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Reportaje:Las listas de espera sanitarias

El debate más espinoso para Sanidad

Las listas de espera de operaciones, pruebas y consultas de especialistas aumentan levemente en Osakidetza - La sanidad pública realiza este año más intervenciones

Las listas de espera sanitarias han aumentado ligeramente en los últimos meses del año, aunque el Servicio Vasco de Salud asegura que no lo hace de forma alarmante. La asunción de tareas por Osakidetza, que ha visto reducidos los conciertos con la sanidad privada, y el aumento de la demanda, más elevado que el incremento de la oferta, según reconocen sus propios responsables, han propiciado esta situación.

Estas mediciones vienen condicionadas por la actividad que realiza Osakidetza. En los primeros 10 meses de este año se han realizado un total de 134.000 operaciones, 86.390 de ellas programadas. Ello ha supuesto un incremento de 2.577 intervenciones, según los datos aportados por el Servicio Vasco de Salud. A pesar de que este año se han registrado más intervenciones que en el anterior -pero menos que las practicadas en 2008-, también ha aumentado el número de personas aguardando a ser intervenidas.

Los mayores piden rapidez y los jóvenes rechazan subidas de impuestos
En los 10 primeros meses de este año se han practicado 134.000 operaciones
En agosto se alcanzó la cifra máxima de enfermos en espera quirúrgica desde 2006
Para las principales intervenciones existe un tope en el aplazamiento
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Osakidetza quiere rebajar las cifras en varias pruebas complementarias
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Médicos y gestores de Osakidetza recuerdan que las operaciones urgentes se realizan en el momento y que las listas de espera las engrosan intervenciones y pacientes de menor gravedad. La demora media de estas últimas se situaba en 52,77 días en octubre -el objetivo es que no rebase los 55-, uno más que en igual mes del año pasado, dos más que en 2008, y tres menos que en 2006 y 2007.

La espera máxima -66 días de demora- se ha registrado en agosto, un mes que registra tradicionalmente cifras elevadas: 64 días en 2009 y 68 en 2008. En agosto pasado se ha alcanzado además el máximo de personas en espera de una operación de los últimos cuatro años: 17.677 personas, 2.100 por encima de igual mes de 2009, aunque se hicieron 200 intervenciones más. Entre estos pacientes se engloban tanto quienes esperan su cita como aquellos a los que se les ha dado una fecha que han rechazado por diversas razones. Existen así periodos en los que la actividad sanitaria se reduce, pero no sólo por las vacaciones de los profesionales, sino por esas renuncias de los pacientes.

Las cifras permiten constatar los efectos del plan de choque de la anterior consejería, en el que se invirtieron cinco millones de euros, cuyos resultados empezaron a atisbarse a mediados de 2008 y se han extendido hasta bien entrado 2009. En octubre de 2008 se realizaron 5.000 intervenciones más que en el mes anterior.

Euskadi tiene reguladas por decreto las listas de espera de las enfermedades más graves. La cirugía oncológica, por ejemplo, se debe realizar antes de 30 días y la cardíaca, de 90. El resto de intervenciones también tienen fecha tope: antes de 180 días. De lo contrario, Osakidetza está obligada a derivar a los pacientes a centros privados.

En la cirugía oncológica se registran más complicaciones para cumplir el decreto. El plazo se ha excedido en todos los meses del año, como ha ocurrido en los últimos cinco ejercicios. Entre los últimos meses de 2009 y los primeros de 2010 se ha reducido notablemente la cifra, pero, sin embargo, en agosto se alcanzó un pico de estos pacientes, llegando a 109, situación que se encauzó en septiembre, ya que entonces solo ocho personas excedieron los 30 días de espera. Osakidetza explica este pico por problemas puntuales reagistrados en Guipúzcoa. En el caso de la cardiología, nadie supera el plazo de 90 jornadas. En el resto de operaciones, este año se ha superado el plazo de 180 días solo en un caso, frente a siete en 2009.

Por especialidades, en el tercer trimestre del presente ejercicio ha aumentado la espera en cirugía general un día, día y medio en cirugía vascular, 11 en cardiología y cuatro fechas en traumatología. Descienden, en cambio, la cirugía torácica (ocho días menos), la urológica (seis), la maxilofacial, pediatría y tocoginecología (algo más de tres), cirugía plástica (siete) y neurocirugía y oftalmología (cuatro). Como viene siendo habitual, la espera ha aumentado en el tercer trimestre. El único incremento significativo se registra en cardiología, pero son las intervenciones de traumatología las que más tiempo de espera preentan: 69,17 días.

Los datos que la propia Osakidetza cuelga en su web (www.osakidetza.euskadi.net), las listas que salen peor paradas son las de las pruebas complementarias. Los TAC han pasado de una espera de 15 días en el tercer trimestre de 2009 a 44,3 en igual periodo de este año, las resonancias magnéticas de casi tres días a nueve, los ecocardiogramas de 31 a casi 40 y la hemodinámica de no tener espera a listas de 34 jornadas por término medio. Las endoscopias solo han subido cuatro días.

Sin embargo, los datos no casan: las listas se disparan en las pruebas complementarias, pero, al mismo tiempo, la actividad está aumentando y el número de pacientes que aguardan no se incrementa de una forma exagerada.

Las cifras muestran una disfunción que el director de Asistencia Sanitaria, Eduardo Garate, explica con un cambio en la forma de contabilizar la espera en estas pruebas. La herramienta empleada se está revisando para incorporar una nueva forma de medición, al igual que se hizo años atrás con las listas de cirugía o de consultas externas.

Así, se establecerá una regla que "evita realizar comparaciones temporales y establece un parámetro fijo de cuál es una lista aceptable y cuál no", indica. También hay pruebas que se mantienen, como las ecografías, o que han bajado, como las ergometrías, con 14 días de espera menos, y las mamografías, de 26 a 20.

Garate incide en la necesidad de reducir al mínimo la espera de estas últimas, así como en las pruebas de esfuerzo, las resonancias magnéticas, y los electroencefalogramas, pero destaca que las primeras pruebas suponen apenas una pequeña parte de todas las que engrosan las relaciones; la mayoría están relacionadas con pruebas de seguimiento. En los próximos meses se espera que algunas de las pruebas se realicen más rápido, porque se van a comenzar a incorporar en los centros de salud ecógrafos y otros aparatos para hacerlas en las mismas consultas.

Con todo, la mirada de Osakidetza se centra en la tercera pata del debate: la demora en las consultas de las especialidades. El retraso no ha aumentado aquí de forma alarmante, pero Garate se confiesa vigilante ante la tendencia al alza y la cercanía de las cifras actuales y el objetivo de Osakidetza: mantenerse por debajo de los 30 días de aplazamiento.

La demora media de octubre de este año se situaba en un total de 27 jornadas, frente a las casi 24 de 2009. Con respecto al año anterior, ha aumentado en todos los meses. Osakidetza asegura que ha realizado 3.000 primeras consultas más y cerca de 60.000 consultas en total más que el pasado ejercicio.

Sin embargo, también ha aumentado el número de enfermos que esperan en comparación con 2009. En enero de ese año se registró el menor nivel de pacientes -64.400-, y a partir de agosto este número comenzó a aumentar, manteniéndose en torno a los 90.000 ciudadanos en los últimos meses de 2010.

Polémica política

- Las listas de espera se han convertido en una de las cuestiones que han enfrentado por enésima vez al Gobierno con el PNV en materia sanitaria. Las críticas al Departamento de Sanidad se han centrado en su aumento "alarmante", en palabras del PNV, y en acusar al Ejecutivo de centrarse tanto en la estrategia de crónicos que ha terminado olvidando la gestión del día a día en la sanidad pública.

- El consejero de Sanidad, Rafael Bengoa criticó el uso por el PNV de "información manipulada y sesgada para crear una alerta ciudadana".

- El debate llegó a mediados de noviembre al Parlamento de la mano del PP y Eusko Alkartasuna. Todos los grupos cerraron un acuerdo para instar al departamento a que elabore en el plazo de tres meses un plan para atajar las esperas en Osakidetza. Por ello, el departamento debería tener listas para el próximo febrero las actuaciones adecuadas para reducirlas.

¿Pagar más para aguardar menos?

La edad y el estado de salud parecen ser las principales variables que condicionan la opinión de los ciudadanos ante la pregunta de si estarían dispuestos a pagar más impuestos para que Osakidetza dispusiese de un margen mayor para la contratación de personal y servicios. Esta es una de las soluciones que los expertos plantean para reducir las listas de espera, pero entre los usuarios la unanimidad brilla por su ausencia.

¿Pagaría más impuestos para que se reduzcan las esperas? "Sí, porque aquí [en el Hospital de Santiago de Vitoria] los médicos son muy buenos, pero están sobrecargados", apunta una mujer de 72 años a la entrada de dicho centro. "Me han dicho que tengo que esperar tres meses hasta que se abra el plazo para pedir vez. Para cuando me toque, igual pasan otros dos", aclara.

Un hombre de avanzada edad y buen aspecto que también prefiere no dar su nombre se congratula de visitar "poco el hospital". Acude a pedir fecha y a la salida explica: "Me han dado cita para el 20 de diciembre. ¿Es mucho? Pues no lo sé; para mí igual sí lo es, pero con lo que hay, no me parece tanto".

Entre las 14 personas mayores consultadas por este periódico en Vitoria, todas responden afirmativamente a la pregunta de si pagarían más impuestos para ser atendidos antes. Nieves Cosiañes y su esposo son otro ejemplo. Salen de una visita al oculista y aseguran que, pese a la buena atención, "hace falta más rapidez". Es en estas franjas de altas de edad donde se suceden los comentarios que atribuyen las diferencias entre la actual situación de Osakidetza y la de años pasados al aumento de pacientes atendidos y la llegada de inmigrantes. Hay que achaca a estos últimos el incremento de las listas de espera, aunque quienes copan las listas son los ancianos con patologías crónicas.

La visión resulta diferente entre las personas de mediana edad y los jóvenes que acaban de empezar a pagar impuestos. Alberto García, un vitoriano de 37 años, no duda ni un segundo ante la pregunta: "Yo no quiero pagar más; prefiero esperar. Total, vas a pagar y, al final, vas a tener que esperar lo mismo". Al hilo de esta reflexión, María Jesús condiciona su a una hipotética subida de impuestos a que "las listas bajen de verdad, que metan más trabajadores de verdad en Osakidetza".

Pilar, una mujer en la treintena, se halla de acuerdo con García. "Bastante pagamos ya. Si lo urgente nos lo atienden rápido, yo creo que el resto, con paciencia, puede esperar", opina. Mikel, un joven trabajador del sector de la construcción "recién estrenado", sostiene, mientras señala su brazo escayolado, que no hay que pagar más, sino presionar "para que [los gestores] gasten mejor".

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