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El obispo Munilla sella el armisticio con el sector crítico del clero guipuzcoano

Recibe un "voto de confianza" tras prometer rodearse de "gente de la casa"

Mikel Ormazabal

La Iglesia guipuzcoana se ha dado un periodo de tregua indefinida. El obispo de San Sebastián, monseñor José Ignacio Munilla, firmó ayer el armisticio con todos los arciprestes de la provincia, la mayoría de ellos firmantes del comunicado crítico con el nombramiento del prelado. El acuerdo es el resultado de la voluntad de ambas partes de recuperar el sosiego que la comunidad eclesial había perdido desde que la Santa Sede hizo oficial en noviembre pasado el destino episcopal de Munilla. Una cumbre eclesial "muy fructífera", según reconoció uno de los asistentes. Los curas aceptaron suscribir un "pacto de silencio" y el obispo les confirmó que la curia diocesana se nutrirá de "gente de la casa" y no obrará una revolución en el trabajo pastoral que se viene realizando en Guipúzcoa.

Los sacerdotes elegirán una terna de candidatos a vicario general

El obispo se encerró varias horas con 14 arciprestes -no pudo acudir el de Hernani por sufrir la víspera una indisposición- en la villa Gentza de San Sebastián, sede del Instituto de Teología y Pastoral de la diócesis guipuzcoana. Fue el primer encuentro cara a cara con los sacerdotes que ejercen como coordinadores entre el Obispado y los párrocos de la provincia. Después de una semana dedicada casi en exclusiva a conceder entrevistas a los medios de comunicación -más de treinta en seis días-, Munilla tomó el pulso al clero local y conoció de primera mano las razones por las que una amplia mayoría -el 77% de los párrocos- se adhirió a un escrito muy crítico con su persona. En el comunicado que difundieron calificaban a Munilla como una persona "no idónea" para dirigir la Diócesis de San Sebastián.

El nuevo prelado aprovechó para explicar cuáles son sus planes y ratificar su decisión de integrarse plenamente en el recorrido que lleva la diócesis, como anunció en su primera homilía cuando tomó posesión. "Hemos decidido darle un voto de confianza", asegura un arcipreste. Todos los participantes en la reunión consultados por este diario coincidieron en que el encuentro fue "positivo".

Los presbíteros subrayaron el talante "conciliador" del obispo, lo que pone al descubierto que Munilla está siguiendo a pies juntillas el consejo que le confió su antecesor, monseñor Juan María Uriarte, quien le recomendó "entrar con suavidad" en su nueva comunidad diocesana.

Los arciprestes observaron "gestos esperanzadores" en el obispo y destacaron la voluntad de escuchar de éste y su voluntad de "encauzar las cosas". Valoraron como "un paso adelante" la decisión de Munilla de abrir un proceso consultivo para elegir a su vicario general, un puesto vacante tras el cese automático de quienes tenían esta responsabilidad con Uriarte, Félix Azurmendi y Patxi Aizpitarte.

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Munilla se mostró dispuesto a hacer partícipes a los sacerdotes de Guipúzcoa en la elección del vicario general. Elegirán a una terna de candidatos, de la que finalmente el obispo hará la elección definitiva, un procedimiento semejante al que se siguió en el estreno de Uriarte para nombrar a sus dos vicarios generales. Deberá ser una persona que merezca la confianza del obispo y, al mismo tiempo, tenga buena relación con la base eclesial. Munilla descartó que vaya a realizar fichajes de otros lugares, lo que también tranquilizó a los presbíteros.

Al parecer, en otro guiño para serenar los ánimos, Munilla les anunció que no introducirá cambios en el actual equipo administrativo de la diócesis y colocará al frente de la vicaría de Economía a José Luis Ruiz, hasta ahora ayudante de José María Madina, que también decidió abandonar el cargo para jubilarse. Munilla quiere que su equipo de confianza esté formado por personas "cercanas al terreno" y "jóvenes".

La primera etapa de Munilla al frente de la Diócesis de San Sebastián será en buena parte continuista y seguirá las directrices marcadas por Uriarte durante su mandato, al menos hasta que concluya este curso pastoral en el próximo mes de junio.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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