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'Online' contra la anorexia

El hospital de Galdakao impulsa la terapia de grupo virtual para avanzar en la curación de este trastorno

"La anorexia no se arregla comiendo". Superar este trastorno alimentario es una carrera de fondo que requiere constancia y control, pero a la vez autonomía y tesón para afrontar los grandes retos del día a día. Desde un rápido vistazo al reflejo de un escaparate hasta el contacto físico con la muchedumbre en el metro, la anorexia conforma una serie de batallas invisibles a las que sus afectados se enfrentan a diario.

El hospital de Galdakao-Usansolo lleva más de un año implantando una terapia virtual en pacientes con trastornos alimentarios, una terapia de grupo online que permite atender sus dudas y sus momentos complicados durante todo el día y evita trastocar su rutina con visitas al hospital. La terapia virtual, un foro diario en el que 17 personas con la misma enfermedad se complementan y se enseñan entre ellas, se traduce en cifras de vértigo. Tan sólo este grupo, en sus días de máxima actividad, registra entre 60 y 80 mensajes diarios y, desde que se fraguó la idea, han rebasado con creces la cifra de 10.000 mensajes. De este modo, Internet se ha convertido en una herramienta para la curación, después de haber sido también el soporte para páginas que incentivan la delgadez enfermiza.

En los días de máxima actividad intercambian 80 mensajes

Aunque el proyecto inicial no rebasa la veintena de pacientes -comenzó con dos-, los responsables de Psiquiatría están planteando crear nuevos grupos con personas que padecen bulimia. Su impulsor, el psiquiatra Ángel Padierna, explica que la iniciativa sólo tiene sentido en grupos reducidos, ya que la confianza que se genera en el equipo forma parte del éxito de la terapia virtual. Además, explica que ayuda a externalizar "la voz de la anorexia". La terapia complementa el trabajo de los especialistas y está dirigida a quienes ya han superado la fase más grave de la dolencia. Además, busca seguir con la recuperación y evitar que la anorexia se cronifique, lo que ocurre en torno al 16 y el 20% de los casos. Padierna explica que "la mitad de las chicas están recuperadas".

"Lo llamamos el barco, nosotras estamos en él, somos los remeros que navegan para combatir la enfermedad", apunta una de las participantes más jóvenes. Al otro lado del hilo telefónico, todas sus voces suenan confiadas. "Puede haber familiares que quieren ayudar, pero que no te entienden", explican, "aquí no nos sentimos bichos raros". Hablan de miedos, de comidas y de trucos para superar los momentos más críticos, pero también de planes, de literatura y de parejas. Como cada una está en un punto distinto del proceso de recuperación, quienes tienen más experiencia y recorrido asesoran a las demás, mientras que Padierna participa en las charlas virtuales como uno más.

El proceso está repleto de pequeños gestos que en el día a día de las personas sanas pasan desapercibidos. En el grupo afrontar estos retos de forma colectiva es algo habitual. "Por ejemplo, empezar a tomar el café con azúcar en vez de con sacarina", explica la más veterana.

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La terapia virtual no es sólo una comodidad para no romper con la rutina diaria. Uno de los efectos de esta enfermedad es precisamente el aislamiento, por lo que la iniciativa es también una ventana hacia la recuperación en su sentido social, un paso previo para poder reintegrar a quienes sufren este trastorno. "Estaba encerrada en mi mundo y nadie podía sacarme de él", relata una estudiante veinteañera. Ahora, han traspasado la Red y han dado el paso de reproducir sus charlas cara a cara, delante de un café y, sí, con azúcar.

Lejos del hospital

La iniciativa del hospital de Galdakao de atender a sus pacientes con trastorno alimentarios por medio de las nuevas tecnologías es uno de los proyectos que ya están en marcha por iniciativa de los facultativos y de los equipos directivos de los centros vascos. Con enfoques y grupos de riesgo diferentes, los hospitales dirigen la mirada hacia una nueva manera de gestionar las enfermedades, la de la corresponsabilidad y el control a distancia.

Esta mirada es también la que el propio Departamento de Sanidad ha comenzado a experimentar, gracias a los avances en telemedicina, con la telemonitorización de varios centenares de pacientes desde este mes. Todos ellos podrán controlar sus enfermedades desde sus hogares con la ayuda de dispositivos conectados al sistema de Osakidetza. Mientras avanza el pilotaje de esta medida, Sanidad estudia a qué nuevos grupos de enfermos dirigir estas tecnologías.

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