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Reportaje:DANZA

Ángel Corella imagina la Florencia de Chaikovski

Una función benéfica en el Teatro Real de Madrid da soporte a uno de los más destacados bailarines de la escena internacional para estrenarse como coreógrafo. También muestra un nuevo y variado programa en el que conviven piezas del repertorio norteamericano, representado por Jerome Robbins, y del británico, por Christopher Wheeldon

Una gala podía ser solamente un pretexto para lucir virtuosismo de bravura y estrenar unos nuevos ballets. En el caso que nos ocupa hay algunas razones poderosas y singulares que la distinguen. Se trata de una gala benéfica para recoger fondos para Unicef con ocasión del 20º aniversario de la Convención sobre los Derechos del Niño, y, por otra parte, es la oportunidad para que la compañía de ballet de Castilla y León demuestre su continuidad, su voluntad de rigor y su promesa de al menos estrenar dos programas nuevos por año, algo que parecía quimérico y que, hasta ahora, ha cumplido a rajatabla. En los tiempos que corren, en la cruda realidad del ballet español, es mucho; tras rozar la utopía, en el Real Sitio de la Granja de San Ildefonso se funden y modelan algo más que vidrios y cristales.

Bailarín carismático y en apariencia incansable, Ángel Corella se enfrentó la semana pasada a una lesión de tobillo mientras ensayaba en el mismo Real para otro espectáculo donde hacía una recurrente sustitución de última hora; con muletas, salió a escena la noche del pasado sábado 3 para excusarse y, de paso, convocar al público para su gala del día 15. Todo coraje, a pesar de la aparatosa escayola, con su sonrisa, un "defecto de fábrica" que marca su personalidad y dinamismo, manifestó enseguida que este proyecto de estrenos seguía adelante.

La apuesta de Ángel Corella al fundar una compañía de ballet clásico ha sido mirada con escepticismo por instituciones, público y crítica. La empresa en sí misma tenía -acaso tiene aún- todos los riesgos que se pueden imaginar en el género, y en el estadio de cosas local, todavía más. Pero si algo ha mostrado ya el bailarín madrileño es su tesón y capacidad de nadar a contracorriente, además de alternar su carrera personal de estrella del American Ballet Theatre (ABT) de Nueva York con sus otros compromisos y con la dirección de su compañía española; no tiene el don de la ubicuidad, pero esta vez hasta le ha dado tiempo para armar una coreografía, y se ha atrevido con una obra musical mayor, especialmente subyugante y tenida como una de las cumbres de la música romántica: Souvenir de Florencia, el tardío sexteto para cuerdas de Chaikovski. "Esta obra me persigue desde hace mucho, siempre la oigo, y recientemente estuve en Florencia intentando imaginar a Chaikovski paseando por esos mismos sitios y monumentos", comenta el bailarín, ya en la asunción del papel de coreógrafo (algo que reconoce como ocasional, pues insiste en concentrarse en bailar y dirigir), en uno de los inenarrables salones del Real, que, para algunos, debía ser su casa natural, y al menos por mor de las circunstancias, lo va siendo en su parada anual. Un ciclo que no debía interrumpirse.

Tras La Bayadera, que se estrenó exitosamente en este Teatro Real (uno de los pocos de Europa que no cuentan con su propia compañía de danza como ente lírico) en la temporada pasada, y después de un programa concierto con repertorio extraído del ABT, Corella escoge ahora dos piezas además de "su chaikovski": el Fancy Free (1944) de Jerome Robbins (un clásico protonorteamericano con música de Leonard Berstein), y VIII, de Christopher Wheeldon (Somerset, 1973), que es probablemente la figura más relevante de la coreografía actual en el terreno específico del ballet, su promesa más firme en muchos aspectos. Prolífico, extrañamente culto en el terreno musical, posee una gran inventiva en lo coreográfico que le ha llevado al éxito desde Nueva York hasta Moscú. Su obra VIII, estrenada en 2001 por el Ballet de Hamburgo, evoca la relación de Enrique VIII con sus dos primeras esposas, Catalina de Aragón y Ana Bolena. Como soporte musical Wheeldon escogió las Variaciones sobre un tema de Frank Bridge, de Benjamin Britten. La obra de Britten de 1937 es también para una formación orquestal de arco, lo mismo que la de Chaikovski escogida por Corella, consciente de que pisa un terreno ya señalado por otros notables y consagrados coreógrafos. James Kudelka creó para ABT Cruel world sobre esta misma obsesiva partitura chaikovskiana de temas evocadores, justo cuando Ángel desembarcaba en Nueva York: "Nunca la bailé. Llegué a ABT cuando se estrenaba, pero ya entonces yo tenía mi CD con Souvenir de Florencia y la oía sin cesar", comenta Corella. También el coreógrafo ruso Borís Eifman en su obra Ana Karenina usó el sexteto de marras para los momentos más dramáticos, y es que Souvenir de Florencia puede sugerir a la vez el drama y la fiesta: "A mí me sugiere algo alegre no exento de esa carga de tristeza que acompaña a todo lo romántico", dice Ángel, que sabe que la gala del Real es una prueba de fuego en todos los órdenes: se trata de reflejar continuidad y organicidad en el trabajo de la compañía, además de ser su debut como coreógrafo de su propio conjunto.

Sin mucho esfuerzo se llega a la conclusión de que el avatar cotidiano de Corella y su tropa es el reflejo vivo de la realidad del ballet español. Lamentos y cuitas aparte, la verdad es que nadie ha ido tan lejos. Ya se ha embarcado en una nueva producción de El lago de los cisnes, que no por ser el clásico más popular deja de ser uno de los más complejos para su montaje: "Haré una versión convencional, en cuanto a respetar la coreografía tradicional, pero claro que le daré mis toques personales y de actualización en las cosas que considere (entre ellas, en la visión que se tiene del brujo), pues ése es el secreto para que los clásicos sigan gustando y se sigan viendo en escena todavía". Corella habla del clásico entre los clásicos, sin dejar de sonreír y sin mostrar un atisbo de duda, aún sin saber si su príncipe se ahogará en el lago o saldrá victorioso de su lucha con el mal. -

Gala Unicef. Corella Ballet. Teatro Real de Madrid. Corella Ballet Castilla y León. Obras de Robbins, Wheeldon y Corella. Día 15 de octubre, a las 20.00. Entradas, de 20 a 110 euros (www.generaltickets.com/). www.teatro-real.es/. www.angelcorella.org/.

Ángel Corella, fotografiado el pasado sábado en el Teatro Real de Madrid.
Ángel Corella, fotografiado el pasado sábado en el Teatro Real de Madrid.CRISTÓBAL MANUEL

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