Baladas del Dulce Jim

Poesía. Más conocida como narradora y periodista, Ana María Moix (Barcelona, 1947) fue siempre poeta, la única mujer en la mítica antología Nueve novísimos poetas españoles. Con una renovada lectura de Pilar Adón, se reedita el primero de sus tres libros poéticos, Baladas del Dulce Jim, que pasados más de cuarenta años de su publicación, mantiene sus dosis de sorpresa y candidez, mezclando juegos poéticos, mordacidad y gracia. Vázquez Montalbán califica esta escritura como "poesía sin versos" o "poemas anticolumnarios", poemas en prosa que Pilar Adón define como "poema(s)-narración". No por ello menos líricos, comparten elementos compositivos y temáticos con sus novelas, sin que los rasgos formales de la poesía estén desterrados del libro. Una poesía cortante y juguetona, con esa libertad expresiva y paralelística propias de lo poético, predominando la función emotiva del lenguaje. Una recreación mítica de componentes del cine, la música y el cómic, donde conviven personajes ficticios e históricos, como Bécquer y el Che Guevara, esas "dos sombras para siempre enamoradas". Un fulgurante libro marcado, citando a Vázquez Montalbán de nuevo, por un "ritmo sentimental", el deseo declarado en sus versos de tocar "un solo de trompeta en la calle oscura al final del día". Así el collage y la elipsis, la atemporalidad de su escritura: "Todo esto sucederá siempre". Un rico tejido de intertextualidades gracias al cruce de lenguajes y géneros, a su capacidad dialógica en el uso de la cita y la imitación: "Ay madre, yo soy como la España; ni chicha ni limoná, loquita del corazón y dura como la caña". Una historia omitida (de amor, desilusión, desesperación y muerte) con una trama incierta, una antihistoria con personajes y escenarios, tan abierta y móvil como esa "novela" que cierra el libro, un relato que ofrece "un lirio para cubrir el hueco de nuestro antiguo corazón". Una recuperación necesaria.