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"El PNV se resitúa ante la "Euskadi a cuatro"

La asamblea general apostará por el nacionalismo económico frente a la "epica" 'abertzale' - La pérdida de poder contrasta con un reelegido Urkullu más sólido

El PNV celebra el próximo fin de semana una asamblea general sin apenas incógnitas -a falta de dirimir si Gipuzkoa tendrá uno o dos representantes entre los ocho miembros de la ejecutiva que serán elegidos el sábado por la tarde- pero que sienta las líneas de actuación para cuatro años de importantes retos. Durante ese tiempo sí tendrá que afrontar decisiones para las que no ha escrito las recetas en su documento político: por ejemplo, la política de alianzas, con la izquierda abertzale pisándole los talones a un lado y el PSE o el PP como alternativas al otro. El PNV no ha tocado la ponencia de 2007 por considerarla válida y en evitación de problemas.

Este será el primer cónclave que el PNV sin terrorismo y eso establece una diferencia fundamental: el día del relevo de Josu Jon Imaz por Iñigo Urkullu, el 1 de diciembre de 2007, se vio marcado por el asesinato en Capbreton (Francia) de dos jóvenes guardias civiles, Raúl Centeno y Fernando Trapero, de 24 y 23 años respectivamente. Urkullu tiene la garantía de que su reelección no se verá sobresaltada de ese trágico modo. La retirada de ETA es precisamente el elemento que más cambios ha obligado a introducir en la ponencia inicial. La versión corregida no se ha dado a conocer.

El PNV admite el fin de la hegemonía y el futuro de "una Euskadi a cuatro
El PNV apuntó su interés por el PP al votar a Rajoy sin contrapartidas en la investidura

El PNV piensa que la desaparición del terrorismo permite desdramatizar el salto de estatus político que persigue para Euskadi, con fecha en 2015: la "institucionalización" del derecho de autodeterminación. El portavoz en el Congreso, Josu Erkoreka, expresó ya en noviembre, arropado por Urkullu, su visión de Euskadi ante una nueva transición en la que "la realidad nacional vasca" puede ser incorporada a la Constitución, sostenida en el derecho a decidir y culminada en una consulta.

La asamblea sancionará el tránsito desde el nacionalismo ideológico y de discurso fundamentalmente político al de argumentación económica que quiere poner en primer plano Urkullu, porque cree que puede suscitar más adhesiones y constituir un elemento de diferenciación respecto del abertzalismo épico de la izquierda abertzale. Se trata de incidir en la mejor posición relativa de Euskadi y en el "lastre" que supone su ligazón a España, de ahí la pretensión de que Euskadi sea "una marca que nos diferencie de la ruina y la depresión", como dijo Iñigo Urkullu recientemente.

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El PNV da signos de haber interiorizado que la hegemonía ha tocado a su fin: admite sin tapujos la estabilización de "una Euskadi a cuatro", cuyo reflejo más fiel es el reparto del liderazgo del Gobierno (PSE) las Diputaciones (una PNV, una Bildu y una PP) y los Ayuntamientos de las capitales. En ese tablero, el PNV es el primero, pero también ahora es solo uno más.

Pese a que durante el mandato de Urkullu el PNV ha perdido la mayor parte del poder institucional que tenía hace cuatro años, su responsable máximo durante ese tiempo, Iñigo Urkullu no solo no ha visto cuestionado su liderazgo interno sino que saldrá incluso con su posición reforzada, porque es claro que las mayores pérdidas las han sufrido sus oponentes internos. Así los cinco representantes que tiene ahora mismo en la ejecutiva el sector que lidera Joseba Egibar -en el pacto con Urkullu de 2007 ganó uno sobre los que tenía en la época Imaz- pueden quedar reducidos a dos, en lo que supondría una práctica laminación y su confinamiento territorial a Guipúzcoa. Justamente allí donde menos expectativas hay de que el PNV recupere la primacía frente a la izquierda abertzale.

La recuperación del Gobierno vasco, en condiciones de liderazgo aunque deba coaligarse con algún partido, es el objetivo prioritario y el reto externo más cercano. El interno es aún más inmediato: acertar en la elección del candidato a lehendakari y que el proceso se desarrolle en un clima de paz y respaldo unánime.

No será, en todo caso, hasta que la ejecutiva esté completamente renovada, tras la elección, ya en primavera, de los cinco presidentes de las ejecutivas regionales. El proceso durará 45 días, o 20 si una urgencia electoral obligara a un procedimiento abreviado.Los procesos de renovación de las territoriales parecen cantados, con Andoni Ortuzar incuestionado en Bizkaia, Joseba Egibar ganador casi seguro en Gipuzkoa aunque sus críticos le presenten batalla, y conflicto en Álava. En Gipuzkoa y en Álava pueden quedar abiertas heridas que será preciso cerrar en torno a la figura del candidato a lehendakari que la mayoría de Urkullu proponga.

Y habrá un último reto, al plazo máximo de un año: dando por hecho que el PNV conserve en las elecciones autonómicas su posición de partido más votado, que ha tenido tanto en las elecciones municipales como en las generales, llegará el momento de la verdad: a quién dirigirse para tratar de gobernar, con la izquierda abertzale a un lado y uno de los dos partidos constitucionalistas, PSE y PP, al otro.

De la relación de buen entendimiento que quiere con el PP, ha dado ya señales muy claras, la principal el voto afirmativo a la investidura de Rajoy a cambio de apenas nada: una promesa de que el PNV será llamado cuando se den pasos ante el fin de ETA.

El PNV debate tres documentos: el político, Euskadi nación europea, cuyo núcleo es esa aspiración para 2015 de un nuevo estatus de relación con España en términos de igualdad y soberanía, así como lapuesta al día de los derechos históricos y facilitando "el crecimiento de Euskadi como nación en Europa partiendo del reconocimiento de su realidad como tal".

El segundo documento aborda las políticas sectoriales bajo el título Trabajando el mañana, y el último son los estatutos, que han sido menos retocados de lo que algunos habrían querido, pero que, al menos, van a permitir suspender de militancia a los presuntos implicados en casos de corrupción. Hay que recordar el pulso que los alaveses imputados, y algunos ya ahora procesados, en el caso De Miguel mantuvieron con Urkullu negándose a entregar el carné durante cerca de un año.

De las más de 1.500 enmiendas presentadas, solo quedan unas cien para discutir en la asamblea; el 70% se han incorporado tal cual, propuestas en su mayoría por los redactores de los documentos, que los han puesto al día tras el anuncio del fin de ETA y la constatación de que la crisis no remite, y otro 20% llegan transaccionadas.

Definitivamente, el partido conservará su actual denominación de Partido Nacionalista Vasco, tras el rechazo inicial que cosechó entre la afiliación y sectores estratégicos de la propia formación la propuesta de que pasara a llamarse Partido Nacional Vasco.

Iñigo Urkullu, en su discurso de cierre de la campaña electoral del PNV, en los últimos comicios generales, en el pabellón de La Casilla.
Iñigo Urkullu, en su discurso de cierre de la campaña electoral del PNV, en los últimos comicios generales, en el pabellón de La Casilla.SANTOS CIRILO

"Egibar sabe qué tiene que hacer"

El líder del PNV en Guipúzcoa, Joseba Egibar, tendrá que poner todo de su parte para salir del lío en que se metió al tomar partido en la pugna alavesa, al incorporar a las listas de los aspirantes a la ejecutiva por Guipúzcoa a dos representantes de la plancha apoyada por Iñaki Gerenabarrena.

Con su maniobra, y de no haber resultado más votados los dos candidatos del sector afín a Iñigo Urkullu, Pilar García de Salazar y Gonzalo Sáenz de Samaniego, sus partidarios podrían incluso haber arrebatado un representante de los cinco de Vizcaya y haber obtenido cuatro. El problema es que ha perdido y no sólo los dos alaveses, sino también uno de los suyos.

Puede arreglarse, admiten en el sector mayoritario, y sería deseable incluso. Pero fácil no es: la cuestión tiene implicaciones tanto políticas -es él quien ha tomado partido y ha pugnado contra los ganadores- como personales: estos puede no querer dimitir del puesto que el voto de la militancia les ha adjudicado.

Nadie cuestiona el derecho del líder guipuzcoano a obrar como lo hizo, pero el hecho es que el problema a que se enfrenta, la pérdida de un puesto en el EBB, se lo ha creado él mismo. Fue él, con su apuesta por una de las partes en litigio en otro territorio, quien "alteró el equilibrio" no escrito de cinco vizcaínos, dos guipuzcoanos y un alavés. Por lo tanto, a él y a nadie más le corresponde dar los pasos para tratar de arreglarlo. El problema, se afirma, lo tiene con los alaveses que han ganado. "Él sabe qué tiene que hacer y con quién ha de hablar", señalan crípticos en la mayoría de Urkullu.

Fin de proceso

- El PNV se define como partido democrático, plural, participativo, aconfesional y humanista, abierto al progreso y a todos los movimientos de avance de la civilización que mejoren la calidad de vida de las personas.

- Su asamblea general cerrará la próxima semana, en el BEC de Barakaldo (BIzkaia) el calendario abierto el 30 de junio de 2011 para el proceso de su debate interno.

- Serán tres jornadas. La primera, el viernes día 13 de enero para concluir el domingo 15 con el discurso de Iñigo Urkullu, reelegido presidente del EBB, el órgano de máxima dirección del partido.

- En las tres jornadas se aprobarán los documentos de debate, se ratificará la reforma de los estatutos, se leerán las comunicaciones y se procederá a la elección de Iñigo Urkullu como presidente del EBB.

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