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El reemplazo generacional no está garantizado

La cuestión de la caída de la natalidad resulta llamativa en cuanto al descenso tan brusco y tan rápido que se ha producido, y que sigue sin recuperarse. Los repuntes son mínimos y en las gráficas de evolución no se aprecian dientes de sierra durante los últimos años. Empezó a subir en 1996 y la tendencia es ascendente, pero muy poco. De esta forma, el reemplazo generacional no se encuentra asegurado en la comunidad autónoma. Dicho relevo no se garantiza ni siquiera con dos hijos por cada mujer. En el caso de Euskadi ello supone una utopía, ya que el índice de fecundidad se encuentra por debajo de un hijo por mujer.

En la encuesta demográfica que el Eustat realizó en 2002 ya empezaron a aparecer generaciones que no se reemplazaban a sí mismas, algo que no había ocurrido nunca en la historia del País Vasco. Habían concluido su edad fecunda y habían tenido menos de 2,1 hijos por mujer. Según dicha encuesta, que se repetirá el próximo año, la generación de mujeres nacidas entre 1951 y 1955 es la primera que en este siglo no asegura su relevo, al tener una descendencia media de 1,9 hijos. Estos datos contrastan con los 2,8 hijos que tuvieron las generaciones nacidas en los 15 años anteriores.

Las mujeres de la siguiente generación, las que vinieron al mundo entre 1956 y 1960, que ya han acabado prácticamente su vida fecunda, apenas superan los 1,5 hijos de descendencia final. La disminución de la descendencia por debajo del nivel de reproducción generacional ha ocurrido en todos los países de Europa y, por lo general, en generaciones anteriores a 1950. Pero, en el caso de Irlanda, Francia y Suecia, las generaciones más jóvenes que han completado su vida fecunda mantienen una descendencia final cercana al nivel de reemplazamiento.

Aumento de solteros

¿Qué posibilidad hay de dar la vuelta a la situación? "Es prácticamente imposible", zanja el responsable de la estadística demográfica del Eustat. "Las ayudas institucionales pueden ayudar, pero no determinar el que se tengan hijos. En los países escandinavos tienen unos índices de natalidad altos, pero no llegan ni siquiera a 2. Están en 1,8 o 1,9. Aquí, es algo inalcanzable ahora mismo".

A la reducción de la fecundidad en el matrimonio se añade el que en las generaciones que han superado los 40 años, el número de personas que han optado por la soltería es mayor. Entre la generación de 1941-1945 y la de 1956-1960, el porcentaje de solteros ha aumentado en seis puntos en ambos sexos, situándose los porcentajes de solteros definitivos en la última generación en el 16% para los varones y el 12% para las mujeres. Se trata de una proporción más baja que la del resto de España.

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