La bailaora Sara Baras ofrece sus 'Sabores' en el teatro Arriaga
Tras reservar mayo exclusivamente para las representaciones de su producción propia Aventura en el teatro, el Arriaga vuelve a dotar de variedad a su programación. Su oferta para el mes de junio incluye ópera para niños, un concurso infantil de canto, zarzuela, humor y danza de la mano de Sara Baras, cuya compañía representará el espectáculo Sabores desde el 5 de junio al 10. Serán seis las oportunidades de contemplar la pieza que cierra la trilogía abierta con Sensaciones y seguida con Sueños.
Sabores es concretamente un montaje estrenado en diciembre de 2005 en París, en el Théâtre des Champs-Elysées, de casi una hora y media de duración y sin un guión o argumento definido, más allá de mostrar al espectador un amplio abanico de palos y sensaciones flamencas. Y es que bulerías, tangos, tarantos, seguiriyas, alegrías, zambras, tanguillos y jaleos, interpretados en vivo por dos guitarristas, dos cantaores, un violinista y un percusionista, aportan buena parte de los sabores que anuncia el título.
"Es baile y baile, queriéndole dar a cada palo del flamenco un color y una actitud", ha manifestado Baras, quien ha querido alejarse de estereotipos del género. "Algo muy típico en el flamenco es que termina un palo, hay un oscuro, los guitarristas afinan y entra otro. Aquí no, aquí hemos hecho un trabajo más delicado en el sentido de que cada palo se va trasformando en el siguiente. Hay siempre un detalle de color del número anterior y del que va a venir. La coreografía está siempre unida", ha explicado.
La propia Sara Baras es autora de la mayoría de las coreografías, se encarga de la dirección y también se enfrenta al público en solitario en Taranto y Bulería de Concha, dedicada a su madre. En otros cuadros comparte protagonismo con José Serrano y Luis Ortega, como artistas invitados. También hay oportunidad de contemplar al cuerpo de baile frente a una escenografía austera que concede el protagonismo al color.
El origen del Ballet Flamenco Sara Baras se remonta a 1997. La obra Mariana Pineda le valió a Baras en 2003 el Premio Nacional de Danza.
