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Tentaciones
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Reportaje:OPINIÓN 2008

El año en que nos abonamos a la crisis

La situación económica podría ser la excusa perfecta para justificar las vacaciones creativas del cine, la moda y la tele

UN PEQUEÑO APOCALIPSIS

Entre la huelga de guionistas de Hollywood que abrió 2008 a la probable de actores con la que acabará ha habido tiempo de sobra para que el cine naufrague en el peor de los pesimismos. Pero con las crisis también se desarrollan ciertos estímulos.

HAY quien considera que este año cinematográfico, que se abrió con una huelga de guionistas y se cierra con la inminencia de una de actores, ha sido para echarse a temblar. Este crítico se siente inclinado a llevar la contraria: si algo tienen las crisis y los pequeños apocalipsis es, precisamente, sentido del espectáculo. Y 2008, entre otras cosas, ha sido el año que se abrió con Rebobine por favor, en la que Michel Gondry reivindicaba la supervivencia suecada del cine como hipnosis colectiva y casi se cerró con Jean-Claude Van Damme ascendiendo al cielo de su propio calvario como icono de videoclub en combustión espontánea. Tampoco ha acabado ahí la cosa: del lugar más inesperado (Italia) han llegado electrizantes cuestionamientos de dos géneros tan acomodados en sus inercias como el cine de gánsteres (Gomorra) y el político (Il Divo).

2009 será un año clave: la puesta de largo de los nuevos formatos en 3D, que darán una vuelta de tuerca, decisiva o final, a ese cine espectáculo que hasta hace bien poco parecía un cadáver apurando la decreciente energía de su última reanimación. La revolución es posible que pille a muchos en bragas: en especial, a esos directores de cine español que siguen haciendo... cine español en el peor de los sentidos. En el ámbito local, lo mejor (o lo más arriesgado) ha estado en los márgenes: en la ciencia-ficción portátil de Los cronocrímenes o en el provocador y sanamente discutible experimentalismo de Tiro en la cabeza. Casi todo lo demás parece haber sido diseñado y lanzado a las carteleras como si todo siguiese igual que siempre: es decir, como si aún viviésemos en esos tiempos pre-YouTube, Facebook y demás, en los que hubiesen resultado incomprensibles algunos de los fenómenos (High School Musical, Crepúsculo, etcétera...) de la temporada. JORDI COSTA

ARENA EN LA GARGANTA

El soul ha sido el sonido vendedor de 2008. Amy Winehouse y su seudonémesis Disney, Duffy, han arrasado. Se imponen intensidad emocional y economía instrumental, pero ¿es este fenómeno eminentemente británico realmente exportable?

LO intuía y lo acaba de confirmar una nota de prensa de Apple. Dice así: "Duffy, con la canción Mercy, y Amy Winehouse, con el álbum Back to black, han sido los superventas de 2008 en la tienda iTunes española".

El pasmo: la astuta industria británica ha logrado convertir el soul ?con todas las matizaciones necesarias? en música masiva. Llevaban años intentándolo (¡Joss Stone!), pero ya han encontrado la vía para seducir al gran público con las virtudes del soul clásico: intensidad emocional, voluntad comunicativa, economía instrumental, credibilidad artística.

Sabemos que el soul de los sesenta nunca perdió presencia en las ondas y en las pistas, gracias al proselitismo de coleccionistas, pinchadiscos, sampleadores. Cierto que muchos estilos del pasado se benefician de ese proceso; lo que diferencia al caso del soul es el ardor de los creyentes y, sobre todo, la fuerza visceral de sus ingredientes. Hablamos de discos muy concentrados, grabados con rapidez, generalmente sin partituras ni posproducción.

Los alquimistas británicos han aislado los factores esenciales. Unos elementos que han sido convenientemente tuneados con producciones modernas. Unos hallazgos que se disimulan en repertorios eclécticos ?que van del pop al reggae? para dar la sensación de propuesta nueva, con chicas potentes al frente (aparte están Adele, Estelle...).

No hubiera sido posible en Estados Unidos, donde el soul se sofisticó y desembocó en lo que llaman r'n'b, música seductora pero sujeta a fórmulas envasadas al vacío. También existe allí una escena de soul sesentero, aunque marcada por los vicios del revival, que ignora los calendarios. Por eso, no tiene sentido comparar a Amy con Sharon Jones, aunque usen la misma banda: juegan en ligas diferentes.

Así que uno de los misterios de 2009 será el destino de Eli "Paperboy" Reed. Joven, blanco, bostoniano, purista hasta la caricatura. Le ha fichado una multinacional, que desea duplicar la jugada británica. Veremos. DIEGO A. MANRIQUE

EL POP ESPAÑOL EMIGRA

El Guincho, Russian Red, Depedro...: en 2008, algunos artistas de la independencia nacional se han hecho un hueco en el corazón de aficionados allende nuestras fronteras. Pero ¿está el indie hecho aquí preparado para competir fuera?

EL canario Pablo Díaz-Reixa, conocido como El Guincho, aparecía en ocubre en el todavía imprescindible semanal británico NME. Una página en la sección dedicada a los primerizos más prometedores. Al tiempo, Alegranza, su debut, se reeditaba con el sello estadounidense Young Turks/XL. Un contrato logrado gracias a una crítica publicada en el portal yanqui Pitchforkmedia, que babea con su dance sampledelico. En diciembre era la madrileña Lourdes "Russian Red" Hernández la que recibía alabanzas en la publicación británica de tendencias Dazed & Confused, que aprovechaba para contar que pronto viajará a Islandia a rodar un documental para el sitio web francés La Blogotheque. Seguro que muchos dirán que fijarse en estos detalles es una prueba del tradicional complejo de inferioridad español, pero el hecho es que hacía mucho tiempo que la música de aquí no llamaba la atención de la prensa internacional. Desde el Aserejé, más o menos.

Más datos. Empieza a ser habitual la presencia de bandas españolas provenientes de la más rabiosa independencia en el circuito internacional: Jairo Zavala viajó al estudio de Calexico para grabar su disco bajo el alias Depedro y ha terminado como miembro oficial de la banda de Arizona y con su álbum licenciado a nivel mundial por el sello de National Geographic. The Right Ons acaban de volver de Boston, donde han grabado con el mismo productor que Eli "Paperboy" Reed, uno de los niños mimados de la crítica en 2008. Y tienen grandes planes.

Vale, no es como el Oscar de Bardem, ni comparable al fenómeno Pe, pero es un primer paso. Sobre todo teniendo en cuenta que la crisis ha afectado a la industria musical doméstica hasta extremos nunca imaginados. El concepto "apuesta" se ha suplido por el de "subsistencia". Se puede sobrevivir del directo, pero para pasar de músico mileurista viene bien tener un pie en territorio foráneo. Y los pequeños, con propuestas originales y exigencias asumibles, son los más preparados. Especialmente siendo todavía el inglés la lengua oficial de los indies españoles. IÑIGO LÓPEZ PALACIOS

SORPRESA Y DECEPCIÓN

Altibajos estilo 2008: la tan cacareada TDT nos decepcionó, vimos por primera vez la Champions en alta definición y comenzamos a percibir nuevos proyectos de ficción nacional (algunos, con cara y ojos destacando entre un mar de formulismos).

ÉSTE ha sido el año en que el espectador más optimista comprendió que la TDT no está llamada a mejorar la tele, sino a prostituirla todavía más, pero con alardes de sofisticación. En 2008 supimos, por fin, que la TDT está capacitada para interactuar con el usuario, pero sus dueños prefieren multiplicar los teletimos nocturnos; que puede ofrecer diferentes canales de audio y subtitulado, pero sus gerentes prefieren repetir la primera edición de Gran Hermano. El sistema prevé la opción de acceder a una guía completa de programación a futuro, pero nadie se encarga de redactarla. El lema parece ser: podemos hacer de todo, pero preferimos seguir como estábamos.

En la televisión generalista han soplado, en cambio, algunos vientos auspiciosos. Éste será, para siempre, el año de la muerte del Tomate y del nacimiento de una televisión vespertina en donde lo rosa se emparenta con lo bizarro, pero sin el ingrediente morboso. Sé lo que hicisteis ha dado el primer paso de esta permuta. La ficción nacional continúa apostando al multitarget (su gran lastre) con alguna experimentación interesante en La 2, Cuatro y La Sexta. Lo mejor, sin duda, fue Desaparecida. Lo peor, el ambicioso desastre de Gominolas.

Y el cable, por fin, se ha puesto a competir con su verdadero fantasma: las descargas de Internet. Poco a poco comienza a ofrecer contenidos realmente actuales en versión original subtitulada. También ha sido el año en que vimos por primera vez imágenes en alta definición, y nos hemos quedado paralizados (todavía no sabemos si por la excelente calidad de la imagen o por el precio que hay que pagar para verla en casa). En todo caso, 2008 fue un año de avances tímidos, alguna sorpresa feliz y decepciones tecnológicas que estaban previstas. HERNÁN CASCIARI

REALIDAD 'VS' USUARIO

Facebook, MySpace, Tuenti o Fotolog venden vidas reales a sabiendas de que maquilladas y fotografiadas venden mucho más ?evidentemente, que nadie espere verdad saliendo de YouTube?. Hollywood ya planea cómo sacar tajada.

"BIENVENIDOS. Soy Aaron Sorkin. [...] Acabo de cerrar un acuerdo para escribir una película para Sony sobre cómo se inventó Facebook. Supuse que un buen primer paso en mi preparación sería averiguar qué es Facebook exactamente". En agosto, el célebre creador de series televisivas y guionista Aaron Sorkin (El ala oeste de la Casa Blanca, La guerra de Charlie Wilson) abrió un grupo en la red social más poderosa de la actualidad (superó a MySpace en abril) en el que pedía consejos a otros usuarios sobre su funcionamiento y, lo mejor, "anécdotas de Facebook" que pudieran serle útiles. La llamada cultura del yo ?la era en la que los internautas se postulan como miniestrellas y practican el culto a su propia personalidad a través de sus perfiles en plataformas como MySpace, Tuenti y Fotolog, o desde los clásicos blogs? había visto de todo (principalmente, mucho ombligo), pero 2008 fue el año en que Hollywood empezó a fijarse seriamente en ella. Como inspiración, como negocio. El canal de televisión de pago estadounidense HBO, por ejemplo, produjo Hooking Up, serie creada para emitirse exclusivamente en YouTube y en la que aparecen las estrellas del portal ?desde Lonelygirl15 (que en 2006 causó controversia al ser descubierta como una actriz que recitaba un guión y no la usuaria espontánea que tantos creyeron) hasta una ardilla?. El argumento, toda una declaración de intenciones: una pandilla de universitarios se relaciona obsesivamente vía redes sociales, pero luego apenas sabe hacerlo cara a cara.

Muchos aparecieron también en el videoclip de la banda de rock Weezer Pork & bean, todo un carrusel de celebridades youtubers que fue, rizando el rizo, uno de los vídeos más vistos en el portal este año. Internet lanzó a las estrellas como personas reales y ellas regresaron olvidando esa condición, dejando claro que, aunque la era de la multitud digital defienda la realidad, no queremos eso exactamente. La realidad son los vídeos de palizas en los institutos. La cultura del "contenido generado por el usuario" es otra cosa: es una verdad manipulada para que guste. Y vaya si nos ha gustado: Aaron Sorkin está escribiendo en este mismo instante la película. GUILLERMO ALONSO

¡¡¡SSSSSSSHHHHHHHH!!!

El silencio, valor en alza en el cine de hoy, nos ha brindado algunas de las escenas más inquietantes y emotivas de la cartelera 2008. Y no, no hablamos de títulos gafapasta. Jim Carrey: te queda menos tiempo para la derrota final.

SIN palabras. Sólo con sentimientos e imágenes. Desde los tiempos del final del cine mudo ?y salvo excepciones arriesgadas como Los productores o El guateque?, la industria nunca había apostado por la fuerza de las imágenes en detrimento de la palabra. Y nos referimos a títulos taquilleros, no de arte y ensayo o de género (las pelis de artes marciales, los filmes de acción, el porno o la comedia de golpes viven más del ruido que del fonema). Wall-E, la obra de arte que esta temporada ha servido Pixar, arranca con casi una hora de abandono verbal, de supremacía de la imagen y los gestos. Lasseter y sus chicos encierran al espectador en la vastedad de un mundo ?una curiosa contradicción que sólo genios como él saben resolver? malparado en el que crece el amor entre dos robots sin capacidad lingüística humana.

Otra radicalidad en taquilla: Pozos de ambición, de Wes Anderson. Ocho candidaturas a los Oscar y dos estatuillas para un desolador western. En su primera media hora, Daniel Day-Lewis no habla, interactúa con otros seres humanos y con un paisaje ?otro más? desolado. Anderson ya había coqueteado anteriormente con el silencio en Embriagado de amor o Magnolia. No hablamos de regodeo en lo visual, sino en hacer avanzar la historia con talento y sin palabras. Que el espectador no eche de menos el diálogo. Jim Carrey: te queda menos tiempo para la derrota final.

Y en esta radicalidad también aparecen la argentina La antena, de Esteban Sapir, un homenaje al cine negro mudo, a los film noir clásicos, o Rebobine por favor, con la que Michel Gondry vomita todo el cine que ha amamantado: desde el de autor hasta el mudo, desde la ciencia-ficción hasta los taquillazos. Todo, en silencio.

En este triunfo a escondidas de la experimentación, alguien le ha metido a Hollywood un gol. Mudito tiene derecho a llevarse a Blancanieves a casa. GREGORIO BELINCHÓN

TRES PÍLDORAS ANTICRISIS

La moda, se creyó en un principio, no iba a sucumbir a los designios de la crisis económica, pero en los últimos meses también ha demostrado su vulnerabilidad. He aquí algunos de los (pocos) motivos que nos invitan a sonreír.

LA moda empezó el año jugando con la idea de que la crisis no iba con ella. Como en una fiesta cualquiera, en 12 meses hemos pasado del subidón de los excesos a un despertar en la más melodramática de las miserias. A pesar de la lúgubre realidad, tres momentos que invitan al optimismo:

1) El triunfo del hedonismo hortera de Balmain. Puede parecer complicado justificar de qué manera van a mejorar nuestra vida microvestidos con espejuelos de 15.000 euros. Pero lo cierto es que la reivindicación de una sexualidad canalla de Christophe Decarnin en la venerable casa francesa Balmain ha servido para que se generalice una saludable actitud macarra al afrontar cualquier estilismo. Al responsable de esos vestidos que no podemos pagar hay que atribuirle el mérito del ubicuo estampado de leopardo rojo y de las lentejuelas para desayunar. No es nada que no hiciera antes Gianni Versace, pero, una vez más, resulta divertido.

2) La moda en antena. No está claro por qué la tele ha tardado tanto en ver el potencial dramático de una industria llena de egos, tiranos, crisis, héroes, villanos, princesas y leyendas. Pero todo ha cambiado tras el éxito de la película El diablo se viste de Prada y del concurso Project runaway. En Estados Unidos se vive una explosión de realities (desde una competición para ser el asistente de la directora de moda de la revista ELLE al maravilloso mundo en que vive la estilista Rachel Zoe). En Europa, la tendencia se ha enfocado al largometraje, con documentales dedicados a Karl Lagerfeld o Marc Jacobs y, al menos, dos filmes sobre Coco Chanel. Aunque, como siempre, lo mejor está en medio. Las pasarelas han sufrido el ataque de Sacha Baron Cohen (el de Borat), que ha rodado alrededor de ellas (o contra ellas, según se mire) su próxima película. Se estrenará en 2009 y su título provisional se podría traducir como "Bruno: deliciosos viajes a través de América para incomodar visiblemente a los hombres heterosexuales en presencia de un gay extranjero con camiseta de malla".

3) Ego se hace mayor. Este año hemos visto cómo una de las mayores instituciones de la moda en España, la Pasarela Cibeles, se remodelaba para recibir una transfusión de sangre nueva, la que corre por la venas de Ego. Con ello, este certamen dedicado a los jóvenes, que nació en 2006, deja de emerger para, como sus mayores, tratar simplemente de flotar. EUGENIA DE LA TORRIENTE

JOAQUÍN SECALL

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