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"Papá, eres un superhéroe"

El motorista que plantó cara en Irún al asesino de una colombiana se recupera

Jon Urtizberea, 20 años, recorrió con el corazón en un puño los más de 500 kilómetros que separan su lugar de residencia, Barcelona, de Irún (Guipúzcoa). Su padre, Juan Pablo, acababa de recibir dos puñaladas en el abdomen al tratar de impedir que Enrique Sanclemente terminara con la vida de su ex compañera y aún esposa, Yasmín Rodríguez, decimocuarta víctima de la violencia machista en lo que va de año. Cuando llegó al hospital comarcal del Bidasoa, su padre, ya fuera de peligro, le contó como intentó impedir la tragedia. "Toda la gente miraba, pero nadie hacía nada", le relató a su hijo. "Papá, eres un superhéroe", le respondió, según explicó a este periódico el propio Jon.

La clase política y la ciudadanía se deshicieron ayer en elogios ante el gesto de Juan Pablo Urtizberea, 49 años, padre de dos hijos (Jon y Maitane, de 23), operario en una empresa de cerrajería. "Es un cachondo que sabe ser serio cuando hace falta", sentencia su cuñado. A las 4.30, en la madrugada del sábado, volvía en moto por la carretera GI-2134 en Irún cuando divisó a lo lejos lo que parecía un accidente de coche. En realidad era el desenlace de una macabra persecución a la que el asesino puso fin estampando su vehículo contra el de su víctima. Inés Alicia, una amiga que acompañaba a la fallecida, se le acercó entonces a pedirle ayuda. "Que la mata, la mata", le dijo implorándole que interviniese. Horas antes, el asesino había revelado sus intenciones, pero ni ella ni la víctima le dieron credibilidad.

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Urtizberea se acercó lo suficiente como para que el verdugo, después de apuñalar varias veces a su víctima en el cuello, se ensañara con él. Vivirá para contarlo porque el suceso ocurrió a escasos minutos del hospital. "Si no, se nos desangra en el camino", explicó otro familiar. Estaba previsto que hoy saliera de cuidados intensivos.

"Mi marido actuó por instinto. Volvería a hacerlo sin pensárselo. No se arrepiente", recalca su esposa, Conchi Miranda, que explica que tal vez Urtizberea ni siquiera sepa quién es el hombre en el que todo el mundo vio reflejado su gesto, el profesor Jesús Neira. Poco antes de atender a este periódico por teléfono, Miranda acudió a una concentración en protesta por la muerte de Yasmín Rodríguez: "La familia de la víctima es la única protagonista. Mi marido va a salir adelante, pero Yasmín no".

Cerca de 300 personas se mantuvieron en respetuoso silencio frente a la sede del Ayuntamiento de Irún para arropar a la familia Rodríguez. Además de varios miembros de la comunidad colombiana -tanto Yasmín como su verdugo procedían de allí-, no faltaron representantes de la mayoría de las fuerzas políticas. 24 horas después de ser nombrados, tres consejeros del nuevo Gobierno vasco hicieron acto de presencia. La responsable de Justicia y portavoz, Idoia Mendia, recalcó que el nuevo ejecutivo tratará de reducir al máximo los espacios de impunidad para los que ejercen la violencia contra las mujeres: "Caerá sobre ellos todo el peso de la ley".

El Gobierno de Patxi López creará una dirección general contra la violencia de género que dependerá del Departamento de Interior. Minutos después, Mendia se dirigió al hospital para conocer al que muchos ya se refieren como "el nuevo Jesús Neira".

Miguel Ángel Páez, teniente de alcalde de Irún, consuela a la hija de la última víctima de violencia machista.
Miguel Ángel Páez, teniente de alcalde de Irún, consuela a la hija de la última víctima de violencia machista.JESÚS URIARTE

Un verdugo obsesionado

Enrique Sanclemente, 37 años, de origen colombiano, perdió recientemente su trabajo como portero en un local de alterne en Guipúzcoa y estaba en el paro. Parte de su tiempo libre lo dedicaba a seguir a su esposa, que se había separado de él hace un año y había iniciado los trámites de divorcio. Su hija relató a este periódico el pasado sábado cómo la obsesión de Sanclemente parecía inofensiva, atribuible al mal de amores: "Nunca había sido violento. No se le veía venir".

La misma noche del asesinato, Sanclemente volvió a aparecérsele a su víctima, que iba acompañada de su amiga Inés Alicia. Discutió con la primera y después confesó a la segunda sus intenciones: "La voy a matar, en serio". El detenido seguía ayer por la noche en dependencias policiales. Estaba previsto que pasara hoy a disposición judicial.

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