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Entrevista:LUCIO HERNANDO | Presidente de la Autoridad Portuaria de Pasaia

"El puerto exterior corre el riesgo de convertirse en un Leizaran II"

Mikel Ormazabal

Lucio Hernando está a punto de cumplir 100 días como presidente del Puerto de Pasaia.

Pregunta. ¿Su nombramiento es un regalo envenenado?

Respuesta. Cuando me ofrecieron el cargo hice una evaluación de riesgos, pero no conté con el vuelco político en Gipuzkoa y su repercusión. Es un factor que va a determinar el futuro del puerto. Venía bastante mentalizado en que va a ser costoso, porque el AVE está en marcha y paralizar la incineradora supondría un gran quebranto económico. Está claro que la oposición se va a focalizar en el Puerto de Pasaia. Esto tiene visos de convertirse en el Leizaran II, aunque ETA ya no es lo que era y estamos viviendo una coyuntura política y social mejor que la de aquellos años. A escala, es un Leizaran II. Se dan todas las condiciones.

"Ha llegado la hora de zanjar el debate: o nos vamos fuera o seguimos dentro"
"Si un día el Ministerio de Medio Ambiente dice que no, lo aceptaremos"

P. El proyecto se ha puesto muy cuesta arriba.

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R. Hay quienes se oponen por aspectos medioambientales y otros que ven excesivo gastar 765 millones en plena crisis. Lo que más me molesta es el sambenito de especulación urbanística y negocio para las constructoras. No hay nada de eso.

P. Las críticas van más allá.

R. No se puede ver el proyecto como una foto y considerar el nuevo puerto como una obra faraónica junto al monte Jaizkibel. Yo digo que Gipuzkoa tiene derecho a tener un puerto competitivo.

P. ¿No hay posibilidad de racionalizar las instalaciones?

R. En 1978, cuando todos los buques entraban en todos los puertos, Pasajes era el quinto del Estado. Hoy somos el 20 de 28. Ahora no pueden entrar barcos con más de 185 metros de eslora y eso impide una serie de tráficos, como los contenedores. Si al final se toma la decisión estratégica de seguir como ahora, sería la eutanasia. El cambio parte de necesidades objetivas. Este tema está excesivamente manoseado, desenfocado.

P. ¿Y las razones medioambientales?

R. Lo que ha ocurrido es que el primer informe de sostenibilidad (ISA) fue de una debilidad pasmosa. Nosotros estamos haciendo un estudio serio y en condiciones de las afectaciones reales de esta infraestructura.

P. No se ha contemplado ninguna opción que no fuera el traslado al exterior.

R. Lo que ha pasado aquí es que, a base de insistir en algo, parece que el progresismo consiste en oponerse al puerto exterior. El debate está fuera de órbita y difícil de recuperar por la senda de la sensatez.

P. ¿Está justificada la inversión?

R. Los números que vamos a presentar nosotros los va a aguantar el papel. La mayor parte de los recursos para el puerto exterior vendrán de la desafectación de los terrenos portuarios actuales. Hay infraestructuras que son deficitarias, pero generan muchos retornos económicos.

P. ¿El no del ministerio a Tarifa y La Granadilla es un mal presagio?

R. Eso viene a demostrar que Medio Ambiente no es un títere de los políticos. Somos muy dados a decir que las instituciones están vendidas. Lo de Tarifa y La Granadilla es una buena noticia para los ciudadanos, porque significa que hay independencia de criterio. No hay que obsesionarse: si un día el Ministerio de Medio Ambiente dice no, lo aceptaremos.

P. Otra crítica: el puerto exterior tiene mala imagen por vincularse a la regeneración.

R. Cuando el puerto exterior empezó a tener visos de viabilidad, se dieron pasos en La Herrera. Si optamos por una solución intermedia (mantener el puerto y regenerar parte de la bahía), sería una rehabilitación parcial.

P. Es un proyecto del que se están descabalgando muchos.

R. Algún día todos los que están en contra tendrán que decir "sentémonos a hablar de las infraestructuras". ¿Todas están mal y a todas hay que decir no?

P. Si decae el respaldo social, político e institucional, ¿cómo se puede seguir adelante?

R. Es una tontería despreciar a los que se apean, porque eso es luchar contra la realidad. Eso no lo haré jamás. Si en la defensa de un proyecto vas perdiendo aliados es una mala señal. Yo prefiero el discurso de aunar voluntades. Soy consciente de que el cambio político en la Diputación aumenta las dificultades y aviva la polémica. Aquí estamos permanentemente atascados.

P. ¿Pasaia es el almacén de las acerías?

R. Sin tráfico de contenedores, nos estamos quedando como un puerto chatarrero. Se puede entender peyorativamente, pero ojalá llegase más chatarra.

P. ¿Por qué no se estudia repartir tráficos con puertos?

R. ¿Con qué tráficos nos quedaríamos? Contenedores no pueden darnos; hidrocarburos, tampoco. Sólo podríamos recibir más chatarra o grano. Objetivamente, este es el drama del puerto. Estamos esposados y cautivos de unos tráficos concretos.

P. ¿No le da vértigo convertirse en el presidente que entierre el proyecto de puerto exterior?

R. Ha llegado la hora de zanjarlo, para bien o para mal, y poner fin a este estado de ansiedad. O nos marchamos fuera o seguimos dentro. Y no nos olvidemos que pasar el ISA no garantiza la construcción del puerto exterior.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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