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Tres consejerías investigan a la empresa de Urdaibai acusada de contaminar

Medio Ambiente realizará nuevas mediciones del aire en la reserva

Tres consejerías del Gobierno vasco, las de Medio Ambiente, Sanidad e Industria, investigan la actividad de la empresa Finsa Inama, ubicada en la reserva natural de de Urdaibai y acusada de emisiones contaminantes y exceso de ruido. La consejera de Medio Ambiente, Esther Larrañaga, ha tratado este asunto de forma directa con Ana Aguirre y Gabriel Inclán, titulares de Industria y Sanidad, los otros dos departamentos implicados.

El departamento dice que por el momento sólo están demostradas "irregularidades administrativas"

Industria se ha comprometido a estudiar la situación legal de la planta de cogeneración eléctrica instalada por la fábrica de Muxika, mientras que Sanidad analizará las posibles repercusiones en la salud en la población de las emisiones. Medio Ambiente, por su parte, realizará nuevas mediciones de la calidad del aire en el entorno.

La actividad de Finsa Inama, dedicada a la fabricación de aglomerado de madera, ha provocado continuas quejas de los vecinos de Muxika, localidad donde se asienta desde hace 15 años. En menos de dos años ha originado cinco incidentes significativos por emisiones de partículas y humos. Desde 2004 es investigada por un juzgado de Gernika a causa de un presunto delito contra el medio ambiente con daño a la salud pública. La planta se ha ampliado en los últimos 20 años sin los permisos pertinentes. La última licencia de actividad data de 1964.

Los incidentes causados y la presión de los vecinos hicieron que el Departamento de Medio Ambiente abriera un expediente en junio pasado, que aún no se ha resuelto. Además, la consejería dio un ultimátum a Finsa Inama -una de las 119 empresas vascas, entre las 20.000 de toda la comunidad autónoma, incluidas en el registro europeo Eper que clasifica a las compañías con actividades potencialmente contaminantes- para que regularizase su funcionamiento mediante nueve medidas concretas. El plazo expiraba en septiembre.

El viceconsejero de Medio Ambiente, Ibon Galarraga, quien ya confirmó en octubre que la empresa será sancionada, ha manifestado ahora a EL PAÍS que la empresa ha cumplido una "parte importante" de las medidas impuestas. Entre las que faltan se encuentra una de las principales, la colocación de un electrofiltro que centralice los 22 focos de emisión en un solo punto. "Estamos valorando si es justificable o no lo que han hecho, y todo eso se incorporará al expediente abierto", aseguró. Galarraga no pudo precisar cuándo se resolverá el expediente, cuando ha transcurrido más de medio año desde su apertura.

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El viceconsejero señala que se ha reunido con su homólogo de Industria, quien se ha comprometido a elaborar un informe sobre la planta de cogeneración de Finsa Inama, otro punto de contaminación y que tampoco cuenta con los permisos pertinentes. Galarraga indicó que la Dirección de Salud Pública, dependiente de la consejería de Sanidad, se ha mostrado dispuesta a elaborar otro estudio sobre posibles afecciones de la planta. Los problemas de esta empresa fueron tratados por los consejeros de Medio Ambiente, Industria y Sanidad, el pasado 12 de diciembre. "Es un tema por el que cada quince días me reúno con alguien", justificó Ibon Galarraga para mostrar su "interés" en resolver el caso.

El alto cargo de Medio Ambiente señaló que hasta ahora "sólo están demostradas las irregularidades administrativas" de Finsa Inama. "Con los datos actuales no se puede determinar que haya un peligro para la salud de las personas". En las diligencias judiciales existe un informe del forense de Gernika que determina una relación causa-efecto entre la faringitis que sufrió una vecina y las emisiones de la empresa en un incidente ocasionado en 2005.

Galarraga indicó que la "prioridad" es determinar si los problemas para la salud o el medio ambiente requieren una "actuación urgente" de la consejería. Anunció que Medio Ambiente va a realizar una nueva campaña de control de la calidad del aire en el entorno de la fábrica, situada dentro de la reserva natural de Urdaibai. Entre noviembre de 2004 y julio de 2004 se llevaron a cabo mediciones de contaminación atmosférica, en colaboración con la Universidad el País Vasco. Los estudios detectaron la superación del límite diario de partículas en suspensión y un "aporte importante" de sustancias atribuibles a la manipulación de madera. Pero Medio Ambiente concluyó que no se había detectado "una calidad anómala del aire".

La asociación vecinal SOS Muxika, creada en 2002 por las molestias de la fábrica, asegura que los residentes se sienten "maltratados y engañados" porque el Gobierno no ha cumplido los términos del ultimátum dado a la empresa. "Es como hace dos años, cuando le obligaron a adoptar varias medidas correctoras. No les hicieron ningún caso, pero no pasó nada", critica un portavoz de la asociación, que se reunió a mediados de diciembre con el viceconsejero Ibon Galarraga. Los vecinos afirman que Finsa Inama "presiona" a Industria para que facilite la ampliación de la fábrica por la que porfía desde 2003, pero que se encuentra paralizada por el Departamento de Medio Ambiente.

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