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IMAGINACIONES MÍAS
Columna
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"Europa, para los alienígenas"

François Lupinon

Director de PTARDA

Europa no puede permanecer indiferente ante la alta probabilidad de que una eventual invasión del planeta por seres extraterrestres comience por Estados Unidos. O, aún peor, que los extraterrestres opten por una potencia emergente como China, India o Brasil, una apuesta de futuro. Recientes estudios comunitarios delatan que Europa se encuentra en tierra de nadie (una comisión parlamentaria redactó un informe con el significativo encabezamiento: "Ni chicha ni limoná") y es difícil que una mirada exterior pueda valorar a vuelo de OVNI la fundamental aportación europea al ser humano, desde la Grecia clásica hasta Gran Hermano. Así pues, las autoridades comunitarias están trabajando en un ambicioso plan destinado a captar la atención de inteligencia allende las galaxias. "Si hay seres inteligentes, y es probable que los haya con la cantidad de espacio que hay en el espacio, valga la redundancia, sabrán valorar la superioridad de la cultura europea. Ahora, si son unos ceporros que prefieren hamburguesas y costillas a la barbacoa antes que filet mignon, pues ya lo tenemos más difícil. En ese caso, ajo y agua: a joderse y aguantarse, ja ja ja, me troncho". Quien así se expresa es François Lupinon, responsable de PTARDA, siglas que corresponden a Programa Transversal de Atención y Recuperación de Alienígenas, para el que la Unión Europea destinará una cantidad respetable de fondos. "Alguno lo considerará un despilfarro; pero una invasión extraterrestre sería un negocio redondo. Nos convertiría en el centro del mundo".

¿Cómo surgió la idea de PTARDA?

Hace unos meses, en una reunión de primeros ministros europeos, alguien planteó una pregunta que sorprendió a más de 25: "Si fuerais extraterrestres, ¿por dónde comenzaríais a invadir la Tierra?". Tras la estupefacción inicial, la mayoría reconoció que irían a bulto, a por donde hay más luz.

Más luz.

Lógicamente. Si te has cruzado galaxias y llegas hasta un planeta donde hay señales de vida, no estás para detalles. Lo que quieres es estirar las extremidades, y buscas un lugar con todos los servicios. Piensas: donde hay más luz, hay más civilización.

Estados Unidos.

Ecolicuá. Esta conclusión dejó a los líderes europeos preocupados: si a la potencia de Estados Unidos se añade la invasión de unos extraterrestres, ¿qué papel correspondería a Europa en el nuevo orden mundial? Europa se diluirá como azucarillo en el océano, y su fundamental aportación al ser humano quedará en nada. Ya es difícil para un europeo contemporáneo responder a una pregunta sobre Aristóteles, imagínese para un alienígena.

Claro. Vete a decirle a un alienígena: aquí, aquí, aterriza aquí, que estuvo Aristóteles.

El alienígena va donde hay servicios. Al alienígena, Aristóteles se la trae floja, seamos claros.

Ser claro no tiene por qué implicar ser grosero tampoco.

Vaya usted a saber si entre alienígenas hablar así es señal de cortesía. No prejuzguemos. En cualquier caso, le voy a decir una cosa: lógicamente, no pueden hacerse encuestas entre extraterrestres, pero se consideró que los resultados de un sondeo entre europeos daría resultados parecidos.

Ajá.

Sí, algo arbitrario, el criterio, pero estamos hablando de probabilidades, y al fin y al cabo somos políticos, no científicos. Atento: un 60% cree que Aristóteles jugó en el Panatinaikos.

Un resultado preocupante.

Sobre todo para el Aris de Salónica, donde Aristóteles entregó los mejores años de su vida.

El próximo paso: adjudicar la sede del Parque Europeo de Recepción a los Extraterrestres (PERE), porque lógicamente no hay acuerdo entre los 27. ("¿O éramos 24, o 28?", duda Lupinon). Las disputas entre los Estados miembros por el PERE son las habituales de cualquier reunión europea: "Una cosa es ser europeísta y otra ser tonto", comenta Lupinon. "A cualquier líder europeo le gusta llevar un carro de millones a su terruño, de manera que no hay tregua".

Entra dentro de lo probable que, finalmente, el PERE se reparta entre cuatro o cinco sedes en cuatro o cinco países, que cada uno de los países envía a su vez información a los extraterrestres, y que ante tal embrollo los extraterrestres se den media vuelta. Anda que no hay galaxias.

Ilustración de Matt

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