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Reportaje:Exposición | agenda

Una máquina de la leche

Ordizia inaugura la primera expendedora de producto lácteo fresco en Guipúzcoa - El sector vive asfixiado por la reducción de márgenes

Era la atracción del día ayer en Ordizia. Una veintena de vecinos no quisieron perderse la inauguración de la primera máquina expendedora de leche fresca en Guipúzcoa, una iniciativa con la que los productores buscan nuevas formas de llegar al consumidor y escapar así de circuitos en los que los intermediarios arañan continuamente sus márgenes de beneficio.

"La gente que trabaja para las centrales lecheras pierde dinero trabajando. Esta es una alternativa que le gusta a los clientes que quieren leche de calidad", señala Mariaje Intxausti, del caserío Iztueta Elkartea de Lazkao, que se decidió a invertir los 32.000 euros que cuesta la máquina -fabricada en Italia- para encontrar otra salida a los 190.000 litros de leche que producen sus 45 vacas. Su familia lleva cuatro generaciones dedicándose a la venta directa de leche al consumidor de leche. Ella aún recuerda la imagen de su abuelo haciendo la ruta de los pueblos con un carro y un caballo cargados de marmitas con leche cruda, repartiendo por Beasain, Ordizia y los alrededores.

Álava se adelantó la semana pasada con cuatro máquinas en funcionamiento
"No es la panacea, pero es una alternativa a vender cada vez a menor precio"

El proceso es bastante simple: un litro de leche cuesta un euro y para quienes no traigan envase propio, habrá que añadir 50 céntimos para comprar una botella de plástico o vidrio. Y a beber. "Está muy buena, esto sí que lo pago. El brick de leche vale 30 céntimos menos, pero no sabe como esta", comenta Marta, de 44 años, vecina de Ordizia.

La ubicación de la máquina, en la entrada de la estación de trenes y muy cerca del Eroski, les fue sugerida por el Ayuntamiento. El alcalde, José Miguel Santamaría (PNV), no cree que la leche fresca suponga competencia alguna para los supermercados: "Son nichos de mercado distintos. Quien quiera calidad, hará el esfuerzo de acercarse a la máquina".

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Las expendedoras de leche fresca ya funcionan en Navarra, Cantabria, y Cataluña. En la comunidad autónoma, Álava se convirtió en la pionera la pasada semana instalando cuatro máquinas -la quinta entrará en funcionamiento en breve-, dos de ellas en Vitoria: en la Plaza de Abastos y cerca del Eroski del Boulevard. La cosa promete, según Eva López de Arroyabe, miembro de la cooperativa de 10 ganaderos que realizó la inversión. "Hemos recuperado cierta ilusión. No es que sea la panacea, pero es una alternativa a tener que vender nuestra leche a empresas a precios cada vez más bajos", explica la también miembro de la ejecutiva de los sindicatos agrarios EHNE y UAGA. Muchos están vendiéndola por debajo del coste de producción ante las leoninas condiciones impuestas por las grandes compañías, añade. Tanto en Álava como en Guipúzcoa, esperan que las respectivas diputaciones y el Gobierno vasco les otorguen alguna subvención para amortizar la inversión.

"Esto nos permite preservar nuestro estilo de vida, que el caserío continúe", concluye Mariaje Intxausti. "Si no reaccionamos y dejamos todo en manos del mercado, terminará por desaparecer".

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