"El camino a seguir es hacia un modelo único, pero flexible"

Andoni Lizeaga (Hernani, 1962), coordinador de la Red de Directores de Primaria de la Red Pública-Sarean, asegura que el debate sobre la conveniencia de reformar los modelos ha estado varias veces sobre la mesa en las reuniones y jornadas que celebran puntualmente los directores de los centros educativos. "Es una inquietud que siempre ha estado ahí, y después de las últimas evaluaciones realizadas por el IVEI, nos parecía un buen momento para profundizar en las reflexiones", apunta.

Entre las conclusiones a las que ha ido llegando este colectivo destaca que el actual sistema de modelos no garantiza el cumplimiento de la Ley de Normalización del Uso del Euskera, de la que depende la configuración actual. "Los alumnos sí aprenden castellano, a lo que contribuye mucho el entorno, pero no el euskera", dice. "Los estudiantes del modelo A quedan muy lejos de lograr los objetivos marcados en la ley. Ha llegado el momento de cambiar el sistema. El diagnóstico que hacemos los directores en este sentido es común", prosigue.

"La referencia para cumplir los objetivos de la ley en cuanto al euskera es el modelo D"

La otra conclusión es que "el camino a seguir debe ser hacia un modelo único, que sea flexible" en su adaptación a las diferentes realidades de los centros. Lo que sí tiene muy claro es que para que el sistema funcione, la Administración debe marcar los mínimos, no sólo ya para cada etapa, sino incluso para los ciclos que existen en las diferentes etapas -por ejemplo, Primaria suma seis cursos, que se reparten a su vez en tres ciclos-.

Además, el Departamento de Educación debe realizar evaluaciones periódicas para comprobar que las cosas funcionan. "Por ahora, falta investigación y datos para conocer dónde se deben establecer esos mínimos. Me da la impresión de que la carga horaria y el establecimiento de mínimos no quedarán muy lejos de lo que hoy en día representa el modelo D", sostiene.

Para Lizeaga, la referencia para cumplir con los objetivos previstos en la ley debe ser el modelo D (íntegramente en euskera con el castellano como asignatura). "Depende de dónde esté enclavado cada colegio, este modelo tendrá que salir reforzado o, en su caso, dar alguna hora más en castellano".

Para el profesorado supone un reto de primera magnitud esta reforma, aunque, según Lizeaga, se encuentra preparado para dar el salto. "El profesorado está en condiciones de abordar la reforma, ya que el 80% tiene el perfil lingüístico 2 [que faculta para dar clases de euskera o en euskera], un nivel que se eleva hasta el 90% cuando se trata de la etapa de Infantil", resalta. En 1980, el nivel de euskaldunización entre el profesorado apenas rebasaba el 5%.

Precisamente, es en la etapa de Infantil, en la que más euskaldunizados se encuentran los docentes, donde los modelos euskaldunes, preferentemente el D, más han crecido en los últimos años en cuanto a la matriculación de alumnos a partir de tres años. En esta etapa, el modelo A es prácticamente residual en la red pública, mientras que aguanta en la concertada.