_
_
_
_
_
Entrevista:ENRIQUE BUSTAMANTE | Catedrático de Comunicación Audiovisual de la Complutense

"El canal público que no se democratice desaparecerá"

Enrique Bustamante, catedrático de Comunicación Audiovisual de la Universidad Complutense de Madrid, se define como un "defensor acérrimo del servicio público", pero también, asegura, es "crítico y exigente con la televisión pública". La voz del profesor, un referente en el sector audiovisual español, abrió ayer la jornada Construyendo el futuro de la televisión pública, organizada por EITB y que reunió en Bilbao a representantes de las cadenas autonómicas con el reto de afrontar un futuro en digital.

Pregunta. ¿Cómo debería ser una televisión pública?

Respuesta. La televisión pública debe contar con un gobierno independiente de los partidos y de los intereses privados que garantice una gestión personalizada y al servicio de los ciudadanos. Debe tener además una gestión transparente y una financiación sostenible y nutrida por los gobiernos públicos. Todo debe reflejarse en unos mandatos que fijen periódicamente la misión de servicio público y se negocien en los Parlamentos. Y existe un elemento vital: crear órganos independientes que sean capaces de controlar desde fuera el cumplimiento de esas misiones. Ahora además se suma el reto de traducir esto al mundo digital y salvar las amenazas del sistema. En España, donde el servicio público nunca ha tenido un gran arraigo cultural, estamos viendo decisiones apresuradas, precipitadas, insostenibles y siempre sin debate público, que huelen demasiado a lobby privado.

"Hacen falta unos principios y una regulación para las cadenas privadas"

P. ¿Por ejemplo?

R. Tras una regeneración histórica como no se había hecho nunca en democracia sobre RTVE y cuando aparentemente está funcionando bien en independencia, liderazgo informativo, respeto a la audiencia... de forma apresurada y sin debate parlamentario se reforma el sistema de financiación eliminando la publicidad y permitiendo la concentración de canales privados, que apunta claramente a la vuelta al duopolio, a los 15 años en los que Antena 3 y Telecinco se repartían el mercado.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

P. ¿Cómo debería ser el sistema de financiación de una televisión pública?

R. No invento nada. La mayoría de la financiación debe venir de la Administración pública, debatida de forma expresa en el Parlamento y desgranada minuciosamente en función de los costes del servicio. Otra parte, siempre minoritaria para que no condicionase la programación, vendría de la publicidad y una tercera, de la compraventa de derechos.

P. ¿Salva a alguna televisión pública del país?

R. Los modelos en España son difíciles de encontrar, por lo menos ejemplificadores. Llevamos muchos años luchando por una auténtica radiotelevisión pública y siempre chocamos con la cultura de los Gobiernos, tributaria del franquismo. Hay algunas televisiones autonómicas, como las de Cataluña, Andalucía y Asturias, que han hecho depender la gestión de amplias mayorías parlamentarias y han conseguido una auténtica independencia no sin que en ocasiones, como ha ocurrido en Cataluña los partidos hayan pactado incluir a militantes en los Consejos de Administración, tergiversando la reforma. En el polo opuesto, hay cadenas que son cáscaras sin contenido. La televisión autonómica que no se democratice y no se habitúe al escenario digital desaparecerá en dos años.

P. ¿Se debe exigir algo a los canales privados?

R. La legislación española y europea considera que las radios y las televisiones no son empresas como otra cualquiera. Disfrutan de unas ondas hertzianas de soberanía nacional. Por ello hacen falta unos principios, una regulación de defensa del interés general, impedir la concentración excesiva, proteger a los consumidores de los abusos en la publicidad y promover códigos éticos de comportamiento respecto a niños o a minorías vulnerables.

Gritos de trabajadores contra López

Un centenar de trabajadores de EITB recibieron ayer a Patxi López con gritos y pancartas en defensa de la televisión vasca a las puertas de la sede que el ente público tiene en Bilbao. El lehendakari, recién llegado de Santiago de Compostela, clausuró a las siete y media de la tarde una jornada sobre el futuro de la televisión pública que se había celebrado a lo largo de todo el día en la sala multibox del edificio.

El comité de empresa de EITB había convocado la protesta por los expedientes disciplinarios abiertos a dos redactoras: a una de ellas por negarse a elaborar un vídeo sobre el Estatuto de Gernika, cuyo texto había elaborado el responsable del área de política de la cadena pública, Juan Carlos Viloria, y a la segunda por informar al resto de la plantilla sobre lo ocurrido a su compañera, según Jon Otegi, del sindicato LAB y miembro del comité.

Los trabajadores consideran "un acto de censura" que Viloria impusiese a la redactora, "con unos cuantos años de experiencia", un texto por encima del que ella había redactado previamente. Los concentrados entregaron a López y al director general del ente, Alberto Surio, un comunicado con sus opiniones. La concentración de Bilbao estuvo precedida por otra similar convocada a las tres de la tarde en las instalaciones del ente en San Sebastián, a la que según LAB también acudieron unas 100 personas.

El expediente disciplinario abierto a la redactora que se negó a elaborar el reportaje sobre el Estatuto ha sido sustituido por un apercibimiento verbal.

Enrique Bustamante

Enrique Bustamante (Málaga, 1949), fue miembro del comité de sabios que el primer Gobierno de Zapatero nombró para regenerar RTVE. El catedrático de Comunicación Audiovisual no duda en calificar de "histórico" el cambio vivido en la televisión pública. Tampoco vacila cuando crítica el sistema de financiación sin publicidad de TVE. "Sólo favorece a las cadenas privadas", sostiene.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_