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Los docentes de la pública ganan más que los privados y trabajan menos

La diferencia económica entre ambas redes supera los 3.000 euros anuales

Trabajan más horas y cobran menos. Eso es lo que les ocurre a los profesores de la red privada concertada en relación con sus colegas de la red pública. ¿Un agravio comparativo? No lo ven así los docentes de los colegios públicos, que esgrimen los años de movilidad que sufren hasta poder lograr un puesto definitivo y la oposición que han tenido que aprobar. La homologación salarial y la equiparación de las condiciones de trabajo de los profesores de ambas redes es una reivindicación ya histórica de todos los sindicatos. Con el paso de los años esa aspiración se mantiene viva, toda vez que las diferencias, aunque se van recortando lentamente, siguen siendo grandes.

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En la actualidad, un docente de un centro público puede ganar por término medio unos 3.000 euros brutos más al año, teniendo en cuenta el salario base y los complementos con los que cuentan, como la antigüedad y la aportación al plan de pensiones de una Entidad de Previsión Social Voluntaria (EPSV), que no existe en la red concertada. A ello hay que añadir que imparten menos horas de clase a los alumnos, tienen menos estudiantes por aula y se encuentran entre los mejor mejor pagados de toda España.

Docentes de la concertada apuntan otra serie de ventajas. Es el caso de las reducciones de jornada de dos horas semanales para los profesores a partir de 59 años en Infantil y Primaria. Además, el responsable de salud laboral cuenta con dos horas lectivas menos a la semana y el responsable de gestión administrativa puede disfrutar, en función del centro, de una reducción de tres a nueve horas.

Frente a todas estas ventajas, los profesores de la red pública destacan que los alumnos que recalan en sus centros presentan más complicaciones (mayor porcentaje de inmigrantes y menores con necesidades educativas especiales), lo que exige una mayor dedicación.

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Los docentes de la concertada replican que su trabajo carece de estabilidad y se halla sujeto a los vaivenes propios de la empresa privada, que en el caso de la enseñanza puede ser el descenso de natalidad. A menudo, los contratos se limitan a un solo curso. "Eso de jubilarse en el centro en el que has empezado a trabajar ya casi no se cumple", apunta una docente de un centro concertado.

Todos los sindicatos piden la homologación de condiciones de trabajo y la equiparación salarial. Para ello, reclaman al Departamento de Educación un plan plurianual de financiación. "Es lo justo", señala Javier Nogales, responsable de la Federación de Enseñanza de CCOO. Con todo, consideran que deben imponerse unas condiciones. Por ejemplo, el control social en la contratación de los docentes de la red concertada. Esas contrataciones deben materializarse siguiendo los criterios de publicidad, igualdad, mérito y capacidad. No se trata de pasar una oposición, pero sí de que exista un control y no se contrate atendiendo a cuestiones como la afinidad ideológica o religiosa con el ideario del centro, sino por la capacidad profesional del docente. Para ello, puntualiza Nogales, se pueden establecer comisiones de contratación en el ámbito laboral con control y participación de los sindicatos.

Otra contrapartida para alcanzar la homologación sería la gratuidad total, eliminando las cuotas que los colegios concertados suelen pasar a través de la asociación de padres del centro. Ello exige actualizar la financiación que ahora recibe la red concertada. La partida que Educación destina a financiar la red concertada crece este año casi un 6%. En total, el presupuesto para pagar los conciertos asciende a 531 millones de euros.

Eva González espera a su hijo a la salida del colegio en el que estudia, en el centro de Bilbao.
Eva González espera a su hijo a la salida del colegio en el que estudia, en el centro de Bilbao.TXETXU BERRUEZO

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