_
_
_
_
_

San Sebastián inaugura su primera escultura en memoria de todas las víctimas

La corporación respalda de forma unánime la inauguración del monolito de Alderdi Eder

Las víctimas del terrorismo cuentan desde ayer en San Sebastián con el recuerdo que les presta el primer monolito erigido en la ciudad con la intención de mantener su memoria y luchar contra el olvido en la capital vasca más castigada por la acción de ETA. La iniciativa ha partido del Foro Municipal de las Víctimas, creado por la corporación, que ayer participó de forma unánime en la inauguración de la obra del escultor Aitor Mendizábal, instalada en el Parque de Alderdi Éder, en pleno centro de la ciudad y junto a la bahía de La Concha. Unas 50 víctimas asistieron emocionadas al acto, entre ellas Maixabel Lasa, directora de la Oficina de Atención del Gobierno vasco y viuda del asesinado Juan María Jauregi.

Más información
Homenaje en Durango a los 10 asesinados

El Día Mundial de la Paz, que se celebraba ayer en el aniversario de la muerte de Gandhi, fue la fecha elegida por el Ayuntamiento donostiarra para inagurar la primera escultura de la ciudad que se dedica a recordar de forma permanente a las víctimas del terrorismo etarra. La actuación de la banda ha marcado con dolor y sufrimiento la historia de la ciudad, que registra a más de 150 personas directamente afectadas por sus acciones.

La presencia de numerosos familiares de víctimas en el acto, que estuvo cargado de emotividad, arropó esta iniciativa municipal, que les que ha tenido, precisamente a ellas, como objeto de inspiración.

La voluntad de luchar contra la tentación del olvido está presente en la escultura de Mendizábal, que fue descubierta en un gesto conjunto por todos los portavoces municipales. Titulada Oroimena-Memoria, se trata de un monolito de cuatro metros de altura, en forma de prisma triangular y que ha sido realizado en bronce y cobre.

Las heridas morales

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

La columna queda surcada de hendiduras, que simbolizan, según su autor, las profundas heridas morales que la violencia ha dejado en la ciudad. Su forma de árbol mochado representa también "el parón que se le da a la vida con un asesinato", explicó Mendizábal.

Tras descubrir el monolito, el alcalde, Odon Elorza, repartió rosas blancas entre los asistentes, que las fueron depositando al pie de la escultura mientras un cuarteto de la Escuela Municipal de Música y Danza interpretaba El cant des ocells en la versión que realizó el violonchelista Pau Casals en homenaje a la paz.

Elorza tomó la palabra para insistir en que la memoria resulta fundamental para que ni la actual generación de donostiarras ni las futuras olviden "a las víctimas, ni a los causantes, ni los motivos que produjeron semejante tragedia". El primer edil también se comprometió a seguir luchando por difundir la educación para la paz, en valores y en los principios democráticos.

La escultura inaugurada ayer es una de las primeras iniciativas adoptadas y concluidas por el Foro Municipal de Víctimas, que depende de la Concejalía de Derechos Humanos, que dirige la socialista Arritxu Marañon. Cuenta con el apoyo de todos los partidos, como lo expresaron sus portavoces durante su presentación.

Además de este monumento, erigido en el centro neurálgico de la ciudad, el consistorio prepara un proyecto mucho más ambicioso: el futuro parque dedicado a las víctimas. Se denominará El Jardín de la Memoria y se ubicará en un vértice del nuevo barrio de Riberas de Loyola, actualmente en construcción.

El consistorio está empeñado en aportar calor y apoyo a las víctimas del terrorismo y concienciar a la ciudadanía para que las tenga en su recuerdo. Una línea que animó a cultivar desde los ayuntamientos la directora de la Oficina de Atención a las Víctimas, Maixabel Lasa.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_