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EN PORTADA

Algunas palabras clave

1. ENERGÍA E INFRAESTRUCTURAS. Cuando Mohsen Mostafavi tomó posesión de su cargo como nuevo deán del GSD de Harvard hace dos años hizo un discurso titulado Energía e infraestructuras, apuntando así con radicalidad inusitada para la hasta entonces conservadora escuela el nuevo programa que quería implantar. Un programa intelectualmente exigente y técnicamente urgente que ya da frutos como la exposición, seminario y libro Ecological Urbanism, también organizado en Harvard, que comienza a hacer visible una nueva forma de hacer, adaptada a un nuevo contexto social, político y económico. Ahora hace falta que empresas e instituciones especializadas entiendan e integren esta nueva visión política (de polis, ciudad) en su agenda y lean con claridad el nuevo paisaje; el valor añadido que la ciudad puede alcanzar operando desde este lema catalizador.

2. ICONOCLASTIA. Josep Lluís Mateo lanza desde su cátedra en Zúrich un librito de título demoledor: Iconoclastia: News from a post-iconic World, con una tesis sencilla, los monumentos de la ciudad histórica mantenían una proporción de 1 a 100 con la fábrica urbana a la que servían como referencias estructurantes, y sus gruesos muros protegían un interior sagrado, un valor colectivo. La proporción 1:100 ha estallado en el mundo actual de los "iconos", acercándose éstos al 100%, buscando siempre el máximo aislamiento, bien en la ciudad, bien en el desierto o en el agua, para mejorar así su visibilidad. Y con su espesor anulado, convertidos en pura piel, por supuesto carente de valores, a veces hasta de programa y desde luego de "interior". Por otra parte, como Hans Ibelings dice en el mismo libro, el fenómeno ha llevado a la paradójica "globalización de la nada": como macdonalds o zaras, toda ciudad que se precie habrá llegado a la conclusión de que para estar a la última NECESITA poseer sus Ghery, Foster, Hadid y Calatrava, idénticos siempre a sí mismos en una espiral de banalidad autodestructiva. Ibelings añade: "En breve: estos iconos son las Paris Hilton de la arquitectura: son famosos porque son famosos, no por poseer el más mínimo contenido o significado". No sabemos si ha llegado aún el momento de la iconoclastia, pero sí el de mostrar la vergüenza que producen estas devaluaciones del monumento elevadas para mayor gloria del narcisismo. Si sólo esta diferencia entre icono y monumento fuese entendida por concejales y alcaldes la ciudad por venir volvería a permitir el optimismo.

3. TERMODINAMISMO Y BELLEZA. Frente a la banalización del conocimiento que supone la eclosión icónica se han intentado muchas estrategias alternativas, algunas de las cuales recoge Fernando Díez en su exhaustivo pero brillante diagnóstico, realizado desde Buenos Aires, Crisis de autenticidad (Summa+). Todos los intentos de los arquitectos de superar anteriores paradigmas tienen siempre un fundamento estético argumentado con muy distintas referencias: científicas, filosóficas, éticas, etcétera. Tras el moralismo moderno vinieron estéticas psicogeográficas, historicistas, matéricas y semánticas que a su vez dieron a luz las icónicas. Y aunque esta búsqueda de orden estético puede ser vista como decadente, no hay alternativa, pues ése es el trabajo del arquitecto. Por eso debemos sopesar las alternativas actuales desde esta perspectiva. Por ejemplo la alternativa más "responsable" se ha dirigido esta última década hacia el medioambiente como una reacción de los arquitectos frente a la banalidad y derroche del exceso icónico. Sin embargo existe un gran desacuerdo en cómo objetivar esta responsabilidad y en cuál puede ser su verdadero impacto en la práctica de la arquitectura, en gran medida porque aún debe pasar por una reflexión crítica sobre lo que podría denominarse la belleza termodinámica.

4. SOMATISMO. Una pista para aprender a ampliar nuestra visión termodinámica es comprobar que lo que resulta insoportable de la ciudad icónica no es tanto el derroche de energía y narcisismo como la posición a la que nos obliga, de contemplación en medio de la nada, ahí fuera, con la expresión bobalicona de quien se queda paralizado ante lo espectacular. "¡Guau! Como fin último, eso es precisamente lo que no podemos soportar. Ya no como arquitectos sino como usuarios de la ciudad. Queremos ser sujetos activos, construir una verdadera experiencia, atravesar los cuerpos físicos de la arquitectura, hacer que lo que quede en la memoria no sea una forma, sea de perro o de pera, cada vez más insultante, más imbécil, sino nuestro cuerpo puesto en comunicación directa con el mundo de las cosas. Una arquitectura que sea capaz de ponerse en contacto directo, sin intermediarios, con cada sujeto. Eso se llama somatismo, y combinado con unos principios termodinámicos sencillos puede dar lugar a sumir en el olvido las obras de los que aún pensaban que el objeto es más importante que el sujeto.

5. RECICLAJE. No sólo es el momento ahora en el que la ciudad ya construida debe ser reciclada. También es el momento para reciclar la figura del arquitecto, sus conocimientos y su forma de operar. A la ciudad heredada se le debe un proyecto contemporáneo, capaz de integrar su memoria y las nuevas concepciones arquitectónicas, paisajísticas y medioambientales que se proyectan sobre el resto del territorio urbano. Energía, infraestructuras y centro histórico tenderán a ser entendidos como una amalgama de elementos complementarios. ¿Cómo hacer ese proyecto unitario, tan ajeno a los intereses de la modernidad? Aprendiendo a ser otro arquitecto, menos mezquino a la hora de integrar disciplinas fronterizas (paisaje, medioambiente, urbanismo). La coincidencia en el tiempo de una crisis financiera con otra cultural, y otra disciplinar y académica, puede hasta ser oportuna si se esquivan las doctrinas personalistas de siempre y se escucha a quienes imparten conocimientos integradores (por ejemplo en el marco de los nuevos institutos de arquitectura dedicados a la formación de posgrado).

Iñaki Ábalos es catedrático de Proyectos en la ETSAM, Kenzo Tange Professor en el GSD Harvard y socio fundador de Ábalos + Sentkiewicz Arquitectos. Algunas palabras clave

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