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ETA intenta matar a una edil socialista con una bomba oculta en un carrito

La explosión hirió a Esther Cabezudo, su escolta y a otras tres personas

Una furgoneta de bebidas que circulaba por el lugar de la explosión hizo de pantalla y evitó que la onda expansiva, que se dirigió fundamentalmente hacia el edificio sobre el que estaba apoyado el carrito, alcanzara de lleno a la concejal y a su escolta. La explosión causó heridas leves a otras tres personas y daños en 45 viviendas de 12 inmuebles. Testigos del atentado aseguran que tras la explosión vieron huir corriendo de la zona a dos hombres.

Esther Cabezuelo, de 56 años, tuvo que ser atendida en el hospital de Cruces (Bilbao), donde los médicos le extrajeron metralla de distintas partes de las piernas. 'Me han abierto en varios sitios, en otros sigo teniendo metralla. Los médicos no pueden sacarla porque está cerca del hueso. Estoy animada, dentro de un orden', declaró la concejal.

El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, reclamó ayer al Gobierno central y al vasco que, 'de manera inmediata, se pongan a trabajar' en el cumplimiento de las medidas de protección de concejales acordadas en la pasada reunión del Pacto Antiterrorista y en la de la mesa de partidos vascos del pasado viernes. Javier Rojo, secretario general de los socialistas alaveses, declaró: 'ETA pretende cerrar las puertas que los socialistas queremos abrir'.

El atentado de Portugalete aceleró la renuncia de Raúl Alza, portavoz socialista en el Ayuntamiento de Llodio. 'Cada nuevo atentado era un drama en casa. Además de dejarlo, apareces como un derrotado', confesó. Desde que ETA rompió la tregua en noviembre de 1999 han dimitido 19 ediles socialistas en distintos ayuntamientos vascos.

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