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El PP se examinará en las elecciones de mayo de su primer viaje al centro

Pretende identificarse como mejor defensor de las clases medias que el PNV

Javier Rivas

El PP vasco se ha marcado las elecciones de mayo como su primer test relevante ante los ciudadanos del cambio en el partido y su apuesta por abrirse al centro. Las autonómicas de 2009 llegaron bajo la sombra de la traumática marcha de María San Gil y con una nueva dirección, encabezada por Antonio Basagoiti, apenas rodada nueve meses. Ahora es el momento de avalar en las urnas la evolución de ese nuevo PP, coinciden miembros de su ejecutiva. Con esa orientación, la formación defenderá un proyecto de escasa carga ideológica, centrado en la economía y en el que "puedan sentirse cómodos", según un parlamentario, quienes no han votado al PP, lleguen del nacionalismo o la izquierda. El partido se dirigirá así a amplios sectores de las clases medias, a los que argumentará que representa mejor sus intereses que el PNV.

"No es momento de grandes proyectos sino de idear hacer más con menos"
Aviso para el PSE en Álava: "O estamos por el cambio, o no estamos"

Los populares tienen trazadas las líneas centrales de la estrategia que seguirán hasta los comicios, en los que sus objetivos principales pasan, fundamentalmente, por ganar en Álava, Vitoria, Getxo y algunos consistorios de la Rioja Alavesa, conseguir un resultado que facilite el cambio en Bilbao -"luego lo habrá o no", apunta un dirigente- y aspirar a ser determinante en San Sebastián. Y, en segundo lugar, crecer para ser decisivos en la gestión en la Margen Izquierda y los otros dos territorios.

Situar la crisis en el eje se traduce tanto en vender austeridad y control férreo del gasto, sin promesas de relumbrón, como en cuestionar la gestión realizada, "preguntando dónde está el dinero de los ciudadanos", incide el líder popular vizcaíno, Antón Damborenea. "No es momento de grandes proyectos, sino de buscar ideas para hacer más con menos", resume Javier de Andrés, cabeza de cartel alavés.

Otro pilar táctico es plantear la campaña como un enfrentamiento de partidos, evitando el personalismo del choque de candidatos. "La marca y la garantía es la gaviota", destaca un miembro de la ejecutiva. Y ello tanto pasa por aprovechar la ola Rajoy y la erosión de Zapatero como por eludir la pugna con rivales tan reconocidos como Iñaki Azkuna u Odón Elorza.

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Pese a dejar abierta una puerta a acuerdos con el PNV, los populares buscarán el desgaste de este partido presentándole como corresponsable de la crisis por apoyar al Gobierno central, mensaje en que se centrarán las próximas semanas. "No se pueden ir de rositas mientras todos ponen a parir a Zapatero", enfatiza uno de los consultados. Así, se buscará, por ejemplo, más que citar a Azkuna vincularle a esa actuación peneuvista.

En Álava y Vitoria, un punto clave será presentarse como única alternativa frente al "gobierno de coalición de hecho" de nacionalistas y socialistas. Álava es para el PP la gran cuestión pendiente y, aunque evitarán en todo momento plantearla a los socialistas como una deuda, a los populares les resultaría inasumible que el PSE no les apoyase, si es el caso, para recuperar la Diputación. "Es muy simple: o estamos por el cambio o no estamos. Cada uno sabrá a qué juega", opina un dirigente.

En San Sebastián, donde el PP inicia hoy un buzoneo masivo en 76.000 hogares para que los ciudadanos comenten su visión de la capital y sus problemas, el mensaje es dialéctico: lo nuevo ante lo viejo, el cambio frente a un Elorza en la alcaldía desde 1991.

Más candidatos vascos que nunca

Por mucho que haya cambiado el Gobierno vasco, por mucho que la violencia sea cada vez más una pesadilla del pasado, "no resulta cómodo aquí ir en una candidatura que no sea nacionalista", reconoce el número dos del PP en Euskadi, Iñaki Oyarzábal. El PP mantiene de nuevo la intención de concurrir con listas completas en los 251 municipios de la comunidad autónoma y ello supone contar con más de 2.600 candidatos, incluyendo los suplentes. Para alcanzar ese objetivo, va a tener que seguir "pidiendo ayuda de fuera".

Por una parte, en buen número de municipios, especialmente pequeños, el PP no va a poder presentar a residentes en la propia localidad, incluso en puestos de cabecera, y deberá recurrir a militantes o simpatizantes empadronados en otra población. Para lugares de relleno precisará la asistencia de organizaciones del partido en otras autonomías. "Llenarlas todas con militantes vascos es imposible", asume el presidente del partido en Vizcaya, Antón Damborenea.

"Es un hecho que donde hay mayor presión nacionalista y, sobre todo, en el medio rural, hay más dificultades para presentarse en las listas del PP, y eso supone afrontar las elecciones en inferioridad de condiciones", se lamenta Oyarzábal. "A mucha gente le sigue dando miedo significarse con nosotros", añade. Con todo, el partido se ha encontrado con que cuenta con más afiliados dispuestos a ir en las listas que en anteriores elecciones y casi todos los actuales concejales y junteros quieren repetir. Por ello, el PP va a poder ir a las urnas con más candidatos vascos que nunca.

En un mes quedarán previsiblemente cerradas todas las listas y para la segunda quincena de marzo se quiere organizar un gran acto con todos los cabezas de cartel.

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Sobre la firma

Javier Rivas
Forma parte del equipo de Opinión, tras ser Redactor Jefe de la Unidad de Edición y responsable de Cierre. Ha desarrollado toda su carrera profesional en EL PAÍS, donde ha trabajado en las secciones de Nacional y Mesa de Cierre y en las delegaciones de Andalucía y País Vasco.

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