El liderazgo más longevo
El coordinador general de Ezker Batua, Javier Madrazo, será reelegido por otros cuatro años como coordinador al frente de Ezker Batua. Madrazo ha demostrado sobradamente una habilidad política en el manejo de los asuntos internos de su organización como pocos líderes en Euskadi. En estos momentos, es el más longevo en el ejercicio de su función: trece años al frente de la coalición, que podrá prolongar en otros cuatro a partir del domingo. Una marca que sólo el ex presidente del PNV, Xabier Arzalluz, puede exhibir. Como salvedad, hay quien avanza, que, si las próximas elecciones terminan con el ciclo del tripartito y EB queda apeada del poder, Madrazo preparará una retirada ordenada y el traspaso de su responsabilidad, quizá sin terminar este nuevo mandato. Su aspiración para ese caso se cifra en disponer del tiempo necesario para dar con alguien capaz de aglutinar como él lo ha hecho una mayoría que garantice la continuidad de la organización.
Madrazo ha fraguado una gran relación con Ibarretxe
La pérdida del apoyo de la corriente Batzen pudo suponerle hace dos meses su apartamiento del mando, pero Madrazo demostró de nuevo su destreza neutralizando la operación al fraguar una nueva mayoría con el EPK. El partido al que, por otra parte, pertenece, pero a cuyas espaldas y contra cuyos criterios viene gobernando EB.
Madrazo está cuestionado internamente por sus críticos por las maneras personalistas con las que dirige la coalición. Pero nadie puede negarle que ha rentabilizado al máximo su exigua representación parlamentaria con una presencia de siete años en el Gobierno. Otros juicios aparte, probablemente eso ha librado a la formación de la más absoluta marginalidad, por más que ahora sus críticos consideren errado continuar en esa alianza y le atribuyan los continuados descensos electorales de la coalición.
Casado y padre de un niño y una niña, Madrazo es profesor de Filosofía en excedencia en un instituto de Bilbao y a esa dedicación volverá a gusto en su día, asegura. Pero ese momento no ha llegado todavía. Su apuesta decidida es permanecer en el barco del tripartito con Ibarretxe, con quien ha fraguado una gran relación, y jugarlo todo a su misma carta en las elecciones autonómicas.
