Liderazgo posmoderno
Hay autores que cuando dan con una distinción conceptual afortunada ya no la sueltan. Éste es el caso de Joseph Nye, que viene desarrollando desde 1989 las consecuencias derivadas de distinguir entre poder duro y poder blando. Como es conocido, el primero se basa más en las facultades para usar de la amenaza -el "palo"- y la recompensa -la "zanahoria"-; el segundo, en la capacidad de atracción de quien lo ejerce. Nuestro autor lo ha utilizado profusamente, y con mucho éxito, en el ámbito de las relaciones internacionales. Ahora trata de aplicarlo también al liderazgo. Desde luego, no como el criterio fundamental ni único a partir del cual explicar por qué algunos líderes triunfan y otros fracasan en el ejercicio de sus funciones. Nye es bien consciente de que las cualidades del líder son un intangible que no se abre a una explicación sencilla, y de que estamos ante uno de esos conceptos disputados que sólo cobran inteligibilidad a partir de una extensa consideración de supuestos prácticos. Puede que sea aquí, en la importancia asignada a los elementos contextuales, donde se encuentre lo mejor del libro. También en iluminar la dependencia mutua entre los líderes y sus seguidores y la forma en la que esta interacción nos ilustra sobre su eficacia relativa. El libro se adentra así, bien asentado sobre las espaldas de autores clásicos que van de Laozi y Maquiavelo hasta la profusa literatura actual sobre liderazgo político y empresarial, en este objeto esquivo donde los haya. Su intención es atraparlo en categorías que den cuenta de sus muchos "estilos", crear un poco de orden conceptual y analítico. Y el viaje merece la pena, porque al final todas las clásicas explicaciones en términos de carisma y de supuestos rasgos personales del líder dan paso a otras menos épicas pero más sutiles y eficaces. La clave estaría en una adecuada aplicación de lo que el autor llama "inteligencia contextual", la capacidad del líder para detectar cuándo es necesario hacer un uso correcto de sus habilidades de poder duro o blando, o de hacer prevalecer un estilo "transformacional", donde predominan la visión, la comunicación y lo emocional, u otro más "transaccional", más apoyado sobre la habilidad organizativa y la perspicacia política. Cuál de estas habilidades se haga preponderar dependerá, pues, al modo maquiaveliano, de los rasgos específicos de la realidad que trata de disciplinar y/o transformar; de cuestiones tales como la cultura en la que se inserta, las necesidades y demandas de sus seguidores, la específica distribución del poder, la información disponible o la situación de crisis o urgencia en la que se encuentre. Un buen líder, por tanto, debe ser versátil, de amplias aptitudes y gran capacidad para leer las diferentes coyunturas en las que se requiere su intervención; debe poseer lo que Nye califica como "poder inteligente" (smart). Si los tiempos de Maquiavelo hacían necesario que el príncipe supiera encontrar un buen ajuste entre la fuerza del león y la astucia del zorro, ahora parece requerirse la capacidad de adaptación del camaleón. Quizá porque no es el momento más brillante para el ejercicio de la acción política en un sentido enfático. Son tiempos sistémicos, de grandes mudanzas, de fuerzas y poderes encontrados y superpuestos en los que sólo se consigue sobrevivir y ser eficaz con un gran sentido para la adaptación a los siempre mutantes caprichos de los seguidores, de los medios de comunicación y de las circunstancias sociales. Un entorno, en definitiva, donde tendrá más posibilidades de triunfar cuanto antes abandone las actitudes masculinas del ordeno y mando y se abrace una dimensión más "femenina" en la gestión de su poder. O, lo que es lo mismo, gran capacidad organizativa, inteligencia emocional y atención a los detalles.
Las cualidades del líder
Joseph S. Nye
Traducción de Genís Sánchez Barberán
Paidós. Barcelona, 2011
240 páginas. 21,90 euros
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Últimas noticias
El descarrilamiento del Tren Interoceánico alimenta las críticas de la oposición y señalamientos contra el proyecto
Detenido un implicado en el homicidio de Carlos Manzo que participó en el chat donde se planeó
El Gobierno de Gustavo Petro incrementa más de un 23% el salario mínimo en Colombia: queda en dos millones de pesos
El Cartel Jalisco secuestra empresarios y clona coches militares en su último golpe en Chiapas
Lo más visto
- La Audiencia Nacional avala la decisión de Robles de retirar el nombre de Franco a una bandera de la Legión
- Trump anuncia la destrucción de una instalación de producción de drogas en Venezuela
- Rusia amenaza con romper las negociaciones tras acusar a Ucrania de atacar una residencia de Putin
- La larga sombra del hijo único: China paga con una crisis demográfica su mayor experimento social
- Alain Aspect, Nobel de Física: “Einstein era tan inteligente que habría tenido que reconocer el entrelazamiento cuántico”




























































