_
_
_
_
Tentaciones
_
Reportaje:MÚSICA

California no es Madrid

Cuando le ofrecieron tocar y cantar en Spaceland, no se lo podía creer. En este local de referencia en Los Ángeles, grupos y cantantes emergentes ansían aparecer. Saben que ese prestigioso paso en su currículo les garantizará cierto futuro. La oferta consiste en cuatro o cinco bolos, cada lunes durante un mes, a una nueva joya del panorama musical californiano. Al ser gratuito, pero de calidad, el local se llena hasta los topes. Entre los asistentes, acude la crítica de Los Ángeles.

Se llama Nico Stai y, aunque tiene pinta de californiano de toda la vida, en realidad es un español de 36 años que lleva unos 15 en Estados Unidos y que canta en inglés. Nico es de Madrid, aunque nació en Bilbao por casualidad. Su destino iba ligado al de sus padres (madrileño él, noruega ella), que se mudaban asiduamente por motivos laborales: Bilbao, Suecia, Madrid, Hong Kong... y, finalmente, California; este último lugar, por decisión propia. Emigró a los 20 años para intentar su sueño, vivir de la música. Tras años de dificultades, incluida una desintoxicación de drogas, hoy puede presumir de acariciar el sueño americano gracias a una música deliciosa.

Más información
'Dead pony'
'Maybe, maybe'
'Scream'

Números y datos avalan esta afirmación. Revistas especializadas y críticos se fijaron en él con palabras unánimemente positivas: "Puede que aún no sea una estrella del rock, pero Stai ha vivido muchas vidas" (Flaunt Magazine), "rock indie perfecto" (Future Sounds), "inolvidable" (Scratch Magazine) o "amor instantáneo" (106.7 KROQ). También ha aparecido en televisión; por ejemplo, en la NBC, entrevistado en Last call with Carson Daly (merece la pena buscar el reportaje-entrevista en Internet). Además, últimamente, su gran apuesta de hace tres años, ir por libre y renunciar a las discográficas para vender en iTunes, empieza a darle réditos bastante interesantes. En dos meses ha logrado más de 14.000 descargas.

Nico tiene tres discos en solitario y un cuarto en camino. Anteriormente tuvo dos grupos, Tinpaco (2000-2004) y Bonnie Stai (2004-2006), disueltos por distintos motivos. Con el primero estuvieron a punto de firmar un contrato discográfico en Europa con London Records, un sello independiente a través de la Warner. No cuajó. Tinpaco se rompió y nació Bonnie Stai. Pero entonces, paralelamente, Nico empezó a ir por libre y a tener cierto éxito: "Me di cuenta de que en poco tiempo, yo solo, sin intentar nada, había llegado más lejos que en años con grupos y managers. Cuando decidí definitivamente la vía en solitario, abandoné totalmente cualquier acercamiento a la industria musical".

Así, su carrera la ha cimentado en una apuesta basada en la autoconfianza, al margen de cualquier discográfica y con una apretada agenda de conciertos por toda California. Poco a poco se ha ido abriendo hueco y su música incluso se ha colado en series de televisión. Lo más llamativo, por curioso, cuando Nico compartió protagonismo spanish con el laker Pau Gasol en el capítulo 18 de la quinta temporada de Numb3rs. Mientras uno tenía su pequeño papelito de actor (por supuesto, jugando a baloncesto), el otro se hacía presente a través de su tema Maybe Maybe. No han llegado a conocerse, pero, por lo que se dice de uno y otro, podrían tener un par de cosas en común, talento y fe en sí mismos: "Hay gente que me escribe de Australia, de Dinamarca... Mi objetivo es seguir viviendo de esto y llegar a esa gente".

Puedes escuchar tres temas (Dead pony, Maybe Maybe y Scream) y ver un vídeo (The skies over your head) de Nico Stai en nuestra web:www.elpais.com/diario/ep3

<b>Nico Stai llegó a California hace 15 años. Hoy, este madrileño trotamundos por fin acaricia su sueño, vivir de la música.</b>
Nico Stai llegó a California hace 15 años. Hoy, este madrileño trotamundos por fin acaricia su sueño, vivir de la música.JASON MCDONALD

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_