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Reportaje:

Pintores de hace 25.000 años

Tres arqueólogos hallan en la cueva vizcaína de Askondo una docena de pinturas rupestres - Son más antiguas que las de Santimamiñe

Los arqueólogos Ander Ugarte, Joseba Ríos y Diego Gárate supieron buscar. Formaban parte de un equipo de investigación para analizar el poblamiento paleolítico en el interior de Vizcaya y el pasado mes de enero visitaron la cueva de Askondo, el la localidad vizcaína de Mañaria. Lo que en un principio parecían simples manchas yaciendo en el deterioro eran en realidad pinturas rupestres de hace 25.000 años.

Este hallazgo sitúa a la cueva de Askondo en el podio de las vizcaínas en lo que a arte parietal se refiere, tras Santimamiñe y Arenaza. Y es que se han descubierto una docena de pinturas, todas ellas en rojo o grabadas. Seis caballos, una mano, un hueso hincado en la pared, una mano en positivo -la primera encontrada en Euskadi-, una línea cérvico dorsal de animal o distintos grabados, todos ellos muy anteriores a los que se hallan en las cuevas de Santimamiñe.

Sedimentos, una cantera y varios grafitis han deteriorado el hallazgo
La gruta se convierte en la tercera en cuanto a importancia de Vizcaya

25.000 años atrás alguien ejerció de pintor en Askondo. Así lo confirmaron los expertos del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria -centro asociado al CSIC- Manuel González y César González, que determinaron que el descubrimiento, en un pobre estado de conservación, no es un fiasco: "No hay ninguna duda. Es de las seguras".

Tras el hallazgo de las pinturas, ha quedado cerrado el acceso a la cueva y al yacimiento por la Ley de Patrimonio, que determina esta actuación y han comenzado los trabajos de investigación y de recuperación necesarios para la protección y la mejor datación de un lugar que al Diputación ha otorgado un gran valor.

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Sin embargo, las pinturas han pasado desapercibidas durante muchos años. El investigador Gálvez Cañero fue el primero en entrar en la cueva con fines arqueológicos, en 1912. Solo halló unos pocos restos.

Media década más tarde, en 1963, se localizaron dos cráneos de oso de las cavernas, que fueron a parar a manos privadas. Desde entonces, se sucedieron las actuaciones furtivas y se expolió gran parte del patrimonio de la cueva.

En consecuencia, Askondo empezó a deteriorarse. Grafitis, sedimentos y demás restos inundaron la cueva. Si a esto se añaden los efectos de la actividad de una cantera ahora en desuso, el cóctel resultante depara unas pinturas totalmente escondidas y deterioradas. No obstante, parte del arte ha sobrevivido durante 25.000 años, escondido hasta hace unos meses del ojo humano.

"Hay que tener el ojo educado y saber lo que se está buscando", apuntó ayer César González en la presentación del hallazgo, a la que también asistieron la diputada de Cultura, Josune Ariztondo y Gárate, para explicar que las pinturas hallan pasado desapercibidas tanto tiempo. Vizcaya tiene desde ahora más arte.

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