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La ola del cambio político aguarda ante las puertas de Getxo

El desarrollo de la negociación entre socialistas y populares mantiene a la expectativa al PNV, que gobierna en minoría

Mediodía de jueves festivo. El sol ilumina la bahía de El Abra y a las escaleras que caracolean hasta el puerto viejo de Algorta, entre casas blancas de pescadores de otro tiempo, se acercan jóvenes que visten ropa de marca y se comunican en un lenguaje colonizado por la jerga. Ajenos al desembarco de los niños bien de Las Arenas y Zugazarte permanecen dos personas a las que la lectura y el estereotipo ubican a una distancia sideral, muy superior a la de los seis o siete escalones que realmente les separan. El más joven, unos 35 años, intenso bronceado tras las gafas de sol, camiseta negra, pantalón negro y playeras azules, lee un periódico de tirada nacional e ideología conservadora; el mayor, unos 55, barba cana, piel rojiza, fino jersey granate, vaquero azul y zapatillas blancas, hojea un ejemplar del diario históricamente ligado al PNV.

Marisa Arrúe, portavoz del PP, aboga "ya" por la moción de censura
La presidencia del Parlamento y Álava sacian "por ahora" a los populares
Con 14 concejales de 25, una alianza constitucionalista sería mayoritaria

La estampa podría registrarse en cualquier otra esquina de Vizcaya, pero aquí, en Getxo, paradigma de extremos, cruce de contrastes, adquiere un significado especial: ejemplifica la sórdida batalla política que, desde la Transición, se viene librando por el control de la tercera población de Vizcaya, primera en renta per cápita, feudo histórico de la oligarquía vizcaína. Una disputa cuyos dos últimos asaltos se celebraron, esta misma semana, en Vitoria, en la sede del Parlamento Vasco. Allí negocian PSE-EE y PP los términos del acuerdo que desalojará al PNV de Ajuria Enea, un pacto que, trasladado al Ayuntamiento de Getxo, donde las fuerzas constitucionalistas suman 14 de los 25 concejales, también desplazaría a los nacionalistas de una alcaldía que gestionan en régimen de monocultivo desde la restauración democrática. Pero el cambio, ese nuevo tiempo que PSE-EE y PP anuncian a los cuatro vientos, parece haberse detenido a las puertas de Getxo, al menos de momento: la presidencia del Parlamento vasco, ya acordada, y la Diputación de Álava, ya insinuada, colmarían las demandas más urgentes de los populares a cambio de su apoyo a la investidura de Patxi López. Getxo debe esperar. No es su primera contradicción.

En Getxo, la ciudad con la vivienda más cara de España (5.379 euros costaba, de media, el metro cuadrado en 2005), al anterior alcalde, Iñaki Zarraoa, lo fulminó un plan que recogía la construcción de casi 8.400 viviendas, 4.700 de protección oficial: eligió la única zona verde de la localidad. Aquí, en Getxo construyeron mansiones y palacetes los industriales y empresarios de la más próspera Vizcaya (en los años 30 del siglo pasado, las familias de Neguri, su barrio más selecto, controlaban las tres cuartas partes del acero y la mitad del hierro que se producían en España) mientras sus miles de empleados se instalaban en apelotonadas construcciones de hormigón al otro lado de la Ría. Aquí, en Getxo, donde uno puede encontrar los coches y yates más exclusivos y no resulta anacrónica la figura del chófer, un pequeño río, el Gobelas, mantiene en vilo a cientos de vecinos con sus continuas crecidas. Aquí, en Getxo, cuya calidad de vida no tiene parangón en su entorno, es más vívido que en ningún otro lugar el azote de ETA, que históricamente ha golpeado (y golpea) con especial saña a la cuna de lo que define como "burguesía capitalista y explotadora"; antaño, a través del secuestro, últimamente por medio del coche bomba, como el que hizo estallar el pasado 18 de mayo en el señorial paseo de Zugazarte, junto al Club Marítimo.

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Aquí, en Getxo, donde parece consolidarse una mayoría constitucionalista (en las autonómicas de este mes, PP, PSE y UPyD recibieron el 52,6% de los sufragios válidos), no se conocen más alcaldes que los aupados por el PNV. "Pero esto puede, y debe, cambiar ahora", clama Marisa Arrúe, portavoz municipal del PP.

El primer edil, Imanol Landa, advertía durante la última campaña electoral de que el "asalto de PP y PSOE" a la alcaldía podría producirse el mismo 2-M. Blandía como prueba de sus temores las palabras pronunciadas por Mariano Rajoy, líder nacional del PP, en un mitin en Santurtzi. Rajoy, en efecto, citó Álava y Getxo como las instituciones que acompañarían a la Lehendakaritza en la marea de cambio que una victoria del polo constitucionalista el 1-M desencadenaría en el País Vasco. Consumado ese triunfo, y toda vez que el PP vasco se declara decidido a apoyar la investidura de Patxi López como lehendakari, cabría pensar que la hora del cambio ha llegado a Getxo.

"Es lo que ya exigió Getxo en las municipales, pero no pudo llevarse a cabo por el miedo o algún motivo oculto del PSE", afirma Arrúe. Entonces, lo que imperó fue un pacto entre PNV y PSE, que decidieron respetar las listas más votadas en Vizcaya, de modo que la alcaldía de Getxo fue para los jeltzales y la de Barakaldo para los socialistas. Pese al acuerdo, la bronca política ha sido constante en Getxo, donde el PNV gobierna en minoría, con 10 de los 25 concejales, frente a los 14 que suman PP (10) y PSE (4), que administran desde la oposición siempre que aúnan fuerzas. "Hay más de 100 mociones aprobadas en pleno que el equipo de gobierno se niega a ejecutar. Hemos llevado dos veces al alcalde ante los tribunales

[por su negativa a rebajar las tasas y a modificar el Reglamento Orgánico Municipal] y ambas las hemos ganado", dice Arrúe, quien cree que el apoyo que desde hace dos meses presta el PSE a los presupuestos municipales ha aportado al PNV un "oxígeno" que se le agotaba. "Los intereses de los vecinos de Getxo están por encima de los partidistas, y creímos conveniente sacar a Getxo del estancamiento en que se hallaba", justifica Luis Almansa, portavoz municipal del PSE.

Aunque la demanda de cambio político en Getxo sea anterior al 1-M, fuentes conocedoras de la negociación que mantienen PSE y PP niegan que este Ayuntamiento haya estado sobre la mesa en las últimas cumbres. "Getxo queda hoy fuera de las miras del PP, al menos a corto plazo. Asegurada la presidencia del Parlamento, tras la investidura de Patxi López el PP apuntará todas sus baterías hacia la Diputación de Álava, más estratégica y visible que una alcaldía, donde, además, sí fue la fuerza más votada", sostienen fuentes socialistas.

En las últimas municipales, el PNV obtuvo 13.560 votos, frente a los 12.791 del PP. "La lógica dicta que también en Getxo ha de producirse el cambio, y apostamos por él. Pero los socialistas tienen ahí más reparos en virtud del acuerdo que alcanzó tras las municipales con el PNV para respetar la lista más votada", aseguran fuentes de la dirección popular en el País Vasco. En este sentido, señalan que no renuncian a Getxo, porque es un escaparate muy importante para la visibilidad del cambio, pero "en estos momentos no está en el mismo paquete que pueda estar Álava". "Sin embargo,tras la investidura habrá muchas cosas de las que hablar", aclaran.

Más pegada al terreno, Arrúe apuesta abiertamente por presentar la moción de censura que desbrozaría el camino hacia su investidura como alcaldesa. "No la descartamos [la moción de censura]

", sostiene una fuente jeltzale, "pero creemos que, por vergüenza torera y, sobre todo, por no descubrir demasiado pronto el frente constitucionalista que el PSE negaba en las elecciones y que aún hoy niega pese a que resulta evidente, una moción de censura en Getxo integrará un segundo capítulo del mal llamado proceso de cambio en Euskadi", analiza.

"Llevamos trabajando toda la legislatura con amagos de moción de censura, en un intento claro de desestabilizar la gestión emunicipal", denuncia el alcalde, Imanol Landa. No obstante, aplaude el apoyo que el PSE presta a los presupuestos municipales. "Por primera vez en toda la legislatura, percibimos una actitud de trabajo en positivo por parte del PSE-EE". Pero avisa: "Una moción de censura, de cara a las elecciones municipales de 2011, produciría en el electorado de Getxo un efecto de rebote claro en beneficio del PNV y un perjuicio sobre todo para el PSE".

MARISA ARRÚE (Portavoz municipal del PP): "El verdadero cambio no está sólo en Ajuria Enea"

Un hipotético acuerdo entre PP y PSE convertiría a Marisa Arrúe en la primera alcaldesa de Getxo. "Me hice ilusiones hace dos años, porque Getxo apostó por el cambio con una amplia mayoría constitucionalista [en las municipales]. Sin embargo, por un complejo del PSE o no sabemos por qué, llevamos dos años con el PNV gobernando en minoría y en precario", lamenta. La portavoz municipal del PP asegura que "no habría problemas" para alcanzar un pacto de gobierno con los cuatro ediles socialistas. "Yo no sé si el cambio en Getxo está en las negociaciones que mantienen mi partido y el PSE. Sólo sé que, como bien dijo Antonio Basagoiti, el cambio no está sólo en Ajuria Enea, sino allí donde sea posible: ayuntamientos, diputaciones, cajas...", aboga Arrúe. "Además, el cambio en Getxo sería importante porque éste es un municipio emblemático para el nacionalismo, siempre fue su baluarte. Éste fue el primer pueblo con alcalde nacionalista en la II República, y aquí nació José Antonio Aguirre", señala. "El cambio en Getxo contribuiría a la normalización del País Vasco, pero no es sólo una cuestión higiénica tras 30 años de gobiernos nacionalistas. También es necesario cambiar las políticas y la gestión con respecto a los vecinos", concluye.

IMANOL LANDA Alcalde de Getxo (PNV): "No creo en los frentes, y menos en los municipios"

Alcalde desde 2007, Imanol Landa no parece alterado por la posibilidad de que una alianza entre PP y PSE le desaloje de la alcaldía. Ha aprendido a convivir con la amenaza de una moción de censura. "Llevamos trabajando toda la legislatura con amagos de moción de censura, en un intento claro de desestabilizar la gestión municipal", censura el primer edil getxotarra en su respuesta a un cuestionario remitido por EL PAÍS, facilitada por correo electrónico. El cambio en la alcaldía, ¿supondría un golpe constitucional?, se le cuestiona. "Sería legítimo y democrático, pero sería una irresponsabilidad absoluta, en tanto que desestabilizaría el normal funcionamiento del Ayuntamiento y, con ello, el desarrollo del propio municipio", responde. "Trabajaremos hasta el último minuto por el municipio (...), sin perder un minuto en cuestiones partidarias dilucidadas en despachos lejanos a Getxo", añade. PP y PSE sostienen que, tanto en las municipales como en las autonómicas, Getxo se pronunció claramente a favor del cambio. "No creo en los frentes, y menos aún en el ámbito municipal. Me he esforzado en construir puentes y en buscar acuerdos entre diferentes. Es la política que nos demanda la ciudadanía getxotarra", replica Landa.

LUIS ALMANSA (Portavoz municipal del PSE): "Acataremos las directrices del partido, como hacemos ahora"

Antes de entrar en harina política, Luis Almansa, portavoz municipal del PSE-EE en Getxo, quiere dejar claro que el acuerdo que mantienen su partido y el PNV se circunscribe exclusivamente a la parcela presupuestaria. Aclarado este aspecto, Almansa asegura ignorar que el consistorio getxotarra pueda convertirse en moneda de cambio dentro de las negociaciones que, salvo giro inesperado, convertirán a Patxi López en el primer lehendakari socialista. "Yo no tengo ningún conocimiento de que la alcaldía de Getxo esté sobre la mesa. Es un asunto que compete a la ejecutiva del PSE, y nada tengo que decir al respecto", afirma, cauto.

Si se alcanzara un hipotético acuerdo entre los dirigentes socialistas y populares para arrebatar al PNV el poder municipal en Getxo, ¿en qué sentido actuarían los cuatro ediles del PSE? "Acataríamos las directrices de nuestro partido, como es lógico en un partido disciplinado; como hemos hecho siempre y como estamos haciendo ahora, que nos limitamos a cumplir un acuerdo adoptado por mi partido en virtud del cual se respeta la lista más votada [en los municipios de Vizcaya]", responde Almansa. El portavoz socialista reconoce que los cuatro ediles socialistas mantienen una relación "más cordial" con los consejales del PP que con los del PNV. Preguntado si serían capaces de arbitrar un pacto de gobierno con los populares, responde: "Sería adelantarnos a acontecimientos que tal vez no ocurran". ¿Le gustaría que ocurrieran? "No tengo opinión".

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