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Entrevista:MARÍA VICTORIA CINTO | Viceconsejera de Justicia

"Tarde o temprano, la izquierda 'abertzale' estará en las elecciones"

Había enfocado su formación hacia la medicina, pero "por uno de los muchos requiebros con los que sorprende la vida", se decantó a última hora por estudiar Derecho. No podía imaginar entonces que le aguardaba el cargo de viceconsejera de Justicia, un reto más en la carrera profesional de quien hasta septiembre pasado fue presidenta de la Audiencia de Guipúzcoa, cargo que ocupó una década.

Pregunta. Se ha subido al tren del Gobierno en marcha. ¿Está todo controlado tras cuatro meses en el cargo?

Respuesta. Nunca se tiene todo lo suficientemente controlado, pero creo que he conseguido hacerme a la situación.

P. Sus palabras han ganado en autoridad. ¿Mantiene desde el Ejecutivo sus críticas al gobierno de los jueces?

"Estamos muy involucrados en la justicia juvenil o la reinserción"
"Se ha pasado la desconfianza con el Gobierno que imperaba antes"
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"Empezamos a tocar el final del terrorismo con la punta de los dedos"
"La Justicia está anclada en el siglo XIX y tenemos que traerla al XXI"

R. Ni me he llevado ni me tengo por qué llevar mal con el Consejo General del Poder Judicial. Sí critiqué en su momento la política de nombramientos, y uno no cambia su sistema de valores o el modo de ver las cosas en función del sitio en el que está. Al menos, yo no lo hago.

P. ¿Era Iñaki Subijana el mejor relevo posible al frente de la Audiencia de Guipúzcoa?

R. Yo siempre defendí que el sustituto tenía que salir de dentro, que tenía que ser un magistrado implicado en el día a día del tribunal. Subijana era un extraordinario candidato y creo que el Consejo, en su caso, sí acertó con la elección.

P. ¿Qué opinión le merece la nueva situación política?

R. Parece que se abre un escenario de esperanza y tengo la sensación de que empezamos a tocar el final del terrorismo con la punta de los dedos. Ahora se trata de que fructifique la desaparición de ETA que comienza a vislumbrarse.

P. ¿Será legal Sortu?

R. Yo sabría lo que hacer, pero es una decisión que no me compete a mí y sobre la que tampoco considero que sea acertado mi pronunciamiento. Lo que sí tengo claro es que, más temprano o más tarde, la izquierda abertzale tendrá que estar en las elecciones.

P. ¿Qué hay de verdad en la nueva apuesta de la izquierda abertzale?

R. Resulta difícil creer que tanta gente se haya caído del caballo al mismo tiempo, pero los estatutos de Sortu han recogido un rechazo explícito de ETA que nunca antes se había dado. La novedad es importante y habrá que sopesar su alcance, siempre desde un talante conciliador.

P. ¿Cómo va la implantación de la nueva oficina judicial?

R. Razonablemente bien. No hay que olvidar que se trata de un proyecto modernizador que implica un cambio de mentalidad muy importante. La Justicia está anclada en el siglo XIX, sin la eficacia ni la calidad que le son exigibles, y hay que traerla de golpe al XXI. El salto es muy grande.

P. Se estrena con el nuevo decreto de justicia gratuita, cuya redacción se acaba de rematar. ¿Es una de las prioridades que se ha fijado el departamento?

R. Siempre es importante prestar cobertura jurídica a las personas sin recursos y más en tiempos de crisis. Es un decreto muy positivo, pero ideas no nos faltan y proyectos importantes hay muchos.

P. ¿Por ejemplo?

R. Estamos muy involucrados en materias como la justicia juvenil o la reinserción social de las personas privadas de libertad. En breve esperamos tener novedades al respecto.

P. ¿Qué legado le dejó su predecesor en la viceconsejería, el fallecido José Manuel Fínez?

R. Un proyecto encarrilado y que comparto en su integridad.

P. Hereda su condición de magistrado y viceconsejero para estrechar la relación del Ejecutivo con el poder judicial.

R. Creo que es una apuesta inteligente por parte del Gobierno y una forma de conocer de primera mano las demandas de la judicatura.

P. ¿Resultan dos mundos antagónicos o son compatibles?

R. Ambas cosas. Y además deben serlo. Por un lado, han de mantener su independencia, pero, por otro, comparten intereses. El objetivo común es el de mejorar la Administración de Justicia.

P. La relación entre ambos ha mejorado desde el relevo en Ajuria Enea.

R. Digamos que se ha pasado la página de la desconfianza mutua que imperaba antes. Frente a la condición de extraño que el poder judicial tenía para el anterior Gobierno vasco, el actual se ha decantado por darle visibilidad, y es algo que se agradece.

P. ¿Tuvo peso su perfil político en la designación como viceconsejera?

R. Supongo que la decisión se adoptaría tras tener en cuenta mi trayectoria profesional. El perfil ideológico no lo he desvelado en público hasta ahora ni tampoco considero que sea imprescindible hacerlo.

P. ¿Cómo se ve la judicatura desde el Ejecutivo?

R. Por ahora, igual. Mi mentalidad de juez se impone aún en las reuniones que mantenemos. Lógico, entiendo, si se tiene en cuenta que sumaba 23 años de trayectoria en el mundo judicial y que apenas llevo cuatro meses en el Gobierno.

P. La relación entre ambos poderes, indeseada en este caso, parece que se ha incrementado en los últimos meses con no pocos casos de supuesta corrupción que implican a políticos.

R. Nadie debe escapar a los tribunales si vulnera la ley en su gestión. El problema es cuando se entiende que se menoscaba la ley con una mera acción política. Hay que saber discernir entre ambas situaciones, aun cuando tal acción no sea compartida por el juez.

María Victoria Cinto, en su despacho oficial en la sede del Gobierno en Vitoria.
María Victoria Cinto, en su despacho oficial en la sede del Gobierno en Vitoria.PRADIP J. PHANSE

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