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Los tres asesinos del político cumplen hoy penas centenarias

Asier Carrera (1975), el más joven de los etarras que participaron en el asesinato de Fernando Buesa, empezó a ir a la escuela el año más sangriento de la historia de la banda, 1980, cuando cometió 96 asesinatos, uno cada menos de cuatro días. Y justo acababa la EGB cuando el entonces consejero de Educación y vicelehendakari bregaba por el pacto escolar, la confluencia de las ikastolas en la red pública y la extensión del euskera a la escuela pública en el Gobierno de coalición PNV-PSE.

En el juicio por el asesinato, celebrado en 2002, sostuvo que lo habían matado "por su responsabilidad directa en el conflicto vasco y el agravamiento que está suponiendo con su política". Carrera fue quien la mañana del 22 de febrero de 2000 aparcó su coche en el lugar que luego cedió a la furgoneta-bomba y quien apretó el botón del mando a distancia cuando Buesa y su escolta Jorge Díez estuvieron al alcance de la explosión. Fue condenado junto a Luis Mariñelarena a 101 años de cárcel. Cumplirán 30 y ambos tendrán 57 cuando salgan de prisión.

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Otros 100 años de condena pesan sobre el tercer miembro del comando Ituren, Diego Ugarte, juzgado en 2005. Ugarte, profesor antes en una ikastola concertada de Vitoria, al amparo del pacto escolar diseñado por Buesa, está a punto de cumplir 40 años y saldrá de prisión con casi 65. Fue quien aparcó la furgoneta-bomba en el lugar que reservó Carrera.

Ugarte tendrá prohibido además en los cinco años siguientes a salir de la cárcel pisar Vitoria o cualquier otro lugar donde residan, trabajen o se muevan los allegados de Buesa. Fue el primer terrorista al que se aplicó la pena añadida de alejamiento del lugar donde cometió sus crímenes y de los que frecuenten sus víctimas.

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Los tres terroristas persiguieron con ahínco también al diputado general de Álava en la época, el popular Ramón Rabanera, siempre a las órdenes de Javier García Gaztelu, Txapote, condenado él mismo ya a 353 años por los asesinatos, entre otros, de Fernando Múgica, Miguel Ángel Blanco y José Ignacio Iruretagoyena.

Las cosas han cambiado mucho desde 2000 y mucho más desde que el más joven de los asesinos de Buesa tenía cinco años: lo que ahora se produce casi cada cuatro días no es un atentado, como en 1980, sino una operación policial contra la banda. En los 51 días transcurridos de este año han sido detenidos 23 etarras. Y Ugarte dice ahora desde la cárcel que ETA es "un serio obstáculo para la izquierda abertzale" y que su acción perjudica "sus propios objetivos estratégicos".

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