_
_
_
_
_

Del 'rock radikal' a los jardines

Un músico clave en la Euskadi de los ochenta es ahora instructor de jardinería - Oki encabeza una cuadrilla de una empresa de inserción de Vitoria

Pedro Gorospe

Era una pieza indiscutible en la movida musical de los ochenta. Tocaba el saxo y los teclados y había recibido una formación musical de relieve después de recibir clase del maestro Carmelo Bernaola, ex director del Conservatorio de Vitoria. Pero su pasión estaba en el rock'n'roll. Colaboró con grupos como La Polla Récords, Hertzainak, Kortatu y Potato, entre otros, que triunfaban en esos años en los escenarios vascos y del resto de España.

Sin embargo, en los noventa aquella música dejó de sonar. La crisis que duró hasta el 95 redujo los bolos musicales al mínimo y Javier Olloki, (Vitoria, 1955) se dio cuenta de que ya no podía pagar ni el alquiler del piso en el que vivía. Se hallaba en la más absoluta ruina. Algo impensable cuando daba clases de música en su barrio, o cuando impartió las primeras nociones de teclado al líder de La Polla Récords, Evaristo. Ni siquiera podía imaginar que habiendo vivivido en el corazón de aquella movida que se conoció como el rock radikal vasco iba a acabar frente a una asistenta social pidiendo ayuda. "Estaba con los de Hertzainak cuando llegó una carta de unos chicos que decían que se llamaban Kortatu y que habían grabado una maqueta; nos pedían que la escucháramos", recuerda.

Más información
Las empresas de inserción de excluidos van ganando terreno

A los 39 años, Javier Olloki, conocido por todo el mundillo musical como Oki, no había cotizado ni un solo día a la Seguridad Social y en su bolsillo no había ni telarañas. El Ayuntamiento de Vitoria le preparó la documentación para que empezase a cobrar la Renta Básica, y a través del Inem comenzó a hacer algunos cursos. "Hice alguno de jardinería, y me gustó, me gustaba estar al aire libre. No quería ni oír hablar de la chapa y la pintura", relata. Así, hasta que un día le preguntó a la asistente social si en lugar de hacer cursillos le autorizarían a estudiar Magisterio. La jardinería y el Magisterio cambiaron entonces de verdad su vida.

La gerente de la empresa Garbinguru, la pedagoga Ana Isabel Pérez Bengoa, explica que el caso de Oki resulta un modelo claro de integración laboral. Ahora es el encargado de la formación de la empresa, enseña jardinería a los acogidos en el albergue de transeúntes del Ayuntamiento de Vitoria y les dirige para mantener el entorno y los jardines de esas instalaciones.

Además, ayuda a los drogadictos acogidos al Proyecto Hombre, ofreciéndoles nociones de jardinería en su terapia de rehabilitación. Y dirige una cuadrilla de jardineros cuando hacen trabajos para otras empresas.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Garbinguru emplea a ocho personas en inserción y su división de jardinería ha trabajado para otras empresas, la Diputación alavesa, el Ayuntamiento de Vitoria y consistorios como el de Elciego, donde lleva varios meses limpiando la ribera del Ebro.

"Bienvenido sea el cambio" apunta Oki, reconociendo que su vida ha dado un giro de 180 grados. "Hay algo que no ha cambiado, y es que sigo sin pagar una hipoteca; eso no va a suceder", recalca con un gesto de rebeldía. Sin embargo, pudo rehacer su vida, encontró pareja y, una cosa lleva a la otra, a los 50 años fue padre por primera vez. Ahora tiene dos hijos de cuatro y dos años y disfruta estudiando los ciclos de las plantas aromáticas o la floración de ciertas especies.

Este tipo de empresas tienen también numerosas servidumbres derivadas del apoyo público que reciben, como la imposibilidad de generar beneficios, ya que dependen de asociaciones sin ánimo de lucro. Los beneficios se reinvierten en nuevas sociedades. Además, están atadas a un código ético en el que se comprometen a luchar por la responsabilidad social y la formación, por la participación y la renuncia al lucro económico. Un marco de actuación en el que cobran especial relevancia batallas como la igualdad de oportunidades y de sexo.

"El caso de Olloki, de Carmen o de Jassine suponen la punta del iceberg de un sector que por justicia social tiene que crecer", asegura Pedro Sánchez.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_