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La marcha de apoyo a los 'okupas' se salda con nuevos incidentes

La tensión que se vivió durante toda la mañana de ayer en el bilbaíno barrio de Rekalde desembocó en nuevos incidentes de importancia por la tarde, durante la manifestación convocada en apoyo a Kukutza. La marcha, en la que participaron algo más de 2.000 personas, comenzó a las cinco de la tarde y en ella se escucharon gritos contra el desalojo y la Ertzaintza, con lemas como "Iros a Castro", "Más cultura y menos policía" o "Por Kukutza no pasarán".

La mayoría de los incidentes se registraron al concluir la marcha, cuando algunos de los participantes procedieron a cruzar contenedores de basura en las calles y prendieron fuego a algunos.

Durante el recorrido, varios manifestantes lanzaron piedras y otros objetos contra los ertzainas que vigilaban la protesta. Los agentes realizaron nuevas cargas. Un vehículo de la Policía Municipal sufrió importantes daños materiales cuando los manifestantes lo apedrearon, aunque sus ocupantes resultaron ilesos. Pasadas las diez de la noche, varios desconocidos cruzaron y quemaron contenedores y neumáticos en las inmediaciones de Rekalde. Al menos una persona fue detenida, según Interior.

Los manifestantes apedrearon a los agentes y quemaron contenedores
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Poco antes del mediodía, los alborotadores habían realizado ya un ataque similar a un Bilbobus, contra el que algunos simpatizantes de Kukutza arrojaron piedras. El vehículo, de la línea 66, que cruza Rekalde, se hallaba estacionado en su cabecera de Artazubekoa y aún no había recogido a ningún viajero. Varias de sus lunas resultaron rotar, lo que obligó a sustituir el vehículo. El coste del material dañado se eleva a 800 euros, según fuentes municipales.

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Los numerosos incidentes registrados agitaron la tradicional rutina del barrio y pillaron por sorpresa a las autoridades, que no esperaban una respuesta violenta que, en su opinión, "recuerda a tiempos pasados". Los propios responsables de Kukutza habían ofrecido por la mañana una rueda de prensa en la que reiteraron su disposición al diálogo y apostaron por una defensa "activa, positiva y constructiva" del gaztetxe.

El Ayuntamiento les tendió la mano una vez más. El concejal de Urbanismo, Ricardo Barkala, reiteró la oferta de contribuir a la financiación de un local de alquiler en el que mantener las actividades de Kukutza, aunque siempre "en el marco de la legalidad", como asociación oficialmente registrada. "No hay que olvidar que se trata de gente que ha mantenido ocupado un edificio durante años de forma ilegal, con independencia de que sus actividades estén mejor o peor valoradas por parte de la población", remachó. Barkala destacó que el consistorio se ha limitado a cumplir las normas "de forma escrupulosa" al conceder la licencia de derribo al propietario del inmueble.

El abogado José Ángel Esnaola, artífice de la paralización del derribo del gaztetxe, apuntó que "se ha empezado a ejecutar un acto, el derribo, que estaba recurrido y por eso la juez ha paralizado la forma en la que el Ayuntamiento estaba haciendo las cosas". El letrado recriminó que el consistorio bilbaíno "se ha saltado todas las garantías del proceso administrativo" y consideró la actuación policial "absolutamente ilegítima". Junto a ello, apuntó que el Gobierno debería estudiar si la sede de Kukutza "merece algún tipo de protección por su interés arquitectónico", lo que evitaría su derribo.

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