_
_
_
_
_

El fiasco de la coalición profundiza la desconfianza entre el PNV y EA

EA cree que su socio ha saldado a su costa el debate planteado por Egibar

El proceso de conversaciones para acordar una coalición cuatripartita de cara a las elecciones generales ha tenido un efecto colateral, además del fracaso en que ha terminado desembocando: la profundización en el deterioro de las relaciones entre los dos principales socios del Gobierno, PNV y EA. Esas relaciones venían ya tocadas por la ruptura en 2007, a instancias de EA, de la coalición que mantenían ambos desde 1999 y que les había llevado unidos a siete citas electorales.

El enfrentamiento por el Impuesto de Sociedades en la Diputación de Guipúzcoa y los percances registrados en la elección de alcaldes en junio del año pasado agriaron más las relaciones. El PNV prescindió de paños calientes y tachó de "deslealtad" y acto "enormemente grave" el que EA hubiera contribuido a arrebatarle seis alcaldías, que le habrían correspondido como partido más votado -Busturia, Gautegiz, Igorre, Muskiz, Azpeitia y Zumaia-, intercambiando además apoyos con ANV en la mayoría de los casos.

Las diferencias se extienden a la gestión en Álava y Guipúzcoa
Más información
Líderes nuevos pero con escasa química personal

En el medio año transcurrido desde la constitución de los equipos municipales y forales, con pactos de gobierno entre ambas fuerzas en las diputaciones de Guipúzcoa y Álava, y mientras ambos partidos resolvían sus respectivos procesos congresuales, las cosas no han mejorado.

En Guipúzcoa, EA hizo primero palanca en el escándalo de la Hacienda de Irún para obligar al PNV a cederle esa cartera estrella de la Diputación. El enfrentamiento por el Impuesto de Sociedades ha continuado después hasta la extenuación, sin más arreglo que el compromiso del PNV de no volver a recurrir a la vía del decreto y el de EA de no unirse a la oposición para acudir a los tribunales.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Los traspiés entre ambos partidos se han acumulado también en Álava. El diputado foral de Medio Ambiente, Mikel Mintegi (EA), pidió la paralización de los planes eólicos del Departamento de Industria del Gobierno (PNV) y el diputado general, Xabier Agirre, le desautorizó señalando que no hablaba en nombre del Consejo de Diputados. También le dejó sin respaldo en su vetó "taxativo" a la ubicación de una nueva prisión en Nanclares de Oca, al abogar por la "colaboración interinstitucional" con los responsables de Instituciones Penitenciarias.

En un tercer incidente, Mintegi inició las obras para una escombrera en la localidad donde reside, Peñacerrada, sin contar con licencia municipal ni permiso del Gobierno, lo que Agirre consideró una actuación "no diligente" y poco ejemplar respecto de la obligación de cumplimiento de las leyes.

El colofón, por ahora, han sido las conversaciones para la fracasada coalición y la gestión pública de ellas que cada uno de los dos partido ha hecho. El PNV esgrimió desde el principio un argumento especialmente molesto para EA: por qué su interés en una coalición a cuatro cuando acababa de romper la que ambos tenían.

Después publicitó la oferta, realizada según el PNV dos veces, para concurrir juntos, pero sin EB ni Aralar, en lo que el partido de Urkullu considera la alianza "natural" del nacionalismo institucional, basada en causas históricas, ideológicas y de representación del mismo espectro de la sociedad vasca.

El PNV no oculta que se trata de una aspiración estratégica, que EA vive como una OPA permanente y una amenaza a su independencia. Piensa, además, que el PNV se ha portado de modo desleal al endosar a su partido lo que era un problema interno, generado por la iniciativa unilateral lanzada por Joseba Egibar.

El desenlace ha elevado el listón de sus reproches al PNV al extremo de acusarle de estar debilitando la propuesta del lehendakari "por cálculos puramente partidistas" y por sometimiento a "intereses coyunturales" y "pactos condicionados por razones de Estado", en referencia implícita a sus acuerdos con el PSOE en el Congreso.

El presidente del PNV, Iñigo Urkullu, conversa en su escaño del Parlamento con el presidente de EA, Unai Ziarreta, el pasado 21 de diciembre.
El presidente del PNV, Iñigo Urkullu, conversa en su escaño del Parlamento con el presidente de EA, Unai Ziarreta, el pasado 21 de diciembre.P. J. P.

Los desencuentros

Autonómicas de 2005: la coalición PNV-EA baja un 4% y pierde 140.000 votos y cuatro parlamentarios.

Enero de 2007: EA decide no repetir la coalición en las elecciones municipales y forales de mayo siguiente.

Marzo de 2007: PNV y EA se enfrentan en el Gobierno guipuzcoano por el Impuesto de Sociedades.

Junio de 2007: EA arrebata o colabora en quitar al PNV seis alcaldías pese a ser el partido más votado en ellas.

Junio de 2007: El PNV se ve obligado a ceder a EA la cartera de Hacienda para cerrar el acuerdo de gobierno en Guipúzcoa.

Octubre-diciembre de 2007: Polémicas en Álava por los planes eólicos, la nueva cárcel de Nanclares y un vertedero.

Diciembre de 2007: Ambos partidos se ven incapaces de pactar el Impuesto de Sociedades. Olano lo aprueba por decreto.

Enero de 2008: PNV y EA se acusan mutuamente tras descartarse una coalición para las generales del 9-M.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_