_
_
_
_
_
Crónica:FUERA DE CASA | OPINIÓN
Crónica
Texto informativo con interpretación

Untados, insultados, insultadores y citas

El poeta tiene la vista cansada. Y algo cansada la esperanza. Sabe que "los suyos" ni tienen espacio, ni medios, ni debates, y casi ni cantantes. Sus amigos le han dejado solo, en compañía de pocos. Se han ido con la canción de la ceja, con ese himno de regular alegría de Benedetti. Un autor que sigue viviendo adrede y escribiendo para espantar miserables: "Dicen que Dios creó a los miserables para proporcionar trabajo a los ángeles justicieros. Pero los miserables son capaces de cortarles las alas". El poeta es lo contrario de miserable y se alegra con las alegrías de sus amigos, los "untados", los insultados. El poeta se siente insultado cuando insultan a los que no viajan en su misma pequeña nave política.

El poeta es lo contrario de miserable y se alegra con las alegrías de sus amigos, los 'untados', los insultados

Acaba de publicar un libro que ha salido clásico. Un hermoso continente que lleva en su interior palabras de una tribu de gentes buenas, en el buen sentido de la palabra. Un libro que nos lleva al debate más importante, al debate con nosotros mismos y con nuestras dudas. "Vas a ser un perdido. No me importa. Me parece más triste / no saber dónde estoy". Se llama Luis, es hijo del coronel García y de izquierdas. Le regalé una cita del libro de Yasmina Reza dedicado a Sarkozy. Se encuentran en Madrid, la escritora está un poco sorprendida de la afabilidad del trato con los socialistas españoles y resume palabras de Sarkozy: "Hace el elogio de Zapatero y de su homólogo Alfredo Rubalcaba. Habla también en términos calurosos de Blair y de Prodi. Digo, es gracioso que seas amigo de todos esos izquierdosos. ¡Porque no son de izquierdas!, exclama. ¡Sólo en Francia hay gente que vive como de izquierda!". Que se entere Rajoy, que sigue pensando que Zapatero es un izquierdista destructor de patrias.

Dejé a los "untados" madrileños y me escapé a Barcelona. También tomada por tropas de "untados" y conjurados para premiar el mejor libro del año. El Salambó, untado con cero pesetas. Sorpresa por algunas ausencias clamorosas. Pienso en el rencor de estos untados, hasta sin dinero se niegan.

El ganador, un maestro del cuento, leonés de A Coruña, José María Merino. Empieza ganando el Salambó y terminará el año entrando a la Academia. Me juego lo que quieran, será el próximo académico. Los cantantes untados de Úbeda, que se pongan a la cola.

Volviendo a Merino y pensando en la poca ficción que leen los del debate, un relato: "Perseguido por el Canon, el Corpus llegó a un callejón sin salida. '¿Por qué me acosas?', preguntó el Corpus al Canon. 'No me gustas', añadió. 'El gusto es mío', replicó el Canon, amenazante".

Y recuerden lo que dice el poeta: "Lo peor no es perder la memoria, sino que mi pasado no se acuerde de mí". Buenos días, buena suerte. -

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_