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Entrevista:JULIÁN PÉREZ GIL | Director general de Osakidetza

"La historia clínica única será realidad en toda la red en 2010"

- Julián Pérez Gil (1956, Corella, Navarra) es economista de profesión y tiene una amplia trayectoria en la gestión sanitaria. Ha ocupado importantes cargos en prestigiosos centros, como el Hospital de Navarra o el Ramón y Cajal de Madrid. También ha ejercido de consultor en proyectos de desarrollo de sistemas sanitarios a nivel internacional.

Julián Pérez Gil acaba de aterrizar en Osakidetza como director general, la mayor empresa pública y privada de Euskadi por número de trabajadores, más de 24.000 en plantilla. Pérez, economista de profesión, ha ocupado altos cargos en diferentes y prestigiosos complejos hospitalarios de España. Es consciente de que el camino que le aguarda no será fácil, con una demanda sanitaria en alza y cada vez menos recursos económicos de los que echar mano. Por eso, antes de pedir, quiere arreglar las "goteras" del sistema. Anuncia "cambios y reformas", aunque a renglón seguido puntualiza que no se podrán ver "de un día para otro". De momento, lo que sí anuncia es que "la historia clínica única será realidad en todos los centros de la red a comienzos del próximo año".

"Tengo claro que hay que introducir cambios en la asistencia sanitaria"
"Una prueba como una resonancia no se puede demorar más de 30 días"

Pregunta. Reducción de las listas de espera, aumento de la demanda sanitaria, reivindicaciones sindicales. Llega en un momento complicado para la sanidad vasca.

Respuesta. Voy a dar participación a los profesionales y a los ciudadanos. Cogeré el mejor equipo para dinamizar la atención primaria y la hospitalaria, de forma que los profesionales de esos centros nos den su diagnóstico de situación y sus iniciativas.

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P. Pero usted tendrá el diagnóstico ya.

R. Lo voy haciendo. Estoy analizando la situación presupuestaria actual y la previsión de gastos hasta final de año. Después hay que ver la oferta y la demanda, y a partir de ahí acometer las reformas necesarias en el sistema. Porque tengo claro que habrá que introducir cambios en la asistencia sanitaria.

P. El sistema actual está concebido para que sea de acceso universal y para acabar con las listas de espera. ¿Ya no vale para las nuevas necesidades?

R. En sanidad se ha demostrado que a mayor oferta se produce mayor demanda. Poner en marcha nuevos dispositivos [asistenciales] produce mayor demanda. Todo se llena. En algunos momentos será necesario apoyar determinados dispositivos convencionales, pero en otros casos habrá que ir a aspectos novedosos y que permitan una atención diferente.

P. Por ejemplo a los enfermos crónicos que son atendidos en los hospitales para agudos.

R. Sí, hay que replantear la situación, porque los pacientes crónicos requieren otro tipo de tratamiento del que se ofrece en los hospitales de agudos. Y no hay que olvidar que el 70% de los recursos de la sanidad van destinados a los crónicos. Se trata de pacientes que podrían ser atendidos en su propio domicilio o en centros más específicos.

P. ¿El domicilio puede ser el centro de salud mediante las nuevas tecnologías y la monitorización de los pacientes desde los hospitales con videocámaras?

R. Lo que es cierto es que hay nuevas tecnologías que están disponibles para el sistema sanitario y que éste ha ido por detrás en el empleo de estas tecnologías. Deben permitir una atención mucho más externalizada de los hospitales e integral entre los diferentes niveles asistenciales. De manera que el paciente, cuando tenga que ir cada vez a un punto de la red, no tenga que contar de nuevo toda su historia.

P. ¿Se refiere a la historia clínica única?

R. Sí. La integración de los sistemas hospitalario y de atención primaria se hará con el acuerdo de los profesionales. La historia clínica única será una realidad en todos los centros de la red a comienzos del próximo año. Y para finales de 2010 estará lista la digitalización de las imágenes, de manera que se podrá visualizar cualquier prueba, desde radiografías a electrocardiogramas, desde el ordenador de cualquier consulta. Todos los procesos por los que ha pasado un paciente quedaran reflejados en un único documento, con lo que supone de ventaja para los pacientes, que no tendrán que peregrinar con las pruebas de un sitio a otro ni repetir su historia en cada consulta. Y para demostrar esa voluntad de integración, Osakidetza cuenta con director y subdirector de Asistencia Sanitaria, sin división entre primaria y especializada.

P. ¿Qué previsión tiene para reducir las listas de espera?

R. No se puede meter en el mismo saco todo. No tiene nada que ver una lista de espera para oncología que para un proceso más banal. En el primer caso, 50 días sería una barbaridad, y en el segundo puede ser normal. Por otra parte, las listas de espera para pruebas sí dificultan el diagnóstico y debe reducirse el número de días. En consultas ahora estamos con una demora media de 30 días y en [procesos] quirúrgicos, entre 50-55 días.

P. Pero en las pruebas, ¿cuál es el tiempo que considera razonable o que no se tendría que superar?

R. Una prueba como un TAC o una resonancia no tendría que estar nunca por encima de los 30 días. Y ahora, en algunos casos, sí que está. Reducirlo es uno de los objetivos.

P. En la legislatura pasada, Osakidetza vivió en una permanente conflictividad laboral.

R. Hubo muchas tiranteces y al final se hizo un pacto cuando el agua ya había sobrepasado el borde del vaso. Parece que faltó diálogo, y es algo que debe ser continuo. Cada una de las partes debe conocer las posibilidades de cada momento.

P. ¿Cómo va a combatir el déficit de médicos?

R. Tenemos que buscar fórmulas con los sindicatos que permitan una incentivación de los profesionales que van a los centros rurales o a los menos atractivos, que es donde más problemas hay.

P. Una de las pegas para recalar en Euskadi es la exigencia del euskera.

R. Se dan contrasentidos en el sistema, de forma que, por una parte, se valora el euskera y luego la persona que ha conseguido una plaza mejor por conocer la lengua vasca se ubica en zonas que no son vascoparlantes. Como toda ley, al cabo de un tiempo hay que ver cómo ha funcionando y es posible que sea necesario alguna modificación para que no se den estas disfunciones.

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