corrales dignos. Nacieron así los corrales del Gas, donde los toros son desencajonados tras viajar por carretera hasta Pamplona, y con ellos nació el encierrillo. Este hermoso espectáculo se desarrolla todas las tardes noche de San Fermín, unas horas antes de que se desarrollen los encierros. Aún se conservan las antiguas formas con que comenzaron y el anuncio de que los corrales se han abierto, siempre al anochecer, se comunica a los pastores mediante el sonido de cuernos trompeteros. A lo largo de 440 metros la manada corre sola por varias calles, avanzando en penumbra, atraviesa el puente sobre el Arga y llega finalmente a su destino en los corrales de Santo Domingo. El acceso a los escasos tramnos vallados donde está permitido presenciar este atípico encierro está regulado por pases expedidos por el Ayuntamiento. Durante el trayecto (casi una procesión) de los astados, se mantiene un silencio absoluto y son muchos los corredores del encierro que acuden a él convencidos de que toros y cabestros escenifican en su trote nocturno una carrera similar a la que harán al día siguiente, ya rodeados de miles de personas. De esta manera conocen el comportamiento de las reses con unas horas de antelación. Sin embargo, los corrales del Gas están condenados a muerte. El Ayuntamiento aprobó hace ya una década un plan parcial para el barrio que los convertirá en historia y dibujará sobre la zona un gran boulevard. La alternativa está ya construida. Se trata del depósito donde se guardan durante el año los vehículos que la grúa se lleva. Los próximos Sanfermines se convertirán en corrales para los toros de lidia. Y aquí surge la polémica porque, al estar situados a más distancia, exactamente a 800 metros del inicio del encierro (una distancia similar al de esta carrera matutina), los animales se verán obligados a realizar una carrera larga atravesando un túnel y dos puentes. "No pasaría nada", señala Ignacio Cía, director de la Casa de Misericordia, organizadora de la Feria del Toro, al referirse a una posible desaparición del encierrillo. "Mantener el encierrillo desde el Gas es imposible", repite el alcalde. Los técnicos municipales han evaluado en casi veinte millones la inversión económica necesaria parta acondicionar el nuevo trayecto con vallado e iluminación para el paso de los toros. Pero no derivan de ahí los problemas, sino de la opinión de algunos entendidos sobre el riesgo de someter al animal, a partir del próximo año, a un doble encierro, aunque el primero sea nocturno y sin corredores. Otro informe municipal realizado en 1996 por el área de Protección Ciudadana, resaltó, sin embargo, los riesgos que acarrearía el doble desencajonamiento de los toros en ambos corrales si el encierrillo desaparece. La incógnita permanece. Las murallas matan En el ecuador de las fiestas, las murallas medievales de Pamplona han vuelto a demostrar que matan más que los toros. En al madrugada de ayer una persona que no portaba documentación alguna falleció al caer desde la muralla junto a la llamada Ronda del Obispo Barbazán. Testigos presenciales relataron que el joven andaba tambaleándose por la zona, con síntomas de haber ingerido alcohol, poco antes de caer al vacío. En 1997 murieron dos personas en similares circunstancias.

Cantante agredida

En el capítulo de sucesos destaca la denuncia presentada en la Comisaría por la cantante del grupo pamplonés de música pop-rock Tahures Zurdos, Aurora Beltrán, y su hermana Carmen. Ambas fueron agredidas por cuatro jóvenes menores de edad cuando se dirigían a desayunar, poco antes de las 7 de la mañana. En la confluencia de dos céntricas calles, uno los chicos, vestidos con indumentaria de pamplonica y no más de 17 años, les cortó el paso. Cuando la cantante le invitó a que se buscara "una chica de su edad para ligar", los chicos, relató la cantante, comenzaron a insultarlas y les lanzaron un vaso. Uno de ellos propinó un puñetazo en la cara a Carmen y el resto pateó en el suelo a Aurora Beltrán. Ambas fueron atendidas en un puesto cercano de Cruz Roja y posteriormente en el servicio de urgencias de un hospital. La nota amarga la narró la popular compositora: "No sé si ha sido por nuestro aspecto de rubias guiris, pero nadie nos ha ayudado. Encima algunos nos han llamado putas lesbianas cuando he agarrado a mi hermana para ayudarle a caminar y los agresores se han ido andando tan tranquilos", se lamentó la cantante. Aurora Beltrán aseguró que los agresores no eran marginales. "Lo único que quiero es que sus madres sepan qué hijos tienen", dijo.

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