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La opinión de los expertos

Los arquitectos apuestan por abrir un debate técnico sobre la propuesta del Ayuntamiento de Vitoria para cubrir una parte del centro de la ciudad

El Ayuntamiento de Vitoria trabaja en una ambiciosa iniciativa de recuperación del centro de la ciudad como enclave comercial, el Proyecto Alhóndiga. Entre las distintas medidas que prevé adoptar se encuentra cubrir la Plaza de España y las calles Dato y san Prudencio, eje del primer ensanche de la ciudad, con paneles transparentes. El proyecto pretende que ese espacio de la ciudad asuma el papel de galerías comerciales y lugar de entretenimiento atractivo en los largos meses de frío que sufre la capital vasca.

EL PAÍS ha consultado la opinión de seis destacados arquitectos sobre una intervención que afecta al patrimonio monumental de la ciudad en su zona más conocida y a numerosos vecinos y comerciantes. Su opinión concluyente es que una intervención de ese calado necesita de un debate público entre los expertos. De momento, el Ayuntamiento ha expuesto su proyecto y ha pedido a los ciudadanos que den sus opiniones

La opinión del autor

Javier Aja, arquitecto de ACXT-IDOM, es el redactor del proyecto. "Nuestra propuesta busca cubrir una calle con geometrías variables, sin apoyarse en las fachadas ni en los tejados", apunta. "La solución es una estructura ondulante, que hace que se favorezca la evacuación del agua de lluvia, sin perjuicio para los edificios cercanos. Al estar parcialmente abierta esta cubierta, se logra la ventilación y se evita el efecto invernadero. Para la limpieza, se ha diseñado una pasarela que permite la limpieza de los vidrios. Se sustenta en pilares de inspiración escultórica, que por la noche se pueden transformar en luminarias". Aja reconoce la novedad de introducir estas construcciones en un entramado urbano decimonónico.

"Un asunto delicado"

Ramón López de Lucio, catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid y asesor del Ayuntamiento de Vitoria en materia de urbanismo, sostiene que es "un asunto muy delicado, que se debe discutir en términos técnicos y estéticos".

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Y prosigue: "La Plaza de España me produce muchas dudas, porque se trata de un espacio que no es comercial, y de gran calidad arquitectónica, un monumento neoclásico de referencia". Para este veterano urbanista hay que sacar el debate, "interesante, sin duda", del enfrentamiento político. "Plantearía sesiones de debate, abiertas y en profundidad, sobre el modelo de ciudad que queremos construir", sugiere.

Luchar con "otras armas"

Javier Mozas, arquitecto, director de la revista a+t y coautor de la Guía de Arquitectura de Vitoria-Gasteiz, considera que "el Boulevard regala un clima controlado y un estacionamiento de vehículos de generosas dimensiones, servicios que el Ensanche por su propia circunstancia no puede ofrecer". Autor del proyecto de la nueva sede de la Caja Vital en Salburua, Mozas apunta que "la respuesta del centro urbano no debe ser luchar con las mismas armas que poseen los centros comerciales, sino potenciar sus diferencias y valores".

"La revitalización del centro pasa por eliminar el vehículo privado, por aumentar la oferta cultural y por esa intrincada relación que sólo se consigue con la mezcla de usos: viviendas, oficinas, comercios, escuelas, centros cívicos, zonas de ocio, zonas verdes. Esto es, por la creación de una intensa y auténtica vida urbana", concluye este profesional.

"Un lugar abierto al cielo"

Ramón Ruiz Cuevas, miembro de la Junta del Colegio Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro en Álava, incide en que "la Plaza de España se diseñó como un lugar abierto al cielo, al igual que otros foros públicos en el resto de Europa, como el mirador de la ciudad ante el paso del tiempo".

Este autor galardonado por sus trabajos en arquitectura bioclimática añade que dicha plaza ha de ser un "lugar de encuentro para disfrutar del cielo y sus inclemencias, con soportales para refugiarse en los días de mal tiempo".

Ruiz Cuevas, quien se considera un defensor del trabajo de Justo Antonio de Olaguibel (Vitoria, 1752-1818), el autor del primer ensanche de la ciudad, que incorporaba este enclave público, remata su opinión: "Eso sí, no soy un purista. Hace un falta un debate en profundidad. Como se sabe, la contaminación en arquitectura también ha servido para enriquecer edificios".

Ventajas de la intemperie

La primera impresión para Iñaki Galarraga, doctor en arquitectura, experto en Patrimonio y profesor titular de la Escuela de Arquitectura de la UPV es de "exageración" por la decisión de cubrir parte del centro de la ciudad. "La intemperie es un factor positivo de las ciudades", afirma este donostiarra muy vinculado con Vitoria, con la lucidez de quien reside en una ciudad que sufre de verdad en su economía las inclemencias del tiempo.

"Una cosa es el espacio cubierto; otra, la calle", apostilla Galarraga. "Si cubrimos la calle, hay que pensar en la atención de quienes residen en las viviendas afectadas. En cuanto a la Plaza de España, es algo más que un claustro; su cubrimiento está marcado por la complejidad. Plásticamente es muy bonito, me parece una idea interesante, pero habrá que ver su resolución".

Debate necesario

Roberto Ercilla, autor de la nueva sede de la Fundación Sancho el Sabio, en Vitoria, incide en que "es necesario el debate. Una intervención de este calado necesita de un informe detallado y concienzudo del Colegio de Arquitectos, que argumente sobre la necesidad de esta intervención, importante, en el centro de la ciudad".

Este profesional abunda en que el Colegio de Arquitectos Vasco-Navarro ha de ser el interlocutor principal del Ayuntamiento de la capital alavesa para decidir el futuro de la zona más céntrica y más transitada de la ciudad.

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