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La población bilingüe ha crecido del 22% al 37,5% en este cuarto de siglo

La utilización del euskera no aumenta al mismo ritmo que su conocimiento

Los datos son tozudos. Año a año va aumentando en Euskadi el número de personas bilingües (declaran dominar tanto el euskera como el castellano). Sin embargo, el uso normalizado de la lengua vasca no crece al mismo ritmo que su conocimiento, según confirma el cuarto Mapa Sociolingüístico, elaborado por el Gobierno vasco con datos relativos a 2006. El estudio recoge que más de un tercio de la población (el 37,5%) sabe euskera, frente al 21,9% de hace 25 años. Esto quiere decir que la Comunidad autónoma ha ganado casi 325.000 bilingües en un cuarto de siglo (ya hay, por tanto, 755.649), pese a que la población se ha reducido en este periodo un 0,6%, pasando de 2.141.809 habitantes a 2.129.339.

El bilingüismo se dispara hasta el 62% en las personas menores de 30 años
Dentro de un cuarto de siglo, un 75% de los menores de 55 años sabrá euskera
El uso de la lengua vasca en el ámbito familiar se estanca en el 21,4%
Baztarrika pide trabajar en favor de la adhesión voluntaria al idioma

El crecimiento de los ciudadanos que saben hablar euskera y castellano es más pronunciado si se toma como referencia la población joven. El 62% de los menores de 30 años es ya bilingüe, frente al escaso 19% de 1981. Y según se desciende en la tabla de edad, el porcentaje es mayor: el 75% de los menores de 15 años es plenamente bilingüe, frente al 20% de hace 25 años. La razón de esta evolución en el conocimiento de la lengua vasca hay que buscarla fundamentalmente en la escuela. Con el paso del tiempo, han ganado terreno las matriculaciones en los modelos D (en euskera, 58,8% del alumnado de Primaria en el curso 2007-2008) y B (bilingüe, 30,5%), en detrimento del A (castellano, 10,7%).

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Ante estos datos, "no es un sueño, sino una realidad factible", pensar que dentro de 25 años entre el 75 y el 85% de la población menor de 55 años será bilingüe, "aunque no lo sea toda en la misma medida", apuntó ayer el viceconsejero de Política Lingüística en funciones, Patxi Baztarrika. "Nuestra realidad lingüística será asimétrica, en el sentido de que estará conformada por ciudadanos con diferentes competencias lingüísticas", reconoció sin complejos.

Baztarrika reiteró así una idea que figura en Bases para la Política Lingüística de principios del siglo XXI, la ponencia que quedó aprobada a principios de año, antes de las elecciones autonómicas del 1 de marzo, tras un intenso debate entre profesionales de diversas ideologías y ámbitos públicos y privados. En ese documento se recomienda una política lingüística "sustentada en el más amplio consenso, progresiva y flexible" teniendo en cuenta las diferentes realidades sociolingüísticas que conviven en Euskadi, aunque, eso sí, "activa". Y se admite que durante un buen tiempo perdurará una "disglosia" que los redactores del texto califican de "sostenible". El viceconsejero en funciones ya instó en su día a "no demonizar" esa situación, sin la cual sería complicado caminar hacia la normalización lingüística total. La citada ponencia queda ahora en manos del nuevo gobierno y de los partidos de la oposición, con la idea de que renueven el actual Plan General de Promoción del Uso del Euskera, que ya tiene diez años.

Lograr un mayor uso del euskera es, precisamente, uno de los retos de futuro. Esta lengua está ganando espacio en el ámbito público, donde la utilizan el 18,6% de la población, lo que supone un incremento de siete puntos respecto a 1991. Ahora bien, esta mayor presencia se produce sobre todo en los ámbitos formales, como ayuntamientos, servicios de salud o entidades financieras, y no tanto en la vida social en general. El uso del euskera en casa, sin embargo, no ha variado prácticamente en los últimos quince años: se mantiene en torno al 21,4%. Esto significa, según indicó Baztarrika, que los bilingües actuales no utilizan el vasco en casa tanto como los de antaño y, por tanto, no aumenta su uso en este ámbito.

Esta radiografía demuestra que no bastan planes y normas que regulen el uso de una lengua cuando entran en juego cuestiones afectivas. "Debemos promover la adhesión voluntaria de la ciudadanía hacia el euskera", subrayó Baztarrika, a punto de dejar su cargo como viceconsejero de Política Lingüística. En este sentido, remarcó el papel "decisivo" que van a tener los jóvenes bilingües, quienes en su mayoría (58,9%) tienen el castellano como primera lengua, como lengua familiar. "Si el día de mañana, cuando formen sus propias familias, estos jóvenes transmiten también el euskera, el conocimiento de éste en las nuevas generaciones será aún mayor, será también su primera lengua, su lengua afectiva", remachó Baztarrika, convencido de que para eso hay que impulsar acciones que promuevan una mayor adhesión y sensibilidad hacia el euskera.

Críticas con confusión

En la que fue, si no la última, una de las últimas intervenciones públicas de Miren Azkarate como titular de Cultura, la pregunta parecía obligada: ¿Cree que con el nuevo Gobierno vasco cambiará mucho la política lingüística actual? La consejera empezó prudente en su respuesta. "Siempre hay que dar un plazo y ver qué hace cada uno", dijo, para insistir a continuación en que son necesarios "consensos amplios y la implicación de todos para tejer las redes de futuro" y fortalecer el euskera.

Eso sí, justo a continuación lamentó que "los comienzos no son muy esperanzadores". Aunque de nuevo volvió a la prudencia. "Esperemos que, como decía Axular, en 1645, creo, debile principium melior fortuna sequetur: es decir, que a un comienzo no muy afortunado le siga un futuro mejor", citó. Lo que pasa es que se confundió en el autor de las palabras, que no es el escritor Pedro de Axular sino Bernart Etxepare, y en el año, pues son de un siglo antes.

En cualquier caso, en su opinión, el futuro Ejecutivo socialista ha empezado mal en materia de euskera por los puntos recogidos en el acuerdo entre el PSE-EE y el PP y por la elección de Arantza Quiroga, una persona que "no conoce el euskera", como presidenta del Parlamento vasco.

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