El último Talgo en Bilbao

Pocos, muy pocos de los viajeros que ayer cogieron el Talgo entre Bilbao y Barcelona en la estación de Abando sabían que los vagones en los que estaban a punto de subirse formarán este domingo parte de la historia del ferrocarril de España. El viejo Talgo III, que en 1964, a sólo tres meses de su inauguración, ya enlazaba Madrid con la localidad francesa de Hendaya vía Irún (Guipúzcoa), y sólo un año más tarde llegaba a Bilbao, se jubila, o casi: muchos de los vagones irán a parar a Argentina donde seguirán prestando servicio.

Los trayectos con origen Irún, Bilbao y Salamanca y destino Barcelona son los tres últimos recorridos que hace el Talgo III por toda España. El domingo por la mañana partirán del País Vasco los últimos vagones redondeados, rojos y plateados, del Miguel de Unamuno (nombre comercial del tren). Por la tarde, y desde Barcelona, empezarán su andadura los estilizados Alvia blancos, fabricados por la empresa vasca CAF. Ante los coches de aluminio se fotografiaban ayer dos viajeros, José Luis e Ignacio. Eran conscientes del momento histórico. Sin embargo, estos dos apasionados de los ferrocarriles con destino Logroño no mostraban ni un ápice de nostalgia. "Ya era hora de que los retirasen. Sólo hasta Miranda de Ebro tarda una hora y cuarenta minutos". "¡Mira! Por aquí pierde agua. Son un desastre". Mientras José Luis explicaba de forma pormenorizada los datos técnicos del Talgo III, su compañero le inmortalizaba. Siguiendo sus pasos, otros muchos viajeros sacaron la cámara de fotos.

El trayecto entre Bilbao y Barcelona pasará de nueve a seis horas y media

Con los nuevos Alvia, el trayecto entre Bilbao y Barcelona pasará de nueve a seis horas y media, y el de Irún se quedará en seis. Un recorte que los viajeros agradecen. "Puff. Hasta Tarragona todavía nos quedan ocho horas de viaje", señalaban resignadas Uxue, Iraide y Eugenia, tres amigas de 17 y 18 años, mientras esperaban el tren. "Ahora lo entiendo", exclamó la portavoz, Uxue, cuando vio aparecer el viejo Talgo III.

Los nuevos trenes completarán todos los días los 660 y 654 kilómetros que separan, respectivamente, Bilbao e Irún de Barcelona y mantendrán todas las paradas del Miguel de Unamuno. En la mejora de los tiempos no sólo influye la modernización de la maquinaria, también que los Alvia cuentan con cambio de ancho de vía automático, lo que hace que puedan circular indistintamente por carriles convencionales o de alta velocidad. Así, aprovecharán la vía del AVE que transcurre entre Zaragoza y Barcelona con una velocidad de 250 kilómetros por hora.

A lo largo de sus 45 años de historia, el Talgo III, que originariamente fue diseñado para ser remolcado con locomotoras diésel hidráulicas y para circular unidireccionalmente, fue sometido a diversas mejoras. En los años ochenta podía alcanzar 160 kilómetros por hora y los que el domingo se jubilan van encabezados por las locomotoras que utilizaron los primeros AVE que fueron a Sevilla. "Esto es lo que voy a echar de menos. Son unos aparatos indestructibles y que no dan ningún tipo de problema". Antonio Gallardo es uno de los últimos maquinistas que conducirá uno de los viejos trenes. Ayer, cuando llegó a Zaragoza sobre las cuatro y media de la tarde, tras haber salido de Bilbao a las diez de la mañana, un compañero le relevó hasta Barcelona. "Con los Alvia iremos y volveremos en el mismo día". Si para los viajeros los nuevos trenes sólo son ventajas, para Gallardo, probablemente, significarán más trabajo.

Renfe comenzó a retirar el Talgo III en 1991. La última gran despedida del tren fue el año pasado, cuando dejó de hacer el recorrido de mayor distancia de la red ferroviaria española: los 1.390 kilómetros que separan A Coruña de Barcelona. Los nostálgicos podrán disfrutar de esta reliquia del ferrocarril en maqueta o en los museos. Sólo unos pocos amantes de los trenes podrán conservar un billete del último Miguel de Unamuno. Los que hayan estado espabilados: hace tiempo que Renfe no permite adquirir billetes para este último fin de semana.