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Elecciones municipales y forales

La campaña electoral, a través de 140 caracteres

Los partidos apuestan por las redes sociales con un impacto relativo - Bildu irrumpe con fuerza en Internet

Las tradicionales arengas, el mitin y los actos con viejas glorias del partido se han intercalado estas elecciones con perfiles de los candidatos y formaciones en las principales redes sociales (Facebook, Twitter y YouTube). Aunque está claro que el número de seguidores, retuitetos y me gusta no se traduce en votos, Internet ha podido suponer un buen escaparate para los aspirantes a alcaldes, diputados o junteros, siempre y cuando hayan sabido utilizarlo. "Esta es la primera campaña plenamente 2.0 en Euskadi, en la que ha habido una directiva de los partidos para sus candidatos: hay que estar en las redes sociales", apunta Óscar del Santo, consultor senior de estrategia online.

La información sobre Bildu llegó a ser tema del momento en Twitter
"Los partidos han dado la consigna de estar en las redes", indica un experto
La coalición tiene 7.593 seguidores en Facebook, frente a los 2.488 del PNV
Internet permite a los candidatos personalizar sus campañas
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Esa consigna del "estar" se ha traducido en dos clases de políticos: los que con mayor soltura se han manejado en la red, y aquellos a los que la obligación y el corsé les ha marcado cada mensaje. Estos últimos se evidencian en sus escasos seguidores y comentarios recibidos.

Con cifras relativamente modestas de seguidores e impacto, la campaña digital ha resultado desigual entre las principales formaciones y candidatos. Bildu ha sido la única formación en acceder a esa especie de podio que son los trending topic (temas del momento) de Twitter. El hashtag -etiquetas con las que esta red social agrupa mensajes sobre un mismo asunto- #freebildu ocupó uno de los primeros puestos de la clasificación el pasado 5 de mayo, momentos antes de que empezara la campaña y de que el Tribunal Constitucional resolviese dejar presentarse a la coalición abertzale a las elecciones.

Los mensajes en euskera, castellano y catalán de apoyo a Bildu, así como la retransmisión en directo de la multitudinaria concentración de ese día de simpatizantes y miembros de la coalición en el Arenal de Bilbao a la espera de la resolución del tribunal, ha hecho, entre otras cosas, que la coalición haya conseguido una repercusión en la red mucho mayor a la de cualquier otra formación vasca.

Bildu, última formación en llegar al escenario político vasco, ha conseguido más seguidores tanto en Twitter como en Facebook que el resto de los principales partidos (PNV, PSE y PP). La coalición dobla con creces (1.705 frente a 735) el número de seguidores en la red de microblogging -cada mensaje no puede superar los 140 caracteres- respecto a los nacionalistas y triplica holgadamente a los socialistas (561, si se suman los followers del perfil de la formación en cada uno de los territorios) y populares (490). La distancia resulta aún mayor en Facebook, la red social "predilecta" de los partidos vascos y la que "por volumen de masa crítica" les puede salir más rentable, según Del Santo. Los 7.593 seguidores de la coalición soberanista dejan a mucha distancia a los 2.488 del PNV, los 949 del PP y los 822 del PSE (otra vez sumando los adeptos de los tres perfiles, uno por cada provincia, de esta formación).

¿Qué ventaja se puede sacar de esas cifras? "En Internet hay dos estrategias: la de partido, la que puedan desarrollar el PSE, el PNV o Bildu, y la de cada candidato, que sin llegar a ir por libre desarrollan una campaña muy personal", apunta el citado experto. Y esa libertad de movimientos, resulta útil para el político, sobre todo, al tratarse de unas elecciones municipales, donde el nombre de un candidato puede llegar a pesar más que sus siglas. Por ejemplo, el candidato del PP al Ayuntamiento de Vitoria, Javier Maroto, cosecha más seguidores que su propia formación en Twitter (528 frente a 490). Incluso sus incondicionales le han creado un perfil en Facebook: "Quiero que Javier Maroto sea el próximo alcalde de Vitoria-Gasteiz", con 588 seguidores.

El candidato tiene la oportunidad de saltarse "la jerarquía del partido", continúa Del Santo. "Antes, por ejemplo, el partido decidía cuántos folletos imprimía de cada miembro, y se suponía que solo en los mítines y entrevistas los políticos tenían la oportunidad de explicar su programa. Ahora el contacto entre el elector y el candidato se puede hacer sin intermediarios, es directo", añade.

Esa comunicación sencilla y directa también puede causar algún que otro problema. Los comentarios desafortunados en Twitter o Facebook han obligado a más de uno a tener que pedir perdón. Aunque las meteduras de pata no hayan sido excesivamente sonadas en el mundo de la política, el PSOE, por ejemplo, elaboró un decálogo nacional sobre cómo comportarse en las redes sociales en la campaña electoral. "En Internet nadie puede esconder su gestión; al contrario, la red la amplifica, la gente lo puede comentar y los políticos tienen que estar preparados para eso. Siempre habrá el que critique por criticar, pero, aun así, más de uno se puede acabar ganando a la gente", apunta Del Santo.

"Los mensajes tienen que ser muy personales, que la gente encuentre una respuesta y que vean que quien la da es el político, no otra persona", concluye.

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