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Reportaje:Elecciones 27M

Los inmigrantes que sí cuentan

Más de 21.000 extranjeros procedentes de países de la Unión Europea pueden votar mañana en las municipales y ser elegidos

"Si a los ciudadanos nadie les pone un empleo no votarán a los políticos, porque si no hay empleo no se puede vivir", sentencia el rumano Aurel Toma, presidente de la asociación Cárpatos. Aurel llegó a Bilbao hace tres años y medio y mañana actuará de apoderado en varias mesas electorales.

Un trabajo es la exigencia de este rumano que, asegura, lo pasó muy mal los primeros años, cuando tuvo que vivir en el albergue municipal y luego en un piso de acogida. "Hay tantas ayudas municipales, tantas subvenciones, pero no son para las cosas principales, para lo que más hace falta. No puedes pretender integrar a la gente extranjera con una excursión o una exposición. Lo primero es proporcionarles un trabajo; así, seguro que se integran", repite.

"Antes de votar, todo son promesas de los políticos, pero después no se hace nada"

Aurel Toma se reúne la mañana de la entrevista con su compatriota Niku Denisov, que reside en San Sebastián con su mujer y sus dos hijas y que fundó en enero de este año la asociación de rumanos en Guipúzcoa Decebal. Ambos consideran muy importante la oportunidad de votar en las municipales: "Nosotros pagamos nuestros impuestos y participamos como cualquier otro en la vida local", coinciden. Sin embargo, no son muy optimistas acerca de la utilidad de su voto.

"No se puede esperar mucho de estas elecciones", dice Toma. "Antes de votar, todo son promesas, pero después no se hace nada", recalca Denisov. Él recuerda la sensación de impotencia en las anteriores elecciones: "No éramos europeos, no podíamos votar". Su hija mayor, de 18 años, lo hará mañana por primera vez en su vida, en un país que no es el suyo. "En casa vivimos la discusión política, dicutimos las opciones, hablamos de lo que ofrecen los candidatos", asegura.

Aurel Toma, que reside ahora en barrio de San Francisco y está inscrito en Etxebide a la espera de un piso de protección oficial, se fija en su zona a la hora de hacer peticiones al futuro alcalde de Bilbao. "Me gustaría que, en un futuro muy cercano, si se puede, se saque de San Francisco a toda la gente que no quiere trabajar y que vende droga. No hablo de los que no tienen papeles, ése es otro tema". También solicita que desde el Ayuntamiento se "capacite a las mujeres inmigrantes" profesionalmente para que puedan realizar otro trabajo distinto al de empleada de hogar o cuidadora de niños o ancianos.

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"El Ayuntamiento de Bilbao sí se ha puesto en contacto con nosotros. He hablado ya con todos los concejales y estamos colaborando con ellos en algunos temas", comenta Toma. A Denisov, en cambio, le gustaría poder entrevistarse con su alcalde en San Sebastián. "Le diría que la ayuda municipal que nos aporten no sea sólo en dinero". Lo que Denisov solicita es "un local" y apunta: "Hay más de 20.000 locales vacíos en San Sebastián".

Aurel Toma se suma a la petición. "Los centros cívicos son para todo el mundo, pero casi no se usan. Nosotros pedimos un local. Ahora estamos en el Centro Ellacuría, compartiendo oficina con otras ONG, pero demandamos un lugar nuestro". Una de las actividades a las que dedicaría ese local sería para celebrar misas ortodoxas.

En el futuro, Aurel Toma piensa que ciudadanos rumanos deberían formar parte de las listas electorales, y para ello va a trabajar. "Está bien que una persona de tu país esté en la Administración. Eso es integrarse en la vida de un país".

Un 4% de la población vasca es extranjera, es decir, 85.542 personas de entre 2.133.684, según datos de 2006 del Observatorio de la Inmigración, Ikuspegi. La gran mayoría reside en Vizcaya (43.395), seguido de Guipúzcoa (25.290), y Álava (16.857).

Colombia, Ecuador y Marruecos son las tres nacionalidades que concentran al mayor número de inmigrantes. Entre los diez primeros países de procedencia de extranjeros, sólo uno cuenta a efectos de las elecciones municipales, Rumania, que acaba de entrar en la Unión Europea y, por lo tanto, sus ciudadanos pueden votar a sus representantes en el gobierno local y, también, ser elegidos. Mañana podrán ejercer el voto en Euskadi 6.265 ciudadanos de Rumania, país recién entrado en la UE junto a Bulgaria, aunque Aurel Toma asegura que muchos han tenido problemas con el censo.

En total, de la Unión Europea de los 27 votarán 21.193 personas, más 30 noruegos. Las nacionalidades más numerosas son la portuguesa (6.265 personas), francesa (1.998), británica (1.502), italiana (1.442) y alemana (1.245).

Seis personas extranjeras figuran en las listas electorales del PSE; ocho, en las de Ezker Batua; dos, en las de EA, y una en las del PP. El PNV, por su parte, concurre a las elecciones como la plantilla del Athlétic, sólo con miembros autóctonos.

"Donde yo vivo, yo voto"

"Donde yo vivo, yo voto", esta es la demanda de la asociación de inmigrantes Nuevo Ciudadano, que ayer se concentró en la plaza Moyúa de Bilbao para pedir que los inmigrantes con residencia legal estable, "de cualquier origen", tengan el derecho al voto en las municipales, como explicó su presidente, el colombiano Neisser Trujillo.

Esta iniciativa se suma a la presentada por SOS Racismo en Álava y apoyada por 30 organizaciones sociales y sindicales, que condujo a la creación de una candidatura independiente de mujeres inmigrantes a la alcaldía de Vitoria. Se entregaron 3.200 firmas en la Junta Electoral de distrito para avalar dicha candidatura, aunque 26 de sus 30 integrantes son extranjeras sin derecho a voto.

Con esta iniciativa se pretendía "sacar a la luz pública el debate sobre este tema" y pedir el derecho a voto para todo ciudadano "empadronado y con los papeles en regla", indicó Fede García, responsable de SOS Racismo en Álava.

Por poder votar en la localidad donde se reside se decantan también el británico Cameron Watson, en Euskadi desde hace siete años y que acudirá a las urnas en Elorrio, y Sandrine Szymekowski, francesa de ascendencia polaca. "Si vivimos aquí, este se convierte en nuestro país, y eso es así para todos", afirman. "El sentimiento es el mismo si votas en tu país de origen que si lo haces en el pueblo donde vives", apunta Watson. "Son temas de la vida cotidiana, y eso es universal".

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