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Reportaje:

La geografía de la infancia

'Entre scalextric y muñecas. De la Mariquita Pérez a la play' recupera 700 juguetes del último siglo y medio

Si la patria es la infancia, su geografía son los juguetes, desde las muñecas de trapo a los trenes mecánicos o las videoconsolas. Como bien demuestra la exposición que acoge estos días la Fundación Caja Vital (Postas, 13-15), Entre scalextric y muñecas. De la Mariquita Pérez a la play, no se puede comprender la memoria de la niñez sin el juguete, sea una simple peonza o una refinada Playstation3. En total, la muestra acoge más de 700 piezas del último siglo y medio, que reflejan la historia del juguete en España.

El recorrido comienza, cómo no podía ser de otra manera, por las muñecas y los soldaditos de plomo de la segunda mitad del XIX. Juguetes sencillos, muchas veces únicos, que se heredaban entre los hermanos, primos y vecinos. Como esa muñeca de cartón piedra de 1840 que se exhibe como la pieza más antigua, de origen catalán y que pertenece a uno de las decenas de coleccionistas que han colaborado en la exposición, junto al fabricante del scalextric o la empresa Sony.

Mariquita Pérez "la muñeca que se viste de verdad" fue un fenómeno social
La exposición acoge un Scalextric de cuatro pistas de 32 metros de largo

La muestra se presenta como una historia del juguete en España. Las primeras piezas, artesanales, muchas de ellas de fabricación casera, dan paso a los juguetes de hojalata, que se empezaron a producir sobre todo en la localidad alicantina de Ibi. Comparten espacio esas locomotoras o autómatas metálicos con un triciclo de madera y los puzzles. Entre medias, en esta primera parte que llega hasta la guerra civil, un tren de madera pintado por el pintor vanguardista Joaquín Torres-García, hacia 1918, quizás la joya de la exposición. Según Fernando Martínez de Viñaspre, comisario de la muestra, esta pieza fue una de las pocas que se salvaron del incendio del estudio del artista.

La guerra civil supuso un paréntesis no sólo por la propia crudeza del conflicto que no dejó el país para alegrías, también porque aquellas industrias de juguetes de Ibi se destinaron a fabricar armas. Pasaron lustros hasta que recuperaron su primera actividad, y ya tuvieron que competir con la estrella de la posguerra, la muñeca Mariquita Pérez.

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Aquella muñeca coqueta, que diseñó Leonor Coello e hizo forma el artesano Bernabe Molína supuso un cambio en la consideración de la muñeca en España. Vestida siempre de punta en blanco, con biografía, padres, hermano y todo lo que le pudiese hacer falta, Mariquita Pérez se convertió en poco tiempo en el sueño de las niñas, aunque sólo estaba al alcance de una minoría. La mayor parte de los españoles pasaba hambre y no estaba para lujos como Mariquita Pérez, que costaba 100 pesetas, cuando la Pepona se vendía por cinco y el sueldo de un obrero o un oficinista rondaba los diez duros.

Mariquita Pérez, "la muñeca que se viste de verdad" se convirtió, sin embargo, en un fenomeno social que alcanzo a todos los estamentos sociales. Como años más tarde los madelman, los airgamboys, el tente o, sobre todo entre los chicos, el scalextric. La exposición de la Vital acoge un circuito de cuatro pistas de 32 metros de largo de este popular juego de coches en miniatura que nació en 1952 en Inglaterra.

Los visitantes que acudan a la exposición disfrutarán sin duda de la contemplación de las piezas de coleccionista, pero también podrán correr en ese circuito que ha cedido la empresa Scalextric o jugar en el complejo de playstation y otras consolas que ha prestado Sony. La exposición estará abierta al público hasta el próximo 17 de febrero (horario: de 18.30 a 21, de lunes a sábado; de 12 a 14, y de 18.30 a 21, los domingos y festivos.

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