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Las ONG temen que los casos de corrupción alejen a futuros socios y colaboradores

Dos organizaciones vascas, Alboan y PTM-Mundubat, desvelan los controles de calidad

Los responsables de dos de las ONG incluidas entre las transparentes en una lista de una empresa de control de estas organizaciones, que radican en el País Vasco, PTM-Mundubat y Alboan, aseguran que sus socios no se han sentido inquietos ante los casos de supuesta corrupción de Anesvad e Intervida. Sin embargo, sí temen que estos sucesos puedan retrotraer a los futuros posibles donantes o socios. Por ello, apelan a la responsabilidad de los ciudadanos para que se informen sobre el trabajo de las ONG y la cooperación en general.

Txabi Anuzita, director de PTM-Mundubat, y Nacho Eguizabal, de Alboan, están de acuerdo: el usuario debe hacerse responsable de a quien aporta su dinero y exigir a la ONG con la que desea ayudar todo tipo de datos, económicos, de gestión y de resultados, desde el primer momento. "La sociedad tiene un alto desconocimiento sobre lo que significa la cooperación, que no es ni mucho menos el cepillo de la iglesia de antes", afirma Anuzita.

Las ONG tienen la obligación de proporcionar al usuario todo tipo de datos que requiera (en sus páginas web se aporta una exhaustiva información) y hacer efectiva la "transparencia" que se resaltaba en una lista, conocida el pasado lunes, elaborada por la Fundación Lealtad, empresa de control voluntario de las organizaciones no gubernamentales españolas. La Fundación destacaba que sólo 49 de las 119 ONG analizadas cumplían los requisitos de transparencia y buena gestión que les exige la asociación. Entre ellas, las dos organizaciones vascas, Alboan (www.alboan.org) y PTM (www.ptmmundubat.org).

Sin embargo, aunque ambas ONG vascas pertenecen y se ajustan a los criterios de la Fundación Lealtad matizan la información sobre las anomalías detectadas en 70 organizaciones. "La Fundación valora en función de unos criterios establecidos por ella en 2001. Puedes no cumplir con alguno, como el no realizar un número determinado de reuniones entre los directivos, pero no significa que no seas transparente. Además, no todas las ONG pertenecen a ese organismo y hay algunas, aún dentro de él, tremendamente críticas, con su sistema de valoración", explica Txabi Anuzita, al frente de PTM desde 2001, aunque lleva ya más de dos décadas "en la cooperación". Esta ONG, que cuenta con 500 socios, gestiona al año entre ocho y 12 millones de euros en proyectos en 10 países. De esos fondos, conseguidos en un 90% de aportaciones públicas y en un 10% de donaciones privadas, menos de un 10% se dedica a las labores de gestión. El resto va directamente a los proyectos.

Control de la financiación

Anuzita cree que la única manera de lograr la transparencia y poder responder al ciudadano es "con honestidad". "Las ONG gestionamos mucho dinero y trabajamos en sitios muy complicados. Ello implica la necesidad de aplicar un mayor control que en otras empresas privadas", indica.

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Ese control se ejerce desde las tres principales fuentes de financiación de PTM: "Bruselas, el Gobierno central y el Gobierno vasco", que hacen cada una su propia auditoría. "Revisan las cuentas, la gestión, el funcionamiento, si hacemos lo que tenemos quehacer... El control es exhaustivo en todos los parámetros financieros", dice Anuzita. Pero también hay un control interno. "Tenemos una comisión de seguimiento y control, compuesta por profesionales ajenos a la ONG que viene cada dos meses y analiza las situaciones de riesgo", afirma.

Tanto en PTM como en Alboan ven "inconcebible" que les suceda "algo como lo de Anesvad e Intervida". "La gente que trabaja aquí tiene un compromiso altísimo", apunta Anuzita. "Nosotros trabajamos por la transformación social y no podemos hacerlo sin que la sociedad nos dé legitimidad y para eso necesitamos la transparencia", relata Nacho Eguizabal, cuya ONG gestiona 10 millones de euros anuales. De todas formas, aseguran que estos casos de supuesta corrupción son excepcionales. "Más del 90% de las ONG cumplen la legalidad", asegura Anuzita.

Al igual que el director de PTM, desde Alboan, Eguizabal afirma que su organización no se ha resentido tras los casos de Anesvad e Intervida, pero teme que esta situación afecte a quienes podrían incorporarse en el futuro. "El gran reto ahora está en los que podrían animarse a colaborar y a la luz de estos problemas puedan tener reticencias", asegura. Aunque cree que el tamaño de su organización, con 12.000 socios, hace más sencilla una relación transparente "que en una ONG con más de 300.000 socios como Intervida". "Los escándalos son un arma de doble filo. Estamos en una sociedad mediática y esto puede hacer daño. Las ONG no dejan de ser organizaciones humanas y en ellas trabajan seres humanos. La mala voluntad puede estar en cualquier sitio. Pero si hay personas que están malversando con fondos dedicados a la solidaridad, bien está que purguen. Por eso también estas cosas son buenas", dice Eguizabal.

El director de Alboan insiste en que la manera de asegurarse la transparencia de una ONG y su efectividad es "preguntar", que la organización le informe al usuario "de qué manera se esfuerza más allá de cumplir la ley que obliga a todos". "Con estos escándalos se pone mucho énfasis en los controles gubernamentales y yo no sé si es esa la solución. El usuario debería informarse más, exigir más, ser el que controla a las ONG", concluye.

Publicidad no agresiva

Las dos organizaciones no gubernamentales acusadas de supuesta corrupción tenían en común, entre otras cosas, realizar campañas de publicidad agresivas y con imágenes impactantes. Sin embargo, las ONG se rigen por un código de conducta (que se puede consultar en la página de la coordinadora de estos organismos, www.congde.org), en el que se reglamentan todas las cuestiones relativas a su funcionamiento y obligaciones. Entre ellas, está el cómo debe ser la publicidad. El código dice claramente que hay que "evitar las imágenes catastróficas o idílicas que incitan más a la caridad limitada a la buena conciencia que a la reflexión". Además, afirma que "toda persona debe ser presentada como ser humano" y se debe "preservar su identidad cultural y su dignidad".

En este sentido, el director de Alboan, Nacho Eguizabal, indica también que "la publicidad que muestra una relación causa-efecto, entre la donación de un particular y el fin de la pobreza en el mundo, es engañosa". Para Eguizabal el problema de los países pobres no se resuelve con el dinero, sino que éste sirve para "transformar estructuras" en dichos lugares que luego serán quienes harán posible sacar a la población de la miseria.

Sobre el tema del apadrinamiento, Eguizabal comenta que "en sí mismo no es ni bueno ni malo, sólo una herramienta de gestión". Sin embargo, él está en contra de la "individualización de la solidaridad". "El apadrinamiento es una solidaridad que aporta una relación afectiva que satisface al donante, más fácil de tener con un individuo que con una comunidad. Pero entonces no se trata de una solidaridad gratuita, sino interesada", explica.

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