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Columna
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Templanza

Cuando vi el otro día en un gran rotativo de Euskal Herria la inmensa foto de la duquesa soltándose con una rumbita me dije a mí mismo que los vascos ya no somos lo que éramos, que aquella reciedumbre de carácter que descubriera en nosotros el Maestro, Sabino Arana, frente a la indolencia y amaneramiento de los españoles se difumina, pues prueba de ello es la propagación de esa foto entre nosotros. Por obra de los medios de comunicación, los grandes almacenes que nos hacen a todos vestir igual, olvidando la boina, y los viajes baratos, se nos conduce al más miserable de los uniformismos. Luego, para resarcirnos, votaremos a Bildu, pero somos como los de Sevilla, que se emocionan viendo a la aristocracia bailando como el pueblo. ¡A nosotros nos van engañar!

Ni siquiera hace falta un dictador para que nos imponga mirar, cual españolazos, los descalzos saltitos, enaguas al aire, de la anciana dama. Si el periódico lo pone entronizando su portada es porque aquí también nos va la misma marcha que a las gentes meridionales. Es decir, que somos muy iguales. Y yo, que soy el más igual, pues soy sevillano, en vez de glosar aquellos versos de campos de soledad fueron un tiempo Itálica famosa os tengo que decir que vosotros, también, sois muy iguales. Otra cosa es que para vivir mejor, ya desde el Antiguo Régimen nuestra élite se inventara lo de los fueros, y posteriormente lo del Concierto y el Cupo, y para vivir mejor tuviéramos primero la pureza de sangre y más tarde el euskera como gran elemento de identificación para pedir al Borbón lo que hay de lo nuestro. Pero luego se nos van los ojos tras la duquesa bailaora.

Y no crean que para mí es un placer esta denuncia de igualdad, pues padezco la vergüenza, como vosotros, de verme en ella, ya que comparto los gloriosos mitos de vuestro pasado eúskaro. Pero la globalización es así, los mercados son lo que son. Nuestros jóvenes no trabajan en el Parque Tecnológico de Zamudio, sino que están currando en Shangai porque aquí no hay trabajo, y no hablemos del PER, que ya lo ha hecho para su desgracia Duran i Lleida, que si unos tenemos el RH negativo otros tienen el PER, y nos duele mucho, en el corazoncito, que se metan con lo nuestro.

Pero entramos en campaña electoral, aunque creo que desde hace años estamos en campaña electoral, y es el momento de mostrar quién es vasco de verdad. Es el momento de demostrar mediante las urnas si somos vascos-vascos, vasco mediopensionistas, o traidores, porque cuando llega la política ahí ustedes se desmadran, y van a demostrar lo que no son en lo cotidiano. Así vamos de esquizofrénicos por la vida, ahí me incluyo, cuando debiéramos seguir, hoy más que nunca, aquellas sabias palabras de aquel gran vasco universal, gure patroi handia, héroe de la Contrarreforma y del Imperio español, Inazio, cuando dijera: "En tiempo de mudanza, hermanos míos, templanza". Templaza, incluso, aunque todo parezca tan oprobiosamente aburrido.

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