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El Supremo reconoce a un etarra su derecho a saber las reglas que debe cumplir en la cárcel

El Tribunal Supremo ha reconocido a un preso de ETA su derecho a recibir por escrito los derechos y deberes que debía cumplir durante su ingreso en la cárcel de Daroca, a la que fue trasladado y que Instituciones Penitenciarias le negó porque ya se lo habían entregado en la cárcel de procedencia. Se trata de Jon Koldo Aparicio, condenado a 35 años de cárcel, que es el preso de ETA que más decisiones de Instituciones Penitenciarias recurre, según ha informado la Cadena Ser.

En este caso los hechos se remontan al año 2004 cuando Aparicio fue trasladado a la cárcel de Daroca. Allí se le entregó un folleto que contenía el régimen interno del centro penitenciario, pero no se le otro con informción sobre sus derechos y deberes, las normas disciplinarias y las vías para formular peticiones, quejas o recursos.

Jon Koldo Aparicio es el preso de ETA que más decisiones penitenciarias apela

El interno lo solicitó pero Instituciones Penitenciarias se lo negó en base a una decisión, avalada por el Abogado del Estado, que sostenía que la ley solo obliga a entregar esa información cuando el interno ingrese en prisión, tal y como ocurrió en este caso, y no cuando sea trasladado de un centro penitenciario a otro.

El Tribunal de Justicia de Madrid primero y ahora el Tribunal Supremo han respaldado a Koldo Aparicio. Los magistrados subrayan que "los intereses legítimos del preso nos llevan a efectuar una interpretación amplia del término ingreso en prisión" que comprende no solo la primera vez que se pisa la cárcel, sino también todas aquellas en las que se produzca un traslado del interno porque no hay "ningún inconveniente legal o material" que impida que se le suministre de nuevo esa información.

De esta forma, concluye la sentencia según recoge la Ser, se constituye "una garantía para la salvaguarda y el adecuado ejercicio de los derechos que reconoce la ley y del procedimiento a seguir para hacerlos valer". Koldo Aparicio, vinculado al comando Vizcaya de ETA, fue condenado a 35 años de cárcel por intentar asesinar a un agente de policía en Basauri. Ahora está en régimen de segundo grado y es un preso muy conocido por Instituciones Penitenciarias, ya que acostumbra a recurrir muchas de sus resoluciones.

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