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Entrevista:DAVID DELFÍN | Diseñador

"La moda no es arte, pero tampoco lo es la pintura"

Aunque uno de sus últimos tatuajes ponga "muéstrame tus heridas" en alemán, David Delfín parece alguien satisfecho con su lugar en el mundo. Todo parece divertir al enfant terrible del diseño en España. Imagina coches, aunque no tiene carné -"Que me lleve la Bimba [Bosé], que ella conduce muy bien-" y se entretiene pensando una revista que se leería empezando por detrás... Este malagueño reconoce que le gustaría dedicar menos tiempo a la gestión y más a crear y conspirar contra las convenciones. Sus vestidos recuerdan a ratos al viejo acto surrealista de salir a la calle a disparar, por ver qué pasa. "Bueno, tan punk no soy, aunque sí un poquito". El Museo Guggenheim de Bilbao acogerá hoy un desfile-acción con motivo de la muestra Cosas del Surrealismo.

Pregunta. ¿Qué es lo más surrealista que ha hecho en tu vida?

Respuesta. Probablemente, empezar a trabajar en moda. Yo no elegí la moda, sino que ella me eligió a mí. No era consciente de dónde me estaba metiendo. Empecé a exponer en galerías con prendas militares pintadas a mano y me empezaron a invitar a desfiles. Fue una decisión casi inconsciente. La moda contiene lo que me interesa, todo lo que la contamina, la música, la fotografía o el vídeo, la puesta en escena, la teatralidad; hizo que me encontrara como pez en el agua. Aunque si hubiera sabido dónde me iba a meter, a lo mejor no hubiera dado el paso.

P. ¿Y en qué se ha metido?

R. La moda es complicada, sobre todo en España, porque la industria va por un lado y el diseño por otro. Y todo lo vinculado a las producciones y al tener que venderlas es muy complicado. En algunos momentos desanima. Disfruto más con la creación que con el lado empresarial.

P. ¿La moda es arte o el arte se ha convertido en industria?

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R. No se puede decir que la moda es arte, pero tampoco que lo sea la pintura o la arquitectura... Es un soporte, como un lienzo o un trozo de mármol. Tampoco todos los pintores son artistas. Ya lo decía Louise Bourgeois, lo importante son las ideas y las emociones. Y, además, el arte también está hecho para vender. Es un negocio y lo disfrutas con la mirada. Yo disfruto con la alta costura sin ponérmela. Y esas cosas sobre la utilidad de la moda es una tontería, no puedes quitarle la posibilidad de ser un soporte.

P. ¿Le gusta provocar?

R. Más que provocar, me gusta emocionar.

P. ¿Aunque las emociones sean negativas?

R. Me gusta crear imágenes abiertas a interpretaciones. Te arriesgas a que cada uno haga la suya, pero no me parece grave. Todo lo que nos agite nos hace sentirnos más vivos e intensos. Me interesa ligar la emoción a cierto placer, pero también se puede disfrutar con el drama.

P. ¿No ha sido domesticada la estética surrealista y el espíritu liberador que pretendía?

R. Puede que lo hayan conseguido, llegando a tantas personas y en todo el mundo. Me cuesta recordar otro movimiento que haya dejado tanta huella y que la gente lo haya asumido. No decimos "qué expresionista", ¿no?

David Delfín

David Delfín (Ronda, Málaga, 1970), considerado el enfant terrible del diseño español, comenzó en el mundo de la moda en 1999 con el proyecto Sans Titre, junto a Joseph Beuys.

Sus creaciones y vestidos han sido expuestos en el Museo Reina Sofía, en la Galería Soledad Lorenzo y en el Centro Contemporáneo de Málaga.

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