Descripción de la mentira

No es fácil, hoy, hablar de política. La dificultad no surge, como en un pasado no muy lejano, de las falsas esperanzas depositadas en fantásticos metarrelatos, sino de la opacidad de los centros de decisión políticos y económicos. No hace demasiado tiempo, ciertos tecnócratas insistían en reservar sólo a los expertos la capacidad de opinar en política, mientras que sesudos liberales negaban toda teoría de la conspiración. Hoy, la crisis nos ha enseñado a ver las ansias del mercado detrás de razonamientos económicos, pretendidamente rigurosos, mientras Wikileaks saca a la luz las intrigas del poder. De ahí que esta muestra comience por desenmascarar a los servicios secretos (Dora García, Lene Berg), muestre las insuficiencias de narraciones como la de la crisis de Lehman Brothers (Tiravanija) y sugiera que quien puede contar las cosas está tan empeñado en ofrecer lo trivial como en pasar de puntillas sobre lo relevante (Zhou Xiaohu).

A esta descripción de la mentira se añade las que llamaríamos actas del hundimiento. Primero, el del comunismo sintetizado en un mordaz epígrafe del rumano Muresan, "el comunismo nunca existió", y matizado en la conversación de Phil Collins con exfuncionarios de la República Democrática Alemana. Pero hay otro colapso, el que los desenfados financieros han causado en el capitalismo, que se manifiesta en las imágenes del archivo de García Andújar, en el banquero que confiesa su anarquismo por ser éste, dice, la esencia del libre mercado, y en la ironía del grupo sueco Superflex que propone afrontar la crisis con terapias de hipnotismo (cuando despierte, la crisis no habrá existido jamás).

Cómo afecta esta situación a la democracia es otro apartado de la muestra porque sin duda perdemos referencias y si hay quien se echa a la calle contra los recortes salariales y la mengua de los derechos, no faltan quienes lo hacen resucitando el fantasma nacionalista o ritos fundamentalistas, o abandonándose a histerias deportivas. De ello da cuenta el polaco Zmijewski, a la par que Carlos Motta atiende al lenguaje de los grafiti, lúcidamente burlón ante las restricciones partidistas: "Me gustas cuando votas porque estás como ausente". En su trabajo, más reflexivo, Oliver Ressler, construye un extenso vídeo preguntando a especialistas qué es la democracia.

Un último apartado se dedica a la geopolítica: desde las trampas ocultas en ciertos tratados de libre comercio (Federico Guzmán) hasta la persistencia de la larga sombra del colonialismo (Fernando Bryce). La muestra es así un tenaz esfuerzo por dar pistas para la reflexión política, más allá del recetario de algunos partidos, el culto a la crispación de otros y las disputas corporativas de ciertos círculos de poder. La exposición dispone numerosas viñetas de El Roto que a veces preludian algunos temas tratados y se estructura con acierto y respeto en los espacios de la antigua Cartuja. Merece la pena decirlo: desde la primera edición de la bienal, ha sido el arte contemporáneo quien ha dado las mejores claves para el conocimiento adecuado y la mejor comprensión del antiguo monasterio.