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Castro convierte en crisis de Estado las malas relaciones con Aznar

Castro decidió ayer, por sorpresa, responder al Gobierno español. Y lo hizo con extremada dureza, dejando una situación próxima a la ruptura de relaciones: retiró el plácet concedido el pasado 16 de octubre al embajador designado por el Gobierno español.Coderch se encuentra en España y debía incorporarse a su puesto a mediados de diciembre para sustituir al actual embajador, Eudaldo Mirapeix, destituido en agosto.Para justificar su acción, el régimen de La Habana utiliza tres argumentos: la "injerencia en los asuntos internos de Cuba", la "grosera" voluntad de propiciar una "escalada" de tensiones y la "inequívoca violación de las normas de la Convención de Viena sobre las relaciones diplomáticas", según un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores.

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Castro se enroca

La medida de Castro mereció las críticas de los socialistas y de los nacionalistas vascos y catalanes. Para la UE y Washington, se trata de un problema bilateral.

La Embajada de España en La Habana vivió ayer momentos de tensión. Centenares de cubanos trataron de romper el cordón policial que rodeaba el edificio. Al grito de "que abran, que abran", manifestantes defensores del régimen de Castro provocaron la alarma entre los funcionarios españoles, que pidieron el inmediato refuerzo de las medidas policiales de protección.

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