La revelación del hermano de Sabino

"Bendito el día en que conocí a mi patria". Posiblemente pueda atribuirse a esta frase de Sabino Arana, mientras convalecía de su tuberculosis en 1882, el origen de la fiesta que desde un 27 de marzo de 1932 celebran cada Domingo de Resurrección quienes sienten Euskadi como su país. Sin embargo, la historia modulada a través del tiempo también deja abierta la puerta de la interpretación a quienes sostienen que el PNV aprovechó un día de marcado acento católico para poner en valor a un tiempo sus convicciones religiosas y políticas, y así "resucitará la patria vasca". Por encima de interpretaciones, los peneuvistas dotaron al País Vasco de una fiesta que Cataluña, desde 1889 con la Diada, y Galicia, a partir de 1919 con el Día de la Patria Galega, ya venían celebrando.

Se imputa a Luis, hermano del fundador del PNV, que le bastase una casual conversación con un cántabro sobre fueros para que le despertara la "revelación" de que, en realidad, era vizcaíno y no español. Fue tal la transformación ideológica experimentada en aquel instante que no dudó en trasladarla a Sabino hasta la cama donde reposaba para que la convirtiese en acto de fe.

Desde aquella primera fiesta en el casino de Artxanda hasta hoy, el Día de la Patria vasca mantiene la letra de sus esencias, pero ni siquiera sus convencidos aparecen juntos porque su música suena distinta. Hasta que en 1979 los socialistas abandonaron las celebraciones unitarias, el Aberri Eguna acostumbraba a poner en valor sin fisuras las reivindicaciones políticas más identitarias, adaptadas, lógicamente, al momento político. Por ello, Hendaya, Pamplona o Gernika, localidades de un marcado acento simbólico, han sido escenarios frecuentes para acoger las demandas de esta fiesta, incapaz de sostener su capacidad de atracción con el paso del tiempo.

La sucesión de mensajes reivindicativos desnudan la falta de unidad de sus convocantes, "Aquel 1978, en Navarra, por ejemplo será imposible, pero es un hecho, existió", recuerda un asiduo participante. "Ver a algunos socialistas compartir la calle junto a nacionalistas con detrás de la pancarta del Estatuto de Autonomía ahora te hace frotar los ojos". Precisamente hoy, mucho más.