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Reportaje:

Segundas oportunidades

El Inquilino Comunista y Le Mans, exponentes del Getxo Sound y el Donosti Sound, reeditan sus discografías íntegras

Los seguidores de Le Mans y El Inquilino Comunista están de enhorabuena. No pueden celebrar que ambas bandas, exponentes destacados del candoroso Donosti Sound y del más enmarañado y ruidoso Getxo Sound, respectivamente, hayan decidido reverdecer laureles embarcados en largas giras o grabando nuevos álbumes, pero sí la oportunidad de completar sus discografías con nuevas ediciones de sonido mejorado o de estética renovada.

El Inquilino Comunista ha visto reunidas 57 canciones grabadas entre los años 1992 y 1996 en Dogbox (Recordings From The Other Side-Everlasting), una caja que contiene tres discos compactos. En sus tres horas y cuarto de duración encuentran cabida todas sus grabaciones oficiales, tres elepés (El Inquilino Comunista, Bluff y Discasto) y varios singles, y cortes inéditos.

"Buenos o no, fuimos los pioneros en España de ese movimiento", dice el batería del Inquilino

Ése es el legado de un grupo surgido en 1992, cuando el boom indie aún no se barruntaba, que fue punta de lanza del underground, de la escena subterránea alimentada por fanzines, el mundo de las discográficas que nunca verían sus discos en el top manta, de angostas salas de conciertos, y de la auténtica pasión de fan y absoluta ausencia de pretensiones. Con el tiempo, se convirtió en epítome de grupo indie español, estandarte del noise pop capaz de rechazar una oferta de la multinacional RCA para conservar su independencia y esquivar cualquier cortapisa a su creatividad.

De ella surgió una amplia colección de temas sostenidos por la tensión continua entre la base rítmica y las guitarras eléctricas empuñadas por los hermanos Real de Asua, auténticas protagonistas de una propuesta que utilizaba la voz para intensificar la melodía y también para poner el acento en la fiereza cuando se desgañitaban. Un abanico de registros en el que se hace patente la influencia de bandas estadounidenses como Sonic Youth, Pavement, Pixies y The Breeders.

"Queríamos ofrecer rock, noise, power punk, pop, melodías, guitarreo y ritmos", explica el batería Javier Letamendia. "Independientemente de que fuéramos buenos o no, que yo siempre he pensado que no éramos tan buenos, fuimos los pioneros en España de ese movimiento", recuerda el músico, actualmente enfrascado en los últimos detalles del primer álbum del grupo de Getxo Standard que llegará a las tiendas en primavera.

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Por otra parte, la publicación remasterizada y en formato digipak de Le Mans y Entresemana ha completado la reedición de todos los elepés de Le Mans, una iniciativa que el sello madrileño Elefant Records empezó en el año 2004 volviendo a publicar Saudade y Aquí vivía yo. Renovados diseños de Javier Aramburu visten también ahora las dos primeras entregas del grupo comandado por el guitarrista Ibon Errazkin y la bajista Teresa Iturrioz, que surgió de las cenizas de Aventuras de Kirlian.

Le Mans llegó por primera vez a las tiendas en enero de 1994, se editó en España, Estados Unidos y Japón, y su colección de sencillas tonadas pop con cierto toque funk y jazzístico, su "sonido delicado y frágil" y sus letras "intrascendentes pero encantadoras", como se las calificó, son comparadas en Elefant con la producción de colegas como Marine Girls, Felt, Orange Juice. Mientras, Entresemana, grabado en agosto de 1994, se presenta como un disco "adelantado a su tiempo", capaz de combinar "el jazz vocal de Julie London con homenajes a Vainica Doble", y surtido nuevamente de "imágenes costumbristas que encuentran la belleza en lo cotidiano, narradas con fragilidad y delicadeza", según reza en la promoción de la casa de discos. Asimismo, arreglos de cuerda ennoblecen su sencilla visión del pop, aunque sus autores subrayan que nunca quisieron sobrecargar sus grabaciones.

"Había pocos instrumentos, pocos arreglos y, en general, todo sonaba, premeditadamente, austero y poco ampuloso. Es más, la idea del instrumentista virtuoso nos horrorizaba, y cuando comenzamos adorábamos grupos como Young Marble Giant o los del sello Cherry Red, en los que una canción podía no ser más que una bonita melodía de voz acompañada de un ritmo ultrasencillo", recuerda Teresa Iturrioz, también compositora de este influyente grupo donostiarra que publicó cuatro elepés, un mini y tres maxis y EPs entre 1991 y 1998.

Iturrioz y Errazkin han vuelto a colaborar en Single, un grupo que, tras editar los singles Honey y Su recuerdo, distribuirá su primer elepé durante el presente año.

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