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Osalan para una reforma en Michelin al descubrir amianto

Los trabajos se realizaban sin medidas de protección

Pedro Gorospe

Osalan y la Inspección de Trabajo han decidido paralizar unos trabajos de mantenimiento en las instalaciones de Michelin en Vitoria, al comprobar que en la sustitución de unos cuadros de mandos se estaba manipulando amianto sin ninguna medida específica de seguridad.

El suceso, que se produjo el pasado viernes, tiene una especial relevancia porque la propia empresa está siendo investigada ante la denuncia presentada por un trabajador con un mesotelioma pulmonar, un cáncer asociado al contacto con amianto. Michelin negó a Osalan, en un informe ahora revocado, que existiera este producto en el proceso de producción.

La compañía había negado que lo utilizara en sus instalaciones
El comité de empresa se reúne hoy en la fábrica para tratar el caso

Aunque el amianto no se usa para fabricar neumáticos, este material cancerígeno ha estado presente, y al parecer persiste, en algunos elementos de las instalaciones. Michelin forma parte del listado oficial de empresas importadoras de amianto y, al menos, lo hizo en tres ocasiones: en 1965, 1975 y en la década de los ochenta.

La tesis de la multinacional francesa del neumático de que no hay riesgo porque sus trabajadores no manipulan el amianto hace aguas. Al episodio del viernes, descubierto por dos delegados de prevención de los sindicatos ESK y CGT, se suma la jurisprudencia sobre la peligrosidad de este producto aislante, que insiste en que ni siquiera cumpliendo las medidas de seguridad que se imponían en toda la legislación vigente hasta 2006, la salud de los trabajadores está garantizada. Los especialistas sostienen que sólo la legislación específica sobre el amianto de 2006 garantiza la salud, pero a base de establecer unas medidas de seguridad próximas al contacto cero con ese producto. Hasta ese año la ley obligaba a las empresas a disponer unos aspiradores especiales en los lugares con amianto, a realizar una clasificación de los trabajadores en función de la distancia a la que trabajaban de los focos y a realizar unas mediciones específicas y unos análisis médicos también específicos.

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Los técnicos de salud y de prevención, los especialistas y los jueces conocen perfectamente que el amianto, con el que se forraban todas las tuberías por las que circulaba calor, desprende las temidas fibras que una vez aspiradas pueden dar lugar con el paso de los años a múltiples patologías, la más grave el cáncer.

En el caso de Michelin Vitoria, todas las tuberías por las que circula el vapor por toda la fábrica estaban recubiertas con amianto, también las prensas de vulcanización de los neumáticos, así como las calderas y otras partes, según fuentes sindicales. Algunos de esos tubos estaban, además, sometidos a una mayor tensión ya que vibraban con los golpes de presión que abría y cerraba válvulas.

La decisión de paralizar las tareas de mantenimiento en Michelin fue adoptada por una inspectora de trabajo y por un técnico de Osalan, que se personaron en las instalaciones alertados por los delegados de prevención. Los inspectores verificaron los restos encontrados, momento en el que la dirección de la firma llamó a una empresa especializada en tratamiento de amianto. Esta confirmó, a primera vista y a falta de lo análisis definitivos, que el material que se estaba manipulando sin ninguna medida de protección es amianto.

El técnico de Osalan y la inspectora ordenaron confinar los restos, cubriéndolos y señalando adecuadamente su peligrosidad. Los inspectores y los delegados de prevención siguieron la pista de donde se habían retirado esos cuadros de fluidos y se comprobó que en el lugar de almacenamiento había más tubos con amianto, a los que podía acceder cualquier persona que pase por el lugar. Los inspectores pudieron ver que no se había tomado ninguna medida específica de seguridad en los cuadros ya cambiados, ya que se había cortado con soplete el tubo y el cordón aislante y éste quedaba al aire. Para seguir con dicha tarea se debe seguir un protocolo muy estricto con la participación de empresas especializadas y autorizadas en esa labor.

El comité de empresa se va a reunir hoy en las instalaciones para intentar dar una respuesta conjunta a Osalan, que les ha requerido en la nueva investigación que ha abierto para que precisen la presencia de amianto en la planta.

Por otra parte, la Asociación de Víctimas del Amianto de Euskadi aseguró ayer que va a redoblar sus esfuerzos para lograr que se cree un fondo de compensación social para las víctimas y, además, se reconozca el daño moral causado por las empresas. Por ello, invita a acudir a la asociación a aquellas personas que están sufriendo los efectos de la utilización del amianto en sus empresas sin adoptar las medidas preventivas necesarias, y que se encuentren en una situación de desprotección.

"Las empresas se han lucrado, se han beneficiado de un producto tan barato como el amianto y ahora no quieren reconocer lo que han hecho con los trabajadores", critica la asociación.

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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